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---|---|---|---|---|
Torre,Francisco_de_la | <XXI | La_Cierva | Doliente cierva, que el herido lado
de ponzoñosa y cruda yerba lleno,
buscas el agua de la fuente pura,
con el cansado aliento que en el seno
bello de la corriente sangre hinchado,
débil y decaída tu hermosura;
¡ay!, que la mano dura
que tu nevado pecho
ha puesto en tal estrecho,
gozosa va con tu desdicha cuando
cierva mortal, viviendo, estás penando
tu desangrado y dulce compañero,
el regalado y blando
pecho pasado del veloz montero.
Vuelve, cuitada, vuelve al valle donde
queda muerto tu amor, en vano dando
términos desdichados a tu suerte.
Morirás en su seno, reclinando
la beldad, que la cruda mano esconde
delante de la nube de la muerte.
Que el paso duro y fuerte,
ya forzoso y terrible,
no puede ser posible
que le excusen los cielos, permitiendo
crudos astros que muera padeciendo
las asechanzas de un montero crudo
que te vino siguiendo
por los desiertos de este campo mudo.
Mas, ¡ay!, que no dilatas la inclemente
muerte, que en tu sangriento pecho llevas,
del crudo amor vencido y maltratado;
tú con el fatigado aliento pruebas
a rendir el espíritu doliente
en la corriente de este valle amado.
Que el ciervo desangrado,
que contigo la vida,
tuvo por bien perdida,
no fue tampoco de tu amor querido
que habiendo tan cruelmente padecido
quisieras vivir sin él, cuando pudieras
librar el pecho herido
de crudas llagas y memorias fieras.
Cuando por la espesura deste prado
como tórtolas solas y queridas,
solos y acompañados anduvisteis;
cuando de verde mirto y de floridas
violetas, tierno acanto y lauro amado,
vuestras frentes bellísimas ceñistes;
cuando las horas tristes,
ausentes y queridos,
con mil mustios bramidos
ensordecisteis la ribera umbrosa
del claro Tajo, rica y venturosa
con vuestro bien, con vuestro mal sentida
cuya muerte penosa
no deja rastro de contenta vida.
Agora el uno, cuerpo muerto lleno
de desdén y de espanto, quien solía
ser ornamento de la selva umbrosa;
tú, quebrantada y mustia, al agonía
de la muerte rendida, el bello seno
agonizando, el alma congojosa;
cuya muerte gloriosa,
en los ojos de aquellos
cuyos despojos bellos
son victorias del crudo amor furioso,
martirio fue de amor, triunfo glorioso
con que corona y premia dos amantes
que del siempre rabioso
trance mortal salieron muy triunfantes.
Canción, fábula un tiempo, y caso agora,
de una cierva doliente, que la dura
flecha del cazador dejó sin vida,
errad por la espesura
del monte que de gloria tan perdida
no hay sino lamentar su desventura. | es |
Pombo,Rafael | <XXI | No_Más_Te_Invocaré,_Cúbrete_¡Oh_Luna! | No más te invocaré, cúbrete ¡oh Luna!
Ara de las ocultas agonías,
Que con la luz que generosa envías
Disípasle su sueño al infeliz.
No renueves mi angustia iluminándola
Con esos rayos nítidos, serenos:
Deja al que sufre, que soñando al menos
Se divierta sonándose feliz.
Encréspanse otra vez, chocan revaeltaa
Las ondas de mi espíritu ambicioso
Y sacude su estúpido reposo
Despertando al dolor mi corazón.
En mal hora, ¡por Dios! que cuando estamos
Del mundo entre la zambra y movimiento,
Se embriaga el alma en loco aturdimiento
E indignada se esconde la razón.
Si uno olvida que vive si uno olvida
Que en pos del hoy el porvenir se avanza,
Que mengua con el tiempo la esperanza,
Que crece con el tiempo la ambición.
Entonces es feliz, engaña entcnces
Al verdugo la víctima escogida.
Se embota con la fiebre de la vida
Ese buril del mal, la reflexión.
Mas vienen los recuerdos, y por fuerza
Los repasa ingeniosa la memoria,
A esa continua desdichada historia
Ligando un hoy tristísimo también;
Vemos que siempre la esperanza falla.
Vemos que siempre fracasó el deseo,
Que al ir de devaneo en devaneo
Nunca llegó la posesión del bien.
¿Para qué siento un alma impetuosa
Que dentro en mí sin descansar se agita.
Si esta impotencia mísera, maldita
A la nada fatal la encadenó?
¿Con qué fin un tenaz, violento impulso
Dio a mi ser el espíritu divino,
Si condenado a un círculo mezquino
En vano lucho por romperlo yo?
¿Qué haces sin alas, en el polvo hundido
Regio cóndor de prepotente vuelo
Ante la limpia inmensidad del cielo
Que te llama a volar bañada en luz?
¡Verla y morir! Frenético rasgarte
El noble corazón desesperado;
¡Devorarla mirándola, clavado
De la impotencia en la funesta cruz!
Así tal vez en uno de mis días
De silenciosa, férvida tormenta
Ante esa pompa en que el Criador se ostenta
Delirio de dolor me enloqueció.
Y un amargo sarcasmo balbucieron
Mis labios en blasfemo desafío,
Y atenté contra aquello que no es mío
Y que Dios a mi fe recomendó.
Y en el supremo instante en que la muerte
La vida equilibraba en la balanza,
Me forjó mi temor una esperanza,
Y el nombre de mi madre pronuncié.
Y trémulo caí y avergonzado
En un incomprensible abatimiento;
Triste como el león calenturiento,
Ciego entre las tinieblas y la fe.
vive
hoy
porvenir
A una luz falsa abrimos nuestros ojos;
La duda está del sabio en el camino,
Y de esa ciencia en el raudal mezquino
Viene el licor de la ambición también.
Opio fatal que por jugar probamos
Y con delirio tentador nos ceba,
Y en juego hacemos la segunda prueba,
Y al cabo ya por precisión las cien.
Y al sacudir hirviente la cabeza
Al fantástico edén por despedida,
Las pálidas verdades de la vida
Ciñen con mano helada el corazón.
Ya este sol no es el nuestro, y estas brisas
Nuestros cielos flotantes no sostienen:
Somos espectros que del sueño vienen
Y han olvidado que del mundo son.
Triste es que cuando el iris de la vida
Su ardiente luz de juventud destella,
Junto al calor de la esperanza bella
El de precoz desilusión esté;
Y sople entonces la primera brisa
Del invierno de duda y agonía
Que poco a poco el corazón enfría
Hasta que muerto el entusiasmo ve. | es |
Fuertes,Gloria | <XXI | Liviandades_Portuarias | Liviandades portuarias;
recíprocas caléndulas,
insensatas desnudeces
—suicidios en embrión—.
Eso es todo,
y tal vez
¿Por qué no Dios? | es |
Muñiz_Álvarez_del_Castillo,Benjamín | XXI | Te_Esperaré_En_Silencio | Es dolorosa la agonía de verte y saber que no eres mía.
Noche tras noche sueño con tu amor,
Y es cruel la realidad al despertar.
Si con sólo una mirada pudiera hacerte entender
Que lo que por ti yo siento es más que un juego
Si con sólo un beso pudieras tú calmar mi dolor,
Pero es inútil imaginar un futuro a tu lado
Tu amor es para otro, odio reconocerlo
Y tu no te das cuenta que por ti estoy muriendo
El dolor me hace su presa cuando te veo con él
Con todo mi corazón espero que me des una oportunidad
Y que a tu corazón me permitas entrar
Mientras tanto yo aquí te esperaré en silencio | es |
Huidobro,Vicente | <XXI | Mis_Ojos_De_Plaza_Pública | Mis ojos de plaza pública
Mis ojos de silencio y de desierto
El dulce tumulto interno
La soledad que se despierta
Cuando el perfume se separa de las flores y emprende el viaje
Y el río del alma largo largo
Que no dice más ni tiempo ni espacio
Un día vendrá ha venido ya
La selva forma una sustancia prodigiosa
La luna tose
El mar desciende de su coche
Un jour viendra est déjà venu
Y yo no digo más ni primavera ni invierno
Hay que saltar del corazón al mundo
Hay que construir un poco de infinito para el hombre | es |
Yepes_Álvarez,Juan_de | <XXI | Un_Pastorcico_Solo_Está_Penado | Un pastorcico solo está penado
ageno de plazer y de contento
y en su pastora puesto el pensamiento
y el pecho del amor muy lastimado.
II
No llora por averle amor llagado
que no le pena verse así affligido
aunque en el coraçón está herido
mas llora por pensar que está olbidado.
III
Que sólo de pensar que está olbidado
de su vella pastora con gran pena
se dexa maltratar en tierra agena
el pecho del amor mui lastimado!
IV
Y dize el pastorcito: ¡Ay desdichado
de aquel que de mi amor a hecho ausencia
y no quiere gozar la mi presencia
y el pecho por su amor muy lastimado!
V
Y a cavo de un gran rato se a encumbrado
sobre un árbol do abrió sus braços vellos
y muerto se a quedado asido dellos
el pecho del amor muy lastimado.
No llora por averle amor llagado
que no le pena verse así affligido
aunque en el coraçón está herido
mas llora por pensar que está olbidado.
III
Que sólo de pensar que está olbidado
de su vella pastora con gran pena
se dexa maltratar en tierra agena
el pecho del amor mui lastimado!
IV
Y dize el pastorcito: ¡Ay desdichado
de aquel que de mi amor a hecho ausencia
y no quiere gozar la mi presencia
y el pecho por su amor muy lastimado!
V
Y a cavo de un gran rato se a encumbrado
sobre un árbol do abrió sus braços vellos
y muerto se a quedado asido dellos
el pecho del amor muy lastimado.
Que sólo de pensar que está olbidado
de su vella pastora con gran pena
se dexa maltratar en tierra agena
el pecho del amor mui lastimado!
IV
Y dize el pastorcito: ¡Ay desdichado
de aquel que de mi amor a hecho ausencia
y no quiere gozar la mi presencia
y el pecho por su amor muy lastimado!
V
Y a cavo de un gran rato se a encumbrado
sobre un árbol do abrió sus braços vellos
y muerto se a quedado asido dellos
el pecho del amor muy lastimado.
Y dize el pastorcito: ¡Ay desdichado
de aquel que de mi amor a hecho ausencia
y no quiere gozar la mi presencia
y el pecho por su amor muy lastimado!
V
Y a cavo de un gran rato se a encumbrado
sobre un árbol do abrió sus braços vellos
y muerto se a quedado asido dellos
el pecho del amor muy lastimado.
Y a cavo de un gran rato se a encumbrado
sobre un árbol do abrió sus braços vellos
y muerto se a quedado asido dellos
el pecho del amor muy lastimado. | es |
Altolaguirre,Manuel | <XXI | Oriente | Era casi de noche. ¿Me alejaba,
detrás de un sol hundido,
por el redondo amor
o me acercaba,
persiguiendo a la aurora,
después de larga ausencia,
a tus ojos abiertos?
¿Me alejaba de un alma,
de su costa bravía,
para volver a fuerza de alejarme
a su playa serena?
Oriente. Amor. Oriente.
Toda tiniebla tiene su mañana
y todo amor su esfera de alegría. | es |
Altolaguirre,Manuel | <XXI | Secreto | Recorre el amor mi verso,
baja y sube por sus hilos;
el corazón que lo impulsa
nunca lo dejo tranquilo,
que quiere vivir y late,
corazón propio, escondido
entre palabras que corren
por venas que son suspiros.
Mujer desnuda, el poema
guarda su secreto ritmo.
Quiero matarte, quisiera
que tu amor se hiciese río,
que tu voz se desangrara,
que perdiera ese continuo
ir y venir por un rostro
de rubores indecisos.
Nadie sabe lo que dice
el pensamiento escondido;
quiero que te desemboques,
que seas madre de ti mismo. | es |
García_Cabrera,Pedro | <XXI | Liquen_8 | En el ataúd del aire
el silencio azul es yerto.
Aunque son negras las horas
tienen el cutis de plata.
La luna mueve en las olas
un río de tinta blanca.
Y el alma es una niña
que rompe a gritar:
El nevado Camino de Santiago
se ha caído en el mar. | es |
Flórez,Julio | <XXI | Riega_El_Alba_Al_Nacer_Todo_El_Tesoro | Riega el alba al nacer todo el tesoro
de sus matices múltiples, y al cielo,
dejando su capullo, encumbra el vuelo
como enorme libélula de oro.
Despierta el mundo. Un cántico sonoro
vibra en todas las selvas. Su gran velo
blanco arrastra la niebla sobre el suelo
húmedo aún por el nocturno lloro.
Ved: El orbe es un templo formidable;
el oriente un altar donde salmodia
el Sumo Dios su rezo indescifrable;
y bajo el arco del azul inmenso,
se eleva el sol como inmortal custodia
entre jirones de rosado incienso. | es |
Munárriz,Jesús | <XXI | Los_Verdes,_Los_Dorados,_Los_Rojos,_Los_Azules | Los verdes, los dorados, los rojos, los azules
del valle de Oaxaca en torno a Monte Albán.
En el cenit, el sol.
Y brotando de pronto
de las flores que cubren la ladera,
tirabuzón del aire,
el surtidor de un colibrí
se alza
en la transparencia.
¡Qué distinto era todo
hace mil años!
Menos el colibrí | es |
Chocano,José_Santos | <XXI | La_Campiña_Se_Tiende_Cortada_A_Tajos | La campiña se tiende cortada a tajos
el arroyo circula bajo las plantas;
y en raudos borbotones ríe y murmura,
con los gorjeos roncos de cien gargantas.
Las flores vanidosas hinchan su cáliz;
los árboles se empinan llenos de orgullo;
y entre las ramas secas, tiembla el gusano
envuelto en la blancura de su capullo.
La araña trepadora teje sus hilos,
y sus tendidas redes presto enmaraña;
y hay con cada tejido mil flbras de oro;
y una gota de fuego con cada araña.
Retemblando y ocultas a ras de suelo,
pálidas y modestas y pudorosas,
las violetas se juntan formando grupos
como ramilletitos de mariposas.
Resplandecen los picos de las montañas;
castiga el sol los campos como un verdugo;
canta el ave; la lampa se hunde en el polvo;
y al surco va el arado y el toro al yugo... | es |
Mistral,Gabriela | <XXI | Niño_Pequeño,_Aparecido | Niño pequeño, aparecido,
que no viniste y que llegaste,
te contaré lo que tenemos
y tomarás de nuestra parte. | es |
Hahn,Óscar | <XXI | La_Destrucción_Del_Ser_Amado_Por_El_Ser_Amado | La destrucción del ser amado por el ser amado
es una práctica común desde la antigüedad
Nos embestimos con pasión sin compasión
y dormimos aferrados a esos cuerpos exánimes
Al amanecer
nuestras cenizas aún lloraban abrazadas
Ahora busco tu amor
en todo resto que pasa por mi puerta | es |
Espinoza_Neyra,R._Arturo | XXI | Siempre_La_Palabra | Siempre la palabra
enjuga martirios
retiene en el orificio de su panal
a la abeja reina
que mira al cielo entre aguijones.
Siempre la palabra
destempla al sol
haciéndole sudar frío
en la vertiginosa inmensidad.
Siempre la palabra
calla
para que todo se silencie
y midan su ausencia. | es |
García_Cabrera,Pedro | <XXI | Respuesta_Del_Poeta | Nací, como el rosal,
con las espinas de cualquier hombre.
No las cultivo
—el poeta no es gallo de pelea—
mas desdichado el que las pierda:
con nadie podrá comunicarse.
Sin su aguda conciencia
muerden el polvo las palabras.
El poema no es rosa,
no es agua de remanso
ni una «miss» elegida
por molinos de viento.
El poema es un bosque que rebota
sombra y virginidad,
trino y contraste,
la sangre que ilumina los párpados del tiempo,
una voz desnudándose en zarzales,
la raíz del relieve de los sueños
que le dan a la luz rostro y contorno
de libertad de ala.
La espina nos defiende de los sauces llorones,
los pantanos, los pozos de ceniza;
del rincón en que manan los silencios
éxtasis de infinito
sin mirar hacia abajo,
hacia el acontecer de las heridas,
hacia la rebelión de los caminos
cansados de ladrar al horizonte
de los que mueren antes de nacerse.
En medio de las llamas,
con las espinas de los hombres,
vinieron a la vida y a la muerte
el rosal y el poeta. | es |
Castillo,Eduardo | <XXI | Interrogante | Hamlet, mi príncipe enlutado
que en tu Elsinor viste una vez
la airada sombra de tu padre
sobre una almena aparecer;
que viste sobre el lago pérfido
flotar en fúnebre vaivén
el cuerpo inánime de Ofelia,
y que exploraste lo que fue,
el grave enigma de la tumba,
el cómo, el cuándo y el porqué
en la amarilla calavera
de Yorick, el bufón del rey;
dime qué existe para el hombre
después del último después...
Y oigo tu voz que me responde:
—Morir, dormir..., soñar tal vez.
Yo estoy aún entre las rosas
más fragantes, pero a mis pies
se alarga ya, como un presagio,
la fosca sombra de un ciprés...
Oigo a lo lejos las campanas
tristes del Angelus tañer,
y me invade, trágicamente
el frío del anochecer...
Por eso, mi príncipe rubio,
te interrogo con avidez:
dime qué existe para el hombre
después del último después...
y oigo tu voz que me responde:
—Morir, dormir..., soñar tal vez. | es |
Rébora,Marilina | <XXI | Resultará_Forzoso_El_Cruel_Alejamiento | Resultará forzoso el cruel alejamiento
y habrá que decidirse, como lo inevitable,
lo mismo que aceptamos la violencia del viento,
el rugido del mar o el tiempo inexorable.
Habrá que tener ánimo en el fatal momento
para abdicar de todo lo que nos fue agradable,
y saber resignarnos en el recogimiento
con el gesto tranquilo ante lo inapelable.
Los ojos en el cielo, frente al azul del día,
serán dulce consuelo las venturas de otrora
—el hogar de la infancia, juventud, poesía—,
y al alumbrar la luna, al filo de la sombra,
tendré la paz ansiada, y llegará la hora
en que cerca de Dios, tan sólo a Dios se nombra. | es |
Neruda,Pablo | <XXI | Todos_Estos_Señores_Estaban_Dentro | Todos estos señores estaban dentro
cuando ella entró completamente desnuda
ellos habían bebido y comenzaron a escupirla
ella no entendía nada recién salía del río
era una sirena que se había extraviado
los insultos corrían sobre su carne lisa
la inmundicia cubrió sus pechos de oro
ella no sabía llorar por eso no lloraba
no sabía vestirse por eso no se vestía
la tatuaron con cigarrillos y con corchos quemados
y reían hasta caer al suelo de la taberna
ella no hablaba porque no sabía hablar
sus ojos eran color de amor distante
sus brazos construidos de topacios gemelos
sus labios se cortaron en la luz del coral
y de pronto salió por esa puerta
apenas entró al río quedó limpia
relució como una piedra blanca en la lluvia
y sin mirar atrás nadó de nuevo
nadó hacia nunca más hacia morir. | es |
Hinojosa,José_María | <XXI | Yo_Solo_Me_Embarqué, | Yo solo me embarqué,
adónde llegaré?
Si el globo se perdiera,
caería, en qué tierra?
Si el barco naufragara,
me hundiría, en qué agua?
Yo solo me embarqué,
nadie sabe porqué.
¡Pero yo sí lo sé!
Si el globo se perdiera,
caería, en qué tierra?
Si el barco naufragara,
me hundiría, en qué agua?
Yo solo me embarqué,
nadie sabe porqué.
¡Pero yo sí lo sé!
Si el barco naufragara,
me hundiría, en qué agua?
Yo solo me embarqué,
nadie sabe porqué.
¡Pero yo sí lo sé!
Yo solo me embarqué,
nadie sabe porqué.
¡Pero yo sí lo sé!
¡Pero yo sí lo sé! | es |
Pombo,Rafael | <XXI | «¡Un_Caballo_De_Fuego!»_—Esta_Noticia | «¡Un caballo de fuego!» —esta noticia
Cundió alarmante entre dos mil caballos
Salvajes pobladores de un desierto
Que el primer vapor-tren cruzó triunfante.
Repuestos del terror y desconcierto
Que les causó el prodigio,
Se congregaron en bestial tumulto,
Bufaron, relincharon, patearon,
Y de su santa independencia en nombre
Declaráronlo insulto,
Reto, amenaza al caballuno pueblo,
Y por el lago Estigio
No dejar de aquel monstruo ni vestigio
Si osaba audaz reaparecer juraron,
Y soberbios mandaron
Transmitir copia del decreto al hombre.
Un viejo matalote muy versado
En las costumbres cultas, y que había
De hombres, sillas y enjalmas escapado,
Dijo a los otros: —«Antes yo querría
Ver caballos de fuego por doquiera,
Pues nuestra raza al fin descansaría
Y de nosotros nadie se sirviera.
Con tanta maquinaria y tanta ciencia
El hombre al fin nos dejará tranquilos
Gozar de nuestra dulce independencia.
Estoy contra el proyecto: en nuestro lomo
Recaerá, pesado como plomo».
Nadie escuchó el sermón de la experiencia;
Aprobose el proyecto,
Y así que un nuevo tren pitó a distancia
Se prepararon a llevarlo a efecto.
La sabia comandancia
Meditó el plan; dispuso que el trayecto
Fuese por todos, en cerrada masa
Ocupado al instante, como centro
Para la evolución; y que en el acto
De verse el tren, el escuadrón compacto
Saliese cual relámpago a su encuentro.
Nada que desear, la turba equina
Dejó en audaz coraje y disciplina.
Embistieron al monstruo: de rieles
Sacáronlo al instante: media milla
Rodó desaforado en la llanura
Despedazando yeguas y corceles
O haciéndoles saltar hechos tortilla;
Y como el hombre es una criatura
Tan arbitriosa y lista, y bien podría
Tardar el tren un día
En volver a enhilarse en sus carriles,
Juzgó mejor no demorar su viaje:
Tomaron prontamente cuantas bestias
Dejó el destrozo en pie, —y en sus cuadriles
Siguieron gente y carga y equipaje,
Quedando condenadas las cerriles
A eterno vasallaje.
No os opongáis estultos al progreso
(Es decir, al palpable y positivo,
Que el charlatán no es más que retroceso
Ocioso y corrosivo).
¡Mísero jornalero! es el atraso
Lo que arrincona tu alma y la encadena,
Y a ser máquina y bestia te condena.
Pero pese a ti mismo.
Nadie a tu redención cerrará el paso.
Moralidad, escuela, industria y ciencia
Harán tu elevación, tu independencia.
«¡Un caballo de fuego!»
vapor-tren
rieles | es |
Rosario,Jorge_del | XXI | Su_Nombre_Comenzaba_Con_C | Su nombre comenzaba con C
Podría haberse llamado Carmen
pero no.
Dejé mi hogar por ella,
a mis padres y hermanos
y seguí su camino
Podría haberse llamado Celia
Pero no.
Dejé a mi mujer, a mis hijos,
amistades y trabajo
Dejé todo por ella,
hasta mi vida
Podría haberse llamado Candela,
Cristina, Clara o Cristal,
pero no.
Se llamaba Cocaína. | es |
Pombo,Rafael | <XXI | —Pasado_Cierto_Punto,_Y_No_Distante | —Pasado cierto punto, y no distante,
Exclamó la Razón, soy navegante
Sin brújula y sin luz: y sólo sé
Que nada sé —De allí para adelante
Voy yo, dijo la Fe.
Tú eres ave sin alas, pero sientes
Que las tuviste o las tendrás; y ardientes
Y eternas son tus ansias de volar,
Y horizontes sin límites presientes
Que hoy no es dado explorar.
Respeta el misterioso laberinto.
Mas, recuérdalo bien, no eres gusano;
Hállase estrecho en su mortal recinto
Tu dueño, y es por ese excelso instinto
Del mundo Soberano.
Yo marco el escalón de su nobleza,
La duración de su obra, su grandeza
Y su poder, dependen de su Fe.
Do otros terminan, el creyente empieza:
Salva el misterio y ve. | es |
Sabines,Jaime | <XXI | Para_Hacer_Funcionar_A_Las_Estrellas | Para hacer funcionar a las estrellas es necesario apretar el botón azul.
Las rosas están insoportables en el florero.
¿Por qué me levanto a las tres de la mañana mientras todos duermen? ¿Mi corazón sonámbulo se pone a andar sobre las azoteas detectando los crímenes, investigando el amor?
Tengo todas las páginas para escribir, tengo el silencio, la soledad, el amoroso insomnio; pero sólo hay temblores subterráneos,
hojas de angustia que aplasta una serpiente en sombra. No hay nada que decir: es el presagio, sólo el presagio de nuestro nacimiento. | es |
Darío,Rubén | <XXI | Qué_Alegre_Y_Fresca_La_Mañanita! | ¡Qué alegre y fresca la mañanita!
Me agarra el aire por la nariz:
los perros ladran, un chico grita
y una muchacha gorda y bonita,
junto a una piedra, muele maíz.
Un mozo trae por un sendero
sus herramientas y su morral:
otro con caites y sin sombrero
busca una vaca con su ternero
para ordeñarla junto al corral.
Sonriendo a veces a la muchacha,
que de la piedra pasa al fogón,
un sabanero de buena facha,
casi en cuclillas afila el hacha
sobre una orilla del mollejón.
Por las colinas la luz se pierde
bajo el cielo claro y sin fin;
ahí el ganado las hojas muerde,
y hay en los tallos del pasto verde,
escarabajos de oro y carmín.
Sonando un cuerno corvo y sonoro,
pasa un vaquero, y a plena luz
vienen las vacas y un blanco toro,
con unas manchas color de oro
por la barriga y en el testuz.
Y la patrona, bate que bate,
me regocija con la ilusión
de una gran taza de chocolate,
que ha de pasarme por el gaznate
con la tostada y el requesón.
Un mozo trae por un sendero
sus herramientas y su morral:
otro con caites y sin sombrero
busca una vaca con su ternero
para ordeñarla junto al corral.
Sonriendo a veces a la muchacha,
que de la piedra pasa al fogón,
un sabanero de buena facha,
casi en cuclillas afila el hacha
sobre una orilla del mollejón.
Por las colinas la luz se pierde
bajo el cielo claro y sin fin;
ahí el ganado las hojas muerde,
y hay en los tallos del pasto verde,
escarabajos de oro y carmín.
Sonando un cuerno corvo y sonoro,
pasa un vaquero, y a plena luz
vienen las vacas y un blanco toro,
con unas manchas color de oro
por la barriga y en el testuz.
Y la patrona, bate que bate,
me regocija con la ilusión
de una gran taza de chocolate,
que ha de pasarme por el gaznate
con la tostada y el requesón.
Sonriendo a veces a la muchacha,
que de la piedra pasa al fogón,
un sabanero de buena facha,
casi en cuclillas afila el hacha
sobre una orilla del mollejón.
Por las colinas la luz se pierde
bajo el cielo claro y sin fin;
ahí el ganado las hojas muerde,
y hay en los tallos del pasto verde,
escarabajos de oro y carmín.
Sonando un cuerno corvo y sonoro,
pasa un vaquero, y a plena luz
vienen las vacas y un blanco toro,
con unas manchas color de oro
por la barriga y en el testuz.
Y la patrona, bate que bate,
me regocija con la ilusión
de una gran taza de chocolate,
que ha de pasarme por el gaznate
con la tostada y el requesón.
Por las colinas la luz se pierde
bajo el cielo claro y sin fin;
ahí el ganado las hojas muerde,
y hay en los tallos del pasto verde,
escarabajos de oro y carmín.
Sonando un cuerno corvo y sonoro,
pasa un vaquero, y a plena luz
vienen las vacas y un blanco toro,
con unas manchas color de oro
por la barriga y en el testuz.
Y la patrona, bate que bate,
me regocija con la ilusión
de una gran taza de chocolate,
que ha de pasarme por el gaznate
con la tostada y el requesón.
Sonando un cuerno corvo y sonoro,
pasa un vaquero, y a plena luz
vienen las vacas y un blanco toro,
con unas manchas color de oro
por la barriga y en el testuz.
Y la patrona, bate que bate,
me regocija con la ilusión
de una gran taza de chocolate,
que ha de pasarme por el gaznate
con la tostada y el requesón.
Y la patrona, bate que bate,
me regocija con la ilusión
de una gran taza de chocolate,
que ha de pasarme por el gaznate
con la tostada y el requesón. | es |
Cervantes,Miguel_de | <XXI | Rompí,_Corté,_Abollé,_Y_Dije_E_Hice | Rompí, corté, abollé, y dije e hice
más que en el orbe caballero andante;
fui diestro, fui valiente y arrogante,
mil agravios vengué, cien mil deshice.
Hazañas di a la fama que eternice;
fui comedido y regalado amante;
fue enano para mí todo gigante,
y al duelo en cualquier punto satisfice.
Tuve a mis pies postrada la Fortuna
y trajo del copete mi cordura
a la calva ocasión al estricote.
Mas, aunque sobre el cuerno de la luna
siempre se vio encumbrada mi ventura,
tus proezas envidio, ¡oh, gran Quijote!
Hazañas di a la fama que eternice;
fui comedido y regalado amante;
fue enano para mí todo gigante,
y al duelo en cualquier punto satisfice.
Tuve a mis pies postrada la Fortuna
y trajo del copete mi cordura
a la calva ocasión al estricote.
Mas, aunque sobre el cuerno de la luna
siempre se vio encumbrada mi ventura,
tus proezas envidio, ¡oh, gran Quijote!
Tuve a mis pies postrada la Fortuna
y trajo del copete mi cordura
a la calva ocasión al estricote.
Mas, aunque sobre el cuerno de la luna
siempre se vio encumbrada mi ventura,
tus proezas envidio, ¡oh, gran Quijote!
Mas, aunque sobre el cuerno de la luna
siempre se vio encumbrada mi ventura,
tus proezas envidio, ¡oh, gran Quijote! | es |
Altolaguirre,Manuel | <XXI | Mide_La_Sal_Nuestro_Gusto | Mide la sal nuestro gusto,
mide el temblor nuestra oreja,
mide el calor nuestra mano,
miden mis ojos tu ausencia.
Eso es ser hombre: medir.
¿Para quién toda esta cuenta
de distancias? ¿Para quién
esta división de fechas? | es |
Pardo_García,Germán | <XXI | Sin_Embargo,_Tocad_Mi_Ser._Es_Duro | Sin embargo, tocad mi ser. Es duro
como el acero que enfrentó a la espada.
Mi espíritu no teme a la estocada
del silencio emboscándome en lo oscuro.
La Belleza me ha vuelto más seguro
como a una ciudad amurallada,
y el peso de su luz en la mirada
hermosamente resistir procuro.
Enajenadme más, volvedme ciego
de excelsitud, ¡oh espíritus de fuego!
Dadme esplendor hasta el minuto mismo
en que mi soledad de hombre sin huellas,
confunda el delirar de sus estrellas
con todas las estrellas del Abismo. | es |
García_Vargas,Antonio | XXI | En_Diciembre | En diciembre,
lamentos de escarcha
besan la luna | es |
Arciniegas,Ismael_Enrique | <XXI | Sé_Que_Soy_Irritable,_Celoso,_Imperativo | Sé que soy irritable, celoso, imperativo,
Infeliz, exigente, que razones no escucho;
Que siempre estoy buscándote querellas sin motivo;
¡Y crees que no te quiero... y es que te quiero mucho!
Te busco, te regaño, y hago tu vida triste...
Serías más dichosa por todos consentida,
Si para mí no fueras cuanto en el mundo existe,
Y si este amor no fuera todo el bien de mi vida. | es |
Villegas,Esteban_Manuel_de | <XXI | Oda_Xvii | Barine, si yo viera
que por el voto que quebraste ahora
tu beldad padeciera
algún leve castigo, y a deshora
nos mostraras, doliente,
fea una uña, denegrido un diente,
Creyérate sin duda;
mas por el mismo caso que juraste,
y de lealtad desnuda
al voto tan sin miedo te obligaste,
quebrándole nos diste
más resplandor, más bella pareciste.
Si perjurada a veces
por las cenizas de tu madre juras,
más bella resplandeces,
y más pura si juras por las puras
lumbreras celestiales,
ó por los mismos dioses inmortales.
De esto vi se reía
Venus, y las sencillas ninfas puras,
y el Amor, que a porfía
siempre amolando está sus flechas duras
en aquella severa
y siempre dura piedra aguzadera.
Para tu cárcel dura
crece toda niñez; los ya mayores
no dejan tu hermosura,
con verse amenazar de tus rigores,
ni los umbrales fríos
siempre regados de los ojos míos.
Por ti vive medrosa
la madre del mozuelo, y el avaro
padre; por ti la esposa
vive celosa de su esposo caro;
que en tu dulce semblante
considera los grillos de su amante. | es |
Benedetti,Mario | <XXI | Eso_Dicen | Eso dicen
que al cabo de diez años
todo ha cambiado
allá
dicen
que la avenida está sin árboles
y no soy quién para ponerlo en duda
¿acaso yo no estoy sin árboles
que según dicen
ya no están? | es |
Camões,Luís_de | <XXI | Soneto_I | Si el triste coraçón que siempre llora
in ser obra de llanto meritorias
pudiesse ya gozar dela vitoria,
de la guerra del amor que sempeora.
Si entre los verdes árboles de agora
estoi apacentando la memoria
pudiese yo gozar por suma gloria
de ver un solo punto ami pastora.
Ni el aire con el aire que consiente
amor, el mi dolor se aumentaría,
ni con las de mis ojos esta fuente.
Mas pera despojarme dalegría
ordena mi pasión que viva auzente
de quien ya más lo estuvo al alma mía. | es |
Boscán,Juan | <XXI | Soneto_Lxxiv | ¡Oh dulces prendas, por mi mal halladas,
dulces y alegres cuando Dios quería!
Juntas estáis en la memoria mía,
y con ello en mi muerte conjuradas.
¿Quién me dijera, cuando en las pasadas
horas en tanto bien por vos me vía,
que me habíades de ser en algún día
con tan grave dolor representadas?
Pues en un hora junto me llevastes
todo el bien que por términos no distes,
llevadme junto al mal que me dejastes.
Si no, sospecharé que me pusistes
en tantos bienes, porque deseastes
verme morir entre memorias tristes.
¿Quién me dijera, cuando en las pasadas
horas en tanto bien por vos me vía,
que me habíades de ser en algún día
con tan grave dolor representadas?
Pues en un hora junto me llevastes
todo el bien que por términos no distes,
llevadme junto al mal que me dejastes.
Si no, sospecharé que me pusistes
en tantos bienes, porque deseastes
verme morir entre memorias tristes.
Pues en un hora junto me llevastes
todo el bien que por términos no distes,
llevadme junto al mal que me dejastes.
Si no, sospecharé que me pusistes
en tantos bienes, porque deseastes
verme morir entre memorias tristes.
Si no, sospecharé que me pusistes
en tantos bienes, porque deseastes
verme morir entre memorias tristes. | es |
Ramos_Sucre,José_Antonio | <XXI | Prebenda_Del_Cobarde_Y_Del_Indiferente_Reputan_Algunos_La_Soledad | Prebenda del cobarde y del indiferente reputan
algunos la soledad, oponiéndose al criterio de los santos que
renegaron del mundo y que en ella tuvieron escala de perfección
y puerto de ventura. En la disputa acreditan superior sabiduría
los autores de la opinión ascética. Siempre será
necesario que los cultores de la belleza y del bien, los consagrados
por la desdicha se acojan al mudo asilo de la soledad, único
refugio acaso de los que parecen de otra época, desconcertados
con el progreso. Demasiado altos para el egoísmo, no le obedecen
muchos que se apartan de sus semejantes. Opuesta causa favorece a
menudo tal resolución, porque así la invocaba un hombre
en su descargo:
La indiferencia no mancilla mi vida solitaria; los
dolores pasados y presentes me conmueven; me he sentido prisionero en
las ergástulas; he vacilado con los ilotas ebrios para inspirar
amor a la templanza; me sonrojo de afrentosas esclavitudes; me lastima
la melancolía invencible de las razas vencidas. Los hombres
cautivos de la barbarie musulmana, los judíos perseguidos en
Rusia, los miserables hacinados en la noche como muertos en la ciudad
del Támesis, son mis hermanos y los amo. Tomo el
periódico, no como el rentista para tener noticias de su
fortuna, sino para tener noticias de mi familia, que es toda la
humanidad. No rehúyo mi deber de centinela de cuanto es
débil y es bello, retirándome a la celda del estudio; yo
soy el amigo de los paladines que buscaron vanamente la muerte en el
riesgo de la última batalla larga y desgraciada, y es mi
recuerdo desamparado ciprés sobre la fosa de los héroes
anónimos. No me avergüenzo de homenajes caballerescos ni de
galanterías anticuadas, ni me abstengo de recoger en el lodo del
vicio la desprendida perla de rocío. Evito los abismos paralelos
de la carne y de la muerte, recreándome con el afecto puro de la
gloria; de noche en sueños oigo sus promesas y estoy, por
milagro de ese amor, tan libre de lazos terrenales como aquel
místico al saberse amado por la madre de Jesús. La
historia me ha dicho que en la Edad Media las almas nobles se
extinguieron todas en los claustros, y que a los malvados quedó
el dominio y población del mundo; y la experiencia, que confirma
esta enseñanza, al darme prueba de la veracidad de Cervantes que
hizo estéril a su héroe, me fuerza a la imitación
del Sol, único, generoso y soberbio.
Así defendía la soledad uno, cuyo
afligido espíritu era tan sensible, que podía servirle de
imagen un lago acorde hasta con la más tenue aura, y en cuyo
seno se prolongaran todos los ruidos, hasta sonar recónditos.
La indiferencia no mancilla mi vida solitaria; los
dolores pasados y presentes me conmueven; me he sentido prisionero en
las ergástulas; he vacilado con los ilotas ebrios para inspirar
amor a la templanza; me sonrojo de afrentosas esclavitudes; me lastima
la melancolía invencible de las razas vencidas. Los hombres
cautivos de la barbarie musulmana, los judíos perseguidos en
Rusia, los miserables hacinados en la noche como muertos en la ciudad
del Támesis, son mis hermanos y los amo. Tomo el
periódico, no como el rentista para tener noticias de su
fortuna, sino para tener noticias de mi familia, que es toda la
humanidad. No rehúyo mi deber de centinela de cuanto es
débil y es bello, retirándome a la celda del estudio; yo
soy el amigo de los paladines que buscaron vanamente la muerte en el
riesgo de la última batalla larga y desgraciada, y es mi
recuerdo desamparado ciprés sobre la fosa de los héroes
anónimos. No me avergüenzo de homenajes caballerescos ni de
galanterías anticuadas, ni me abstengo de recoger en el lodo del
vicio la desprendida perla de rocío. Evito los abismos paralelos
de la carne y de la muerte, recreándome con el afecto puro de la
gloria; de noche en sueños oigo sus promesas y estoy, por
milagro de ese amor, tan libre de lazos terrenales como aquel
místico al saberse amado por la madre de Jesús. La
historia me ha dicho que en la Edad Media las almas nobles se
extinguieron todas en los claustros, y que a los malvados quedó
el dominio y población del mundo; y la experiencia, que confirma
esta enseñanza, al darme prueba de la veracidad de Cervantes que
hizo estéril a su héroe, me fuerza a la imitación
del Sol, único, generoso y soberbio.
Así defendía la soledad uno, cuyo
afligido espíritu era tan sensible, que podía servirle de
imagen un lago acorde hasta con la más tenue aura, y en cuyo
seno se prolongaran todos los ruidos, hasta sonar recónditos.
Así defendía la soledad uno, cuyo
afligido espíritu era tan sensible, que podía servirle de
imagen un lago acorde hasta con la más tenue aura, y en cuyo
seno se prolongaran todos los ruidos, hasta sonar recónditos. | es |
Gelman,Juan | <XXI | Yo_No_Me_Voy_A_Avergonzar_De_Mis_Tristezas,_Mis_Nostalgias | Yo no me voy a avergonzar de mis tristezas, mis nostalgias.
Extraño la callecita donde mataron a mi perro, y yo lloré
junto a su muerte, y estoy pegado al empedrado con sangre donde mi
perro se murió, existo todavía a partir de eso, existo de
eso, soy eso, a nadie pediré permiso para tener nostalgia de eso.
¿Acaso soy otra cosa? Vinieron dictaduras militares, gobiernos
civiles y nuevas dictaduras militares, me quitaron los libros, el pan,
el hijo, desesperaron a mi madre, me echaron del país,
asesinaron a mis hermanitos, a mis compañeros los torturaron,
deshicieron, los rompieron. Ninguno me sacó de la calle donde
estoy llorando al lado de mi perro. ¿Qué dictadura
militar podría hacerlo? ¿Y qué militar hijo de
puta me sacará del gran amor de esos crepúsculos de mayo,
donde la ave del ser se balancea ante la noche?
No era perfecto mi país antes del golpe militar. Pero era mi
estar, las veces que temblé contra los muros del amor, las veces
que fui niño, perro, hombre, las veces que quise, me quisieron.
Ningún general le va a sacar nada de eso al país, a la
derrita que regué con amor, poco o mucho, tierra que
extraño y que me extraña, tierra que nada militar
podrá enturbiarme o enturbiar.
Es justo que la extrañe. Porque siempre nos quisimos así:
ella pidiendo más de mí, yo de ella, dolidos ambos del
dolor que el uno al otro hacía, y fuertes del amor que nos
tenemos.
Te amo, patria y me amas. En ese amor quemamos imperfecciones, vidas. | es |
Pombo,Rafael | <XXI | Pasó_Con_Sus_Fatigas_El_Laborioso_Día | Pasó con sus fatigas el laborioso día,
Bendijo la conciencia el amasado pan,
Y en frente de la hoguera que en mi rincón ardía,
Tranquila y solitaria sentose el alma mía
Libre del arduo empeño y del mundano afán. | es |
Meléndez_Valdés,Juan | <XXI | No_Con_Mi_Blanda_Lira | No con mi blanda lira
serán en ayes tristes
lloradas las fortunas
de reyes infelices,
ni el grito del soldado
feroz en crudas lides,
o el trueno con que arroja
la bala el bronce horrible.
Yo tiemblo y me estremezco,
que el numen no permite
al labio temeroso
canciones tan sublimes.
Muchacho soy y quiero
decir más apacibles
querellas y gozarme
con danzas y convites.
En ellos coronado
de rosas y alhelíes,
entre risas y versos
menudeo los brindis.
En coros las muchachas
se juntan por oírme,
y al punto mis cantares
con nuevo ardor repiten.
Pues Baco y el de Venus
me dieron que felice
celebre en dulces himnos
sus glorias y festines. | es |
Girondo,Oliverio | <XXI | Y_De_Los_Replanteos | Y de los replanteos
y recontradicciones
y reconsentimientos sin o con sentimiento cansado
y de los repropósitos
y de los reademanes y rediálogos idénticamente bostezables
y del revés y del derecho
y de las vueltas y revueltas y las marañas y recámaras
y remembranzas y remembranas de pegajosísimos labios
y de lo insípido y lo sípido de lo remucho y lo repoco
y lo remenos
recansado de los recodos y repliegues y recovecos y refrotes de lo
remanoseado y relamido hasta en sus más recónditos reductos
repletamente cansado de tanto retanteo y remasaje
y treta terca en tetas
y recomienzo erecto
y reconcubitedio
y reconcubicórneo sin remedio
y tara vana en ansia de alta resonancia
y rato apenas nato ya árido tardo graso dromedario
y poro loco
y parco espasmo enano
y monstruo torvo sorbo del malogro y de lo pornodrástico
cansado hasta el estrabismo mismo de los huesos
de tanto error errante
y queja quena
y desatino tísico
y ufano urbano bípedo hidefalo
escombro caminante
por vicio y sino y tipo y líbido y oficio
recansadísimo
de tanta tanta estanca remetáfora de la náusea
y de la revirgísima inocencia
y de los instintitos perversitos
y de las ideítas reputitas
y de las ideonas reputonas
y de los reflujos y resacas de las resecas circunstancias
desde qué mares padres
y lunares mareas de resonancias huecas
y madres playas cálidas de hastío de alas calmas
sempiternísimamente archicansado
en todos los sentidos y contrasentidos de lo instintivo o sensitivo tibio
remeditativo o remetafísico y reartístico típico
y de los intimísimos remimos y recaricias de la lengua
y de sus regastados páramos vocablos y reconjugaciones y recópulas
y sus remuertas reglas y necrópolis de reputrefactas palabras
simplemente cansado del cansancio
del harto tenso extenso entrenamiento al engusanamiento
y al silencio | es |
Altolaguirre,Manuel | <XXI | La_Voz_Cruel | Alzan la voz cruel
quienes no vieron el paisaje,
los que empujaron por el declive pedregoso
la carne ajena,
quienes debieron ser almas de todos
y se arrancaban de ellos mismos
cuerpos parásitos
para despeñarlos.
Mil muertos de sus vidas brotaban,
mil muertos solitarios
que miraban desde el suelo,
durante el último viaje,
la colosal estatua a la injusticia.
No eran muertos,
eran oprimidos,
seres aplastados,
ramas cortadas de un amante o de un padre,
seres conducidos por un deseo imposible,
topos de vicio
que no hallarán la luz
por sus turbias y blandas galerías.
Alzan la voz cruel
quienes no vieron el paisaje,
los que triunfaron
por la paz interior de sus mentiras.
¡Oh mundo desigual!
Mis ojos lloren
el dolor, la maldad:
la verdad humana.
Mil muertos de sus vidas brotaban,
mil muertos solitarios
que miraban desde el suelo,
durante el último viaje,
la colosal estatua a la injusticia.
No eran muertos,
eran oprimidos,
seres aplastados,
ramas cortadas de un amante o de un padre,
seres conducidos por un deseo imposible,
topos de vicio
que no hallarán la luz
por sus turbias y blandas galerías.
Alzan la voz cruel
quienes no vieron el paisaje,
los que triunfaron
por la paz interior de sus mentiras.
¡Oh mundo desigual!
Mis ojos lloren
el dolor, la maldad:
la verdad humana.
No eran muertos,
eran oprimidos,
seres aplastados,
ramas cortadas de un amante o de un padre,
seres conducidos por un deseo imposible,
topos de vicio
que no hallarán la luz
por sus turbias y blandas galerías.
Alzan la voz cruel
quienes no vieron el paisaje,
los que triunfaron
por la paz interior de sus mentiras.
¡Oh mundo desigual!
Mis ojos lloren
el dolor, la maldad:
la verdad humana.
Alzan la voz cruel
quienes no vieron el paisaje,
los que triunfaron
por la paz interior de sus mentiras.
¡Oh mundo desigual!
Mis ojos lloren
el dolor, la maldad:
la verdad humana.
¡Oh mundo desigual!
Mis ojos lloren
el dolor, la maldad:
la verdad humana. | es |
González,Ángel | <XXI | Son_Las_Gaviotas,_Amor | Son las gaviotas, amor.
Las lentas, altas gaviotas.
Mar de invierno. El agua gris
mancha de frío las rocas.
Tus piernas, tus dulces piernas,
enternecen a las olas.
Un cielo sucio se vuelca
sobre el mar. El viento borra
el perfil de las colinas
de arena. Las tediosas
charcas de sal y de frío
copian tu luz y tu sombra.
Algo gritan, en lo alto,
que tú no escuchas, absorta.
Son las gaviotas, amor.
Las lentas, altas gaviotas.
Mar de invierno. El agua gris
mancha de frío las rocas.
Tus piernas, tus dulces piernas,
enternecen a las olas.
Un cielo sucio se vuelca
sobre el mar. El viento borra
el perfil de las colinas
de arena. Las tediosas
charcas de sal y de frío
copian tu luz y tu sombra.
Algo gritan, en lo alto,
que tú no escuchas, absorta.
Son las gaviotas, amor.
Las lentas, altas gaviotas.
Son las gaviotas, amor.
Las lentas, altas gaviotas. | es |
Pizarnik,Alejandra | <XXI | Tu_Voz | Emboscado en mi escritura
cantas en mi poema.
Rehén de tu dulce voz
petrificada en mi memoria.
Pájaro asido a su fuga.
Aire tatuado por un ausente.
Reloj que late conmigo
para que nunca despierte. | es |
Neruda,Pablo | <XXI | La_Pobreza | Ay no quieres,
te asusta
la pobreza,
no quieres
ir con zapatos rotos al mercado
y volver con el viejo vestido.
Amor, no amamos,
como quieren los ricos,
la miseria. Nosotros
la extirparemos como diente maligno
que hasta ahora ha mordido el corazón del hombre.
Pero no quiero
que la temas.
Si llega por mi culpa a tu morada,
si la pobreza expulsa
tus zapatos dorados,
que no expulse tu risa que es el pan de mi vida.
Si no puedes pagar el alquiler
sal al trabajo con paso orgulloso,
y piensa, amor, que yo te estoy mirando
y somos juntos la mayor riqueza
que jamás se reunió sobre la tierra.
Amor, no amamos,
como quieren los ricos,
la miseria. Nosotros
la extirparemos como diente maligno
que hasta ahora ha mordido el corazón del hombre.
Pero no quiero
que la temas.
Si llega por mi culpa a tu morada,
si la pobreza expulsa
tus zapatos dorados,
que no expulse tu risa que es el pan de mi vida.
Si no puedes pagar el alquiler
sal al trabajo con paso orgulloso,
y piensa, amor, que yo te estoy mirando
y somos juntos la mayor riqueza
que jamás se reunió sobre la tierra.
Pero no quiero
que la temas.
Si llega por mi culpa a tu morada,
si la pobreza expulsa
tus zapatos dorados,
que no expulse tu risa que es el pan de mi vida.
Si no puedes pagar el alquiler
sal al trabajo con paso orgulloso,
y piensa, amor, que yo te estoy mirando
y somos juntos la mayor riqueza
que jamás se reunió sobre la tierra. | es |
Orozco,Olga | <XXI | Estos_Son_Mis_Dos_Pies,_Mi_Error_De_Nacimiento | Estos son mis dos pies, mi error de nacimiento,
mi condena visible a volver a caer una vez más bajo las implacables ruedas del zodíaco,
si no logran volar.
No son bases del templo ni piedras del hogar.
Apenas si dos pies, anfibios, enigmáticos,
remotos como dos serafines mutilados por la desgarradura del camino.
Son mis pies para el paso,
paso a paso sobre todos los muertos,
remontando la muerte con punta y con talón,
cautivos en la jaula de esta noche que debo atravesar y corre junto a mí.
Pies sobre brasas, pies sobre cuchillos,
marcados por el hierro de los diez mandamientos:
dos mártires anónimos tenaces en partir,
dispuestos a golpear en las cerradas puertas del planeta
y a dejar su señal de polvo y obediencia como una huella más,
apenas descifrable entre los remolinos que barren el umbral.
Pies dueños de la tierra,
pies de horizonte que huye,
pulidos como joyas al aliento del sol y al roce del guijarro:
dos pródigos radiantes royendo mi porvenir en los huesos del presente,
dispersando al pasar los rastros de ese reino prometido
que cambia de lugar y se escurre debajo de la hierba a medida que avanzo.
¡Qué instrumentos inaptos para salir y para entrar!
Y ninguna evidencia, ningún sello de predestinación bajo mis pies,
después de tantos viajes a la misma frontera.
Nada más que este abismo entre los dos,
esta ausencia inminente que me arrebata siempre hacia delante,
y este soplo de encuentro y desencuentro sobre cada pisada.
¡Condición prodigiosa y miserable!
He caído en la trampa de estos pies
como un rehén del cielo o del infierno que se interroga en vano por su especie,
que no entiende ni sus huesos ni su piel,
ni esta perseverancia de coleóptero solo,
ni este tam-tam con que se le convoca a un eterno retorno.
¿Y adónde va este ser inmenso, legendario, increíble,
que despliega su vivo laberinto como una pesadilla,
aquí, todavía de pie,
sobre dos fugitivos delirios de la espuma, debajo del diluvio? | es |
Bolaño,Roberto | <XXI | Sangriento_Día_De_Lluvia | Ah, sangriento día de lluvia
qué haces en el alma de los desamparados,
sangriento día de voluntad apenas entrevista:
detrás de la cortina de juncos, en el barrizal,
con los dedos de los pies agarrotados en el dolor
como un animal pequeño y tembloroso:
pero tu no eres pequeño y tus temblores son de placer,
día revestido con las potencias de la voluntad,
aterido y fijo en un barrizal que acaso no sea
de este mundo, descalzo en medio del sueño que se mueve
desde nuestros corazones hasta nuestras necesidades,
desde la ira hasta el deseo: cortina de juncos
que se abre y nos ensucia y nos abraza. | es |
Cordero_Viera,Shirley_G. | XXI | Oídos_Agudos_Se_Llenaron_De_Susurros | Oídos agudos se llenaron de susurros
llegaron al cielo sus gritos
no hubo tambora, para enviar mensaje
diez dedos tomaron fuerza... Y a correr
Una ola de humo con olor a muerte
se bestia con su mejor gala
mientras media sus caderas
miraba golosa afilando sus dientes
La perra llena de cólera y rabia
sentada en su trono observó
uno a uno litigio
no tenía ganas de elegir
bebió de sus linajes
Bailó un llanto a carcajadas
era sorda
pero no muda
su rugido lo escuchó más de uno
su desnudez fue vista por centenares
Una ola de humo con olor a muerte
se bestia con su mejor gala
mientras media sus caderas
miraba golosa afilando sus dientes
La perra llena de cólera y rabia
sentada en su trono observó
uno a uno litigio
no tenía ganas de elegir
bebió de sus linajes
Bailó un llanto a carcajadas
era sorda
pero no muda
su rugido lo escuchó más de uno
su desnudez fue vista por centenares
La perra llena de cólera y rabia
sentada en su trono observó
uno a uno litigio
no tenía ganas de elegir
bebió de sus linajes
Bailó un llanto a carcajadas
era sorda
pero no muda
su rugido lo escuchó más de uno
su desnudez fue vista por centenares
Bailó un llanto a carcajadas
era sorda
pero no muda
su rugido lo escuchó más de uno
su desnudez fue vista por centenares | es |
García_Montero,Luis | <XXI | Recuerdo_Que_Atardecía | Recuerdo que atardecía,
recuerdo que vi su coche
detenerse,
recuerdo la compañía
de sus ojos en la noche,
sin saberse
tras la boca de un gatillo
que esperaba tembloroso
y asesino,
meterse por un pasillo
de aquel corazón dudoso
sin destino. | es |
Blanco,Andrés_Eloy | <XXI | Yo_La_Encontré_Una_Noche_Más_Fría_Que_La_Noche | Yo la encontré una noche más fría que la noche
y silenciosa como una vela
tal vez por miedo de su propio frío
le habían cerrado las puertas a ella
fue una expedición polar
y una palabra de Ella era un deshielo.
Y si fui el explorador impávido
porque llegué a Ella
y puse una mano sobre una mano suya
que estaba blanca como un Polo
pero caliente como un Sahara
le surqué toda la mano
y descansé en ella como una caravana.
Le digo lo que le digo
y afrontándola osadamente
cerca del paso del Noroeste
de su oído, sospechoso como un desfiladero.
Y de un modo inesperado
porque ya todos saben que cerraron la fuente
la casa abrió la boca de su ventana
y abrió los labios
y dijo así: —Soy tuya.
He clavado una cruz en el tope de su mirada
consagrando el Descubrimiento
e hice ondear sobre el polo rendido
la bandera esperanto de la aurora Boreal. | es |
Buesa,José_Ángel | <XXI | Iban_Diez_Mil_Soldados_Bajo_La_Lluvia | Iban diez mil soldados bajo la lluvia
y el cielo gris;
diez mil rostros amargos bajo el casco de acero,
marchando por el lodo sin fin.
Uno solo, entre tantos, sonreía:
era el soldado John Smith.
Cuatro semanas antes,
en el momento de partir,
diez mil madres lloraban. Una sola
sonreía, feliz.
Una sola. ¿Sabéis quién era?
—La madre del soldado John Smith.
En su granja de Ohio,
cuando la feria del maíz,
una gitana de ojos remotos
y brusco perfil,
contempló largamente la mano
de John Smith.
—«Generales y emperadores
se descubrirán ante ti
Veo un desfile de estandartes
y un monumento en el confín
Hallarás la gloria en la guerra,
John Smith».
Bajo la lluvia
y el cielo gris,
marchan hacia la muerte diez mil hombres
que no quieren morir.
Sólo sonríe uno, alto, flaco, pecoso:
se llama John Smith.
Sólo una, entre diez mil manos,
acaricia el fusil.
Quisieran decir que no, diez mil bocas.
Sólo una dice que sí.
Son la mano y la boca del soldado
John Smith.
Y cuando un oficial desenfunda su sable
y un hombrecillo sopla un clarín,
el primero en calar la bayoneta
y disponerse a combatir,
el primero de todos,
es el soldado John Smith.
Y allá va, chapoteando en el fango,
con un heroico frenesí.
Se siente capaz de algo grande
y seguro de no morir.
Es el que siempre va delante:
es
John Smith!
Ya han muerto Jack, y Dick, y Denny.
Y otros cien más. Y luego, mil.
Pero él recuerda a la gitana,
cuando la feria del maíz:
«Hallarás la gloria en la guerra,
John Smith!».
Sí: es el único que sonríe
Pero deja de sonreír.
Un asombro agranda sus ojos
y su mano suelta el fusil.
Con un hueco negro en la frente,
cae el soldado John Smith.
Junto al viejo molino,
de ruidosas aspas de zinc,
en la abandonada trinchera
que parece una cicatriz,
se oye un ruido de palas
y alguien dice: «Cavad aquí
»
Hermoso sol, clara mañana
de abril.
Ya se van viendo los cadáveres
de los que no querían morir.
—Hay uno, con un hueco en la frente,
junto a un oxidado fusil.
Y es colocado en un suntuoso
ataúd de marfil,
y conducido solemnemente
por los bulevares de París,
y depositado en un monumento
de mármol rosa y piedra gris.
Generales y emperadores
se descubren al pasar por allí,
y resuenan las botas de los regimientos
entre intermitentes toques de clarín:
¡en la tumba del Soldado Desconocido,
reposa para siempre John Smith! | es |
Cabral,Manuel_del | <XXI | No._Todavía_No | No. Todavía no.
Pero cuando tengas todo
sin deudas mentales ni físicas,
cuando tengas la higiene necesaria
para que puedas pensar en aquello
que no es todavía tu problema..
desde ese momento (aunque ahora
no lo comprendas)
tú notarás que ya no me necesitas
y entonces me iré.
Pero ya, sin ayer ni mañana,
tú estarás más cerca de mí
que cuando yo estaba contigo. | es |
Gelman,Juan | <XXI | La_Economía_Es_Una_Ciencia | En el decenio que siguió a la crisis
se notó la declinación del coeficiente de ternura
en todos los países considerados
o sea
tu país
mí país
los países que crecían entre tu alma y mi alma
de repente duraban un instante y antes de irse
o desaparecer dejaban caer sábanas
llenas de nuestros sexos
que salían volando alrededor como perdices.
¿Quiere decir que cada vez que hicimos el amor
dejábamos nuestros sexos allí,
y ellos seguían vivitos y coleando como perdices
suavísimas?
Qué raro, mirá que lavábamos las sábanas
con subordinación y valor
para que los jugos de la noche pasada
no inauguraran el pasado
y ningún pasado pusiera una oficina entre nosotros
para ordenarnos el hoy
porque el alma amorosa es desordenada y perfecta
tiene mucha limpieza y lindura
se necesita todo un Dios para encerrarla
como le pasó a Don Francisco
que así pudo cruzar el agua fría de la muerte.
Es bien raro eso de nuestros sexos volando
pero recuerdo ahora que cada vez que yo entraba en tu sexo
y me bañaban tus espumas purísimas con impaciencia
y dulzura y valor
me parecía oír un pajarerío en el bosque de vos
como amor encendiendo otro amor,
o más, es cierto que cada vez nuestros sexos resucitaban
y se ponían a dar vueltas entre ellos
como maripositas encandiladas por el fuego
y se querían morir de nuevo
buscando incesantemente la libertad
y había un país entre la vida y la muerte
donde todo era consolación y hermosura
y no poseíamos nuestro corazón
y nuestros sexos se perdían como almas en la noche
y nunca más los volvíamos a ver para entender
estudio los índices de la tasa de inversión bruta
los índices de la productividad marginal de las inversiones
los índices de crecimiento del producto amoroso
otros índices que es aburrido hablar aquí
y no entiendo nada.
La economía es bien curiosa
al pequeño ahorrista del alma lo engañan en Wall Street
los sueldos de la ternura son bajos
subsiste la injusticia en el mercado mundial del amor,
el aprendiz está rodeado de nubes que parecen elefantes,
eso no le da dicha ni desdicha
en medio de las razones
las redenciones
las resurrecciones.
Se lleva el alma a la nariz para sentir tus perjúmenes
estoy viendo volar los pajaritos que te salían del sexo
mejor dicho
de más allá todavía
de todo lo que valías
o brillabas
o eras
y dabas como jugos de la noche | es |
Casal,Julián_del | <XXI | No_Arrancó_La_Ambición_Las_Quejas_Hondas | No arrancó la Ambición las quejas hondas
Ni el Orgullo inspiró los anatemas
Que atraviesan mis mórbidos poemas
Cual aves negras entre espigas blondas.
Aunque la Dicha terrenal me escondas
No a la voz de mis súplicas le temas,
Que ni lauros, ni honores, ni diademas
Turban de mi alma las dormidas ondas.
Si algún día mi férvida plegaria,
¡Oh, Dios mío!, en blasfemia convertida
Vuela a herir tus oídos paternales,
Es que no siente mi alma solitaria,
En medio de la estepa de la vida,
El calor de las almas fraternales. | es |
Meléndez,Mario | XXI | La_Danza_Del_Toro | Difícilmente olvidarte porque la sangre no se olvida
no se olvida el volcán o el cuchillo de tu boca
o la barba desgarrada en el muro de los siglos
o el eructo de la tierra con su llanto de trinchera
y su color de mosca y su veneno anónimo
Difícilmente la orina del mar con sus alas marchitas
y el grito funerario del cielo y el ojo del relámpago
y la muerte de los muertos y la vida de los muertos
y el mantel del infinito a saltos
sobre los pechos del destino que devora, araña
rompe las cavidades del pubis y su recuerdo ardiente
de cada memoria fría, de cada aullido en llamas
terrible como la cópula de las entrañas
o el latido de un trueno enfermo
terrible en su plumaje de holocausto
en su piel de cataclismo
en su cintura trizada por la sed y el hambre
en los labios del otro, en los huesos del otro
en el gran animal que somos
mientras la panza gime y se retuerce de lombrices
y las arrugas crecen y los bigotes crecen
y crece también la muerte como una muchedumbre
la muerte diaria que nos acompaña, oscura, macabra
deforme en su legado de grietas, en su acento de oruga
en el perfil de las hogueras y de los hipos del universo
Difícilmente olvidarte en la cascada de los sueños
en el gran litoral del miedo o en la vendimia de mi alma
en el vuelo rasante de las letras y de las piedras humanas
en la anatomía del fuego y en las momias recientes
Difícilmente olvidarte cuando caen los bostezos
y la luna tiene un raro parecido al aire
que sofoca las arterias
y aparecen los ciegos y aparecen los ciegos
y aparecen los ciegos cantando con tu voz de bestia
con tus uñas ancladas, con tu eco de tren deshabitado
y con tu noche de alambre y de esqueleto sonámbulo
Porque difícilmente podremos olvidarte, difícilmente
aunque no traigas regalos, aunque te canses del viento
aunque se apaguen tus muelas, difícilmente en el rugido
de un viejo corazón o una camisa de fuerza, difícilmente
en el olor a pólvora de los sesos, en la saliva ausente
y en el verso degollado a la luz de los infiernos
Difícilmente olvidarte cuando caen los bostezos
y la luna tiene un raro parecido al aire
que sofoca las arterias
y aparecen los ciegos y aparecen los ciegos
y aparecen los ciegos cantando con tu voz de bestia
con tus uñas ancladas, con tu eco de tren deshabitado
y con tu noche de alambre y de esqueleto sonámbulo
Porque difícilmente podremos olvidarte, difícilmente
aunque no traigas regalos, aunque te canses del viento
aunque se apaguen tus muelas, difícilmente en el rugido
de un viejo corazón o una camisa de fuerza, difícilmente
en el olor a pólvora de los sesos, en la saliva ausente
y en el verso degollado a la luz de los infiernos | es |
Pardo_García,Germán | <XXI | Centauro_Moribundo | Cansado de la cumbre y la llanura
cubrió al centauro funeral tristeza,
y a las crines de su áspera cabeza
cenizas de la noche prematura.
Sintió que iba a morir y la amargura
nubló su frente de brutal belleza,
y distendió con lánguida fiereza
la solidez de su musculatura.
Al frente, Marathón. Atrás colinas
de triunfo y gloria. Estatuas aquilinas
y mármoles celestes y azucenas.
Después, oscuridad, el fin de un mundo,
y en la sien del centauro moribundo
la última luz del Parthenón de Atenas. | es |
Flórez,Julio | <XXI | ¡Oh_Francia! | El Káiser asaltó tu territorio,
roturándolo a golpe de metralla;
¡en polvo y humo convirtió el emporio
y la campiña en campo de batalla!
Recio hacedor de escombros y desiertos,
inexorable segador de vidas,
abona con pirámides de muertos
tus extensas comarcas combatidas.
Pronto, de nuevo, allí, sembrará el grano
que ayer no más dejó bien satisfecho
su exhausta troje... El próximo verano
dorará el trigo en la región deshecha;
sí, pero entonces... ¡el Nerón germano
sabrá cómo se pierde una cosecha!
Oh Francia, ¿espejo colosal del mundo?
mira: pendientes todas las naciones
están de tu heroísmo sin segundo,
como de tus reveses y aflicciones.
¡A manera de un vivo acantilado,
la teutónica mar ronca y enhiesta
rechazas hoy con brío inusitado,
rígido el puño y pálida la testa!
Ya la idea es legión temible: ahora,
que ante la avilantez del enemigo
y ante su corpulencia destructora,
paras el reto armada del castigo,
la Democracia entera se incorpora
para triunfar... ¡o perecer contigo! | es |
Fuertes,Gloria | <XXI | La_Secta_De_Los_Mendigos | En Madrid hay muchos.
(Ahora les llaman indigentes).
Hay cuatro mil mendigos,
también hay mendigas.
Ya ni piden.
No tienen familia,
no tienen amigos,
no tienen nada.
Algunos han perdido la razón,
otros han perdido todo menos la razón.
Pasan hambre
pasan frío
pasan soledad
pasan dolores
pasan semáforos en rojo.
Comen mortadela y sardinas,
beben coñac de barril
y vino barato de cartón
(ataúdes de cartón).
En invierno se mueren de frío
o de corazón,
(algunos de sida).
Otros mueren porque les mata otro mendigo.
Es diciembre. | es |
Jiménez,Juan_Ramón | <XXI | Clavo_Débil,_Clavo_Fuerte | Clavo débil, clavo fuerte...
Alma mía, ¡que más da!
Fuera cual fuera la suerte,
el cuadro se caerá. | es |
Delfino,Ezequiel | XXI | Lo_Malo_De_Una_Despedida | Lo malo de una despedida
son las verdades descubiertas
por el hilo de sonido que expenden bocas ajenas.
Lo malo de una despedida
son los llantos inservibles,
las falsas esperanzas.
Lo malo es darse cuenta
que ninguno tuvo razón
porque nunca se usó la razón.
Lo malo es volver a casa con el estomago vacío
y alimentarlo con agravios.
Es cerrar la puerta sin llave.
Tomar de tu vaso vacío.
Lo malo de una despedida
son las cobardías que congelan las verdades.
Lo malo es que ya no es lo que era antes. | es |
Muñiz,Lucía | XXI | Mi_Corazón_Te_Espera | Mi corazón te espera.
Cuento espacios
acaricio segundos
la piel tiembla
el alma contempla
la materia se detiene
el ritmo se apaga
el sonido es silencio
mientras todo te llama
Sin que nadie escuche.
Primavera y verano
otoño y espera
los meses son cuentas
de un rosario de ausencia.
Los centímetros de la tierra
de tus pasos me cuentan.
El cielo te vigila.
El viento me susurra,
habla de lo que murmuras.
La noche oscura
sabe del amor que me despierta
y le dice a la luna
que apiadándose de mi espera
cómplice, te busca
invisible sin que la veas
y sólo por encontrarte!
Se vuelve luna nueva.
Cuento espacios
acaricio segundos
la piel tiembla
el alma contempla
la materia se detiene
el ritmo se apaga
el sonido es silencio
mientras todo te llama
Sin que nadie escuche.
Primavera y verano
otoño y espera
los meses son cuentas
de un rosario de ausencia.
Los centímetros de la tierra
de tus pasos me cuentan.
El cielo te vigila.
El viento me susurra,
habla de lo que murmuras.
La noche oscura
sabe del amor que me despierta
y le dice a la luna
que apiadándose de mi espera
cómplice, te busca
invisible sin que la veas
y sólo por encontrarte!
Se vuelve luna nueva.
la piel tiembla
el alma contempla
la materia se detiene
el ritmo se apaga
el sonido es silencio
mientras todo te llama
Sin que nadie escuche.
Primavera y verano
otoño y espera
los meses son cuentas
de un rosario de ausencia.
Los centímetros de la tierra
de tus pasos me cuentan.
El cielo te vigila.
El viento me susurra,
habla de lo que murmuras.
La noche oscura
sabe del amor que me despierta
y le dice a la luna
que apiadándose de mi espera
cómplice, te busca
invisible sin que la veas
y sólo por encontrarte!
Se vuelve luna nueva.
la materia se detiene
el ritmo se apaga
el sonido es silencio
mientras todo te llama
Sin que nadie escuche.
Primavera y verano
otoño y espera
los meses son cuentas
de un rosario de ausencia.
Los centímetros de la tierra
de tus pasos me cuentan.
El cielo te vigila.
El viento me susurra,
habla de lo que murmuras.
La noche oscura
sabe del amor que me despierta
y le dice a la luna
que apiadándose de mi espera
cómplice, te busca
invisible sin que la veas
y sólo por encontrarte!
Se vuelve luna nueva.
el sonido es silencio
mientras todo te llama
Sin que nadie escuche.
Primavera y verano
otoño y espera
los meses son cuentas
de un rosario de ausencia.
Los centímetros de la tierra
de tus pasos me cuentan.
El cielo te vigila.
El viento me susurra,
habla de lo que murmuras.
La noche oscura
sabe del amor que me despierta
y le dice a la luna
que apiadándose de mi espera
cómplice, te busca
invisible sin que la veas
y sólo por encontrarte!
Se vuelve luna nueva.
Sin que nadie escuche.
Primavera y verano
otoño y espera
los meses son cuentas
de un rosario de ausencia.
Los centímetros de la tierra
de tus pasos me cuentan.
El cielo te vigila.
El viento me susurra,
habla de lo que murmuras.
La noche oscura
sabe del amor que me despierta
y le dice a la luna
que apiadándose de mi espera
cómplice, te busca
invisible sin que la veas
y sólo por encontrarte!
Se vuelve luna nueva.
Primavera y verano
otoño y espera
los meses son cuentas
de un rosario de ausencia.
Los centímetros de la tierra
de tus pasos me cuentan.
El cielo te vigila.
El viento me susurra,
habla de lo que murmuras.
La noche oscura
sabe del amor que me despierta
y le dice a la luna
que apiadándose de mi espera
cómplice, te busca
invisible sin que la veas
y sólo por encontrarte!
Se vuelve luna nueva.
los meses son cuentas
de un rosario de ausencia.
Los centímetros de la tierra
de tus pasos me cuentan.
El cielo te vigila.
El viento me susurra,
habla de lo que murmuras.
La noche oscura
sabe del amor que me despierta
y le dice a la luna
que apiadándose de mi espera
cómplice, te busca
invisible sin que la veas
y sólo por encontrarte!
Se vuelve luna nueva.
Los centímetros de la tierra
de tus pasos me cuentan.
El cielo te vigila.
El viento me susurra,
habla de lo que murmuras.
La noche oscura
sabe del amor que me despierta
y le dice a la luna
que apiadándose de mi espera
cómplice, te busca
invisible sin que la veas
y sólo por encontrarte!
Se vuelve luna nueva.
El cielo te vigila.
El viento me susurra,
habla de lo que murmuras.
La noche oscura
sabe del amor que me despierta
y le dice a la luna
que apiadándose de mi espera
cómplice, te busca
invisible sin que la veas
y sólo por encontrarte!
Se vuelve luna nueva.
El viento me susurra,
habla de lo que murmuras.
La noche oscura
sabe del amor que me despierta
y le dice a la luna
que apiadándose de mi espera
cómplice, te busca
invisible sin que la veas
y sólo por encontrarte!
Se vuelve luna nueva.
La noche oscura
sabe del amor que me despierta
y le dice a la luna
que apiadándose de mi espera
cómplice, te busca
invisible sin que la veas
y sólo por encontrarte!
Se vuelve luna nueva.
y le dice a la luna
que apiadándose de mi espera
cómplice, te busca
invisible sin que la veas
y sólo por encontrarte!
Se vuelve luna nueva.
cómplice, te busca
invisible sin que la veas
y sólo por encontrarte!
Se vuelve luna nueva.
y sólo por encontrarte!
Se vuelve luna nueva. | es |
Benítez_Reyes,Felipe | <XXI | La_Madrugada | La madrugada,
lenta.
En la avenida
apenas queda gente: alguna sombra
que se teme a sí misma y que se asombra
de su propio reflejo.
Cobran vida
los fantasmas confusos que guardamos
en esa liviandad atormentada
que llamamos memoria, siendo nada.
Los árboles, al viento, forman ramos
de nerviosa hojarasca titilante.
Y no sé adónde voy si voy conmigo,
pues siempre anda sin rumbo ese enemigo
que tiene nuestro rostro.
Vuela errante
un pájaro nocturno.
Las farolas
forman constelaciones de oro mágico
y la luz de la luna tiene el trágico
reflejo evanescente de las olas
al romper en la orilla
en el invierno
de helada majestad y de tristeza,
cuando el mundo recobra su pureza
de esfera de cristal de brillo eterno,
de planeta aterido y aterrado.
Un coche fugitivo y una alarma,
y mendigos en busca de su karma
en las bocas del metro.
Algún soldado
guarda el palacio incierto de su rey.
(Y es la hora ya de esos tacones rojos
que huyen perseguidos por los ojos
virtuales de Dios o de la Ley).
La luna es una luz que busca dueño
y un furtivo reloj de esfera oscura.
Cuando el día se abra en su blancura,
los ojos crearán ese otro sueño
que soñaré despierto y que, a lo sumo,
tendrá la realidad que tiene el humo. | es |
Felipe,León | <XXI | Huyen._Se_Ve_Que_Huyen | Huyen. Se ve que huyen
vueltas de espaldas a la tierra.
Nosotros no hemos visto todavía
los ojos de una estrella.
Para buscar lo que buscamos
(¿dónde está mi sortija?) una cerilla es buena,
y la luz del gas,
y la maravillosa luz eléctrica...
Nosotros no hemos visto todavía
los ojos de una estrella. | es |
Altolaguirre,Manuel | <XXI | Es_La_Lluvia_Miradas_De_Ángeles_Gloriosos | Es la lluvia miradas de ángeles gloriosos,
acordes de cristales.
Y sobre todo esto:
la alegría de estar no junto,
ni sobre, ni tampoco dentro,
sino en ella.
Contundidos los dos,
más que fundidos.
Hechos ya un solo cuerpo,
un alma sola
que se besa a sí misma
por los espacios blancos,
olvidada del mundo. | es |
Sabines,Jaime | <XXI | Vamos_A_Guardar_Este_Día | Vamos a guardar este día
entre las horas, para siempre,
el cuarto a oscuras,
Debussy y la lluvia,
tú a mi lado, descansando de amar.
Tu cabellera en que el humo de mi cigarrillo
flotaba densamente, imantado, como una mano
acariciando.
Tu espalda como una llanura en el silencio
y el declive inmóvil de tu costado
en que trataban de levantarse,
como de un sueño, mis besos.
La atmósfera pesada
de encierro, de amor, de fatiga,
con tu corazón de virgen odiándome y odiándote.
todo ese malestar del sexo ahíto,
esa convalecencia en que nos buscaban los ojos
a través de la sombra para reconciliarnos.
Tu gesto de mujer de piedra,
última máscara en que a pesar de ti te refugiabas,
domesticabas tu soledad.
Los dos, nuevos en el alma, preguntando por qué.
Y más tarde tu mano apretando la mía,
cayéndose tu cabeza blandamente en mi pecho,
y mis dedos diciéndole no sé qué cosas a tu cuello.
Vamos a guardar este día
entre las horas para siempre. | es |
Othón,Manuel_José | <XXI | ¡Sus,_Vaquero_Marcial!_De_Nuestra_Boca | Los nahuales
¡Sus, Vaquero Marcial! De nuestra boca
los conjuros oirás: aunque en la brega
quedaste vencedor, siempre a ti llega
de los hombres la voz que te provoca.
¡Por dondequiera el mal! Tu mano toca
las campiñas también, Ya en ronda ciega
el coro de las brujas se despliega
de ti en redor, sobre la abrupta roca.
Hijas sois de la víbora y el sapo:
de vuestro hediondo seno sacad presto
las efigies ridículas de trapo...
¡Oh, representación de los mortales!,
mostrad aquí vuestro asombrado gesto
en la danza infernal de los nahuales. | es |
Martínez,Fabiana | XXI | Porque_Tus_Brazos_Son_Fuertes | Porque tus brazos son fuertes
y tienen extensión,
a su final las manos
al comienzo, el sol.
Porque mi reflejo es tu imagen
y su brillo universal
Con los brazos abiertos
esperaron, recibieron, entregaron.
Y la historia llegó,
y se pudo escuchar para saber,
y el futuro se vió
y se pudo traer para cantar.
Los corazones fueron uno,
los de antes, los de entonces y después.
Todo se quiso entregar,
y mas se entregó
y mas volvía para dar.
De los hombres vinieron dioses,
ya no había nada que temer. | es |
Flores,Manuel_María | <XXI | La_Tarde_Era_Triste | La tarde era triste,
la nieve caía,
su blanco sudario
los campos cubría;
ni un ave volaba,
ni oíase rumor.
Apenas la nieve
dejando su huella,
pasaba muy triste,
muy pálida y bella,
la niña que ha sido
del valle la flor.
Llevaba en el cinto
su pobre calzado;
su hermano pequeño
que marcha a su lado
le dice: —«No sienten
la nieve tus pies?»
«Mis pies nada sienten»
—responde con calma—
«el frío que yo siento
lo llevo en el alma;
y el frío de la nieve
más duro no es».
Y dice el pequeño
que helado tirita:
—«¡Más frío que el de nieve!...
¿Cuál es, hermanita?
¡No hay otro que pueda
decirse mayor!...»
—«Aquel que de muerte
las almas taladre;
aquel que en el alma
me puso mi madre
el día que a mi esposo
me unió sin amor».
Apenas la nieve
dejando su huella,
pasaba muy triste,
muy pálida y bella,
la niña que ha sido
del valle la flor.
Llevaba en el cinto
su pobre calzado;
su hermano pequeño
que marcha a su lado
le dice: —«No sienten
la nieve tus pies?»
«Mis pies nada sienten»
—responde con calma—
«el frío que yo siento
lo llevo en el alma;
y el frío de la nieve
más duro no es».
Y dice el pequeño
que helado tirita:
—«¡Más frío que el de nieve!...
¿Cuál es, hermanita?
¡No hay otro que pueda
decirse mayor!...»
—«Aquel que de muerte
las almas taladre;
aquel que en el alma
me puso mi madre
el día que a mi esposo
me unió sin amor».
Llevaba en el cinto
su pobre calzado;
su hermano pequeño
que marcha a su lado
le dice: —«No sienten
la nieve tus pies?»
«Mis pies nada sienten»
—responde con calma—
«el frío que yo siento
lo llevo en el alma;
y el frío de la nieve
más duro no es».
Y dice el pequeño
que helado tirita:
—«¡Más frío que el de nieve!...
¿Cuál es, hermanita?
¡No hay otro que pueda
decirse mayor!...»
—«Aquel que de muerte
las almas taladre;
aquel que en el alma
me puso mi madre
el día que a mi esposo
me unió sin amor».
«Mis pies nada sienten»
—responde con calma—
«el frío que yo siento
lo llevo en el alma;
y el frío de la nieve
más duro no es».
Y dice el pequeño
que helado tirita:
—«¡Más frío que el de nieve!...
¿Cuál es, hermanita?
¡No hay otro que pueda
decirse mayor!...»
—«Aquel que de muerte
las almas taladre;
aquel que en el alma
me puso mi madre
el día que a mi esposo
me unió sin amor».
Y dice el pequeño
que helado tirita:
—«¡Más frío que el de nieve!...
¿Cuál es, hermanita?
¡No hay otro que pueda
decirse mayor!...»
—«Aquel que de muerte
las almas taladre;
aquel que en el alma
me puso mi madre
el día que a mi esposo
me unió sin amor».
—«Aquel que de muerte
las almas taladre;
aquel que en el alma
me puso mi madre
el día que a mi esposo
me unió sin amor». | es |
Guillén,Jorge | <XXI | Tréboles | Cada vez que me despierto
mi boca vuelve a tu nombre
como el marino a su puerto.
Este volver a empezar
cada jornada sin ti,
esta sensación de mar
que navego y ya perdí...
Como si mi voz te alcanzase,
murmura: Amour adoré,
¿No puedes oírme? No sé.
Vivos estamos en la frase.
¡Qué lejos ayer de hoy!
Hondo ayer: dos fuimos uno.
Hoy no estás y yo no soy.
Gentes que me son extrañas:
esas que me creen solo
sin ver que tú me acompañas.
Así voy sin ti: perdido
por entre gentes que anulan
nuestro amor bajo su olvido.
La Patria, lejos, en el lodo.
Soledades alrededor.
Navidad a pesar de todo:
hijos, su recuerdo, mi amor.
La memoria, malla a malla,
me cubre armando su mundo.
Interior, mi noche calla.
En tu recuerdo me hundo.
Ya te lo decía yo.
Era imposible el olvido.
Fuimos verdad. Y quedó.
Sobre esta misma almohada
me acompañó su cabeza.
Sé ya ahora cómo empieza
la blancura de la nada.
Despierto y como no estás,
no me suena el mundo a mundo:
nunca a solas no hay compás.
¡Estaba yo tan contento
de ser yo, yo para ti!
¡Qué alegría ser así
dos historias en un cuento!
Lo que un día me dijiste
de nuevo suena en mi oído.
La soledad no es tan triste.
Ser es también no haber sido. | es |
Moreno_Villa,José | <XXI | Cosa_Que_No_Anda | Cosa que no anda
que viene y se va,
¿para qué la quiero?
¡Ay, mar!
Cosa que se amansa
o irrita al azar,
¿para qué la quiero?
¡Ay, mar!
Cosa que no acierta
uno a dominar...
¡Ay fuerza perdida,
la del mar! | es |
Rodríguez,Antonieta | XXI | Yo_Siempre_Llego_Tarde_Pero_Llego | Yo siempre llego tarde pero llego
y no es mala costumbre ni pereza
es sencillamente miedo
de llegar temprano. | es |
Fernández_Rivera,David | XXI | Una_Mariposa_Al_Fondo_Gris... | Por veces,
creí verla entre la solapa traslúcida
de una mariposa negra.
Los ángulos de la ventana
eran espuma,
ahora que el alfeizar se tornaba
en el escaparate
donde los molinos juguetean con la sangre suspendida
en el recuerdo
de la lluvia.
Los sepulcros se abrían en cada suspiro de la avenida,
gimoteando estallidos
sobre la moqueta gris...
Sobre la lámpara,
el agua se diluía
hacia el cono de luz.
Allí se perdía una infancia.
Estabas tú...
Tras el jadeo de mis párpados,
el rojo se entumeció
con el color de un beso.
Al otro lado estabas tú...
Tras los cristales
seguirían desapareciendo lingotes de savia.
Fueron siete pasos
y tan sólo volví el perfil
para recordar cómo las cadenas del viento
suspiraban mi melancolía
sobre la soledad de aquellos soportales.
Era noche y no estabas tú.
Por el momento,
alguien sigue vagando sólo
a las tres de la madrugada,
se estremece de frio,
cuando en la escalera del fondo
se entrecruzan los aullidos
con la quietud de los labios.
Bonjour, madamme...
El tiempo se va... | es |
Riechmann,Jorge | <XXI | 18 | La posguerra por ejemplo en Grecia
es una guerra que se prolonga
por ejemplo dentro de un campo de concentración.
Yannis Ritsos
garrapatea papeles desgarrados
en los retretes o bajo la manta.
Después esconde los poemas
en botellas vacías que entierra
por si la guerra finalizase algún día.
Los dibujos sobre las piedras
mantienen a raya a la locura.
La posguerra, esa guerra inacabable. | es |
Borao_Llop,Sergio | XXI | Dos_Sanguinarias_Guerras_Hay_En_Marcha | Dos sanguinarias guerras hay en marcha.
La más antigua enfrenta
al hombre contra el hombre
desde el alba difusa de los tiempos.
Pero hay otro combate más terrible,
más irreal, más lento, más certero:
Es la lucha irracional del hombre
contra la tierra que le dio la savia
para formar ciudades hasta el cielo.
Yo vengo a hablar por boca del herido,
del que sufre el horror, del mutilado,
de la mujer que espera, del soldado,
del suelo amenazado de exterminio.
Yo invoco la pasión y las palabras
para hablar de los golpes recibidos,
para nombrar los nombres olvidados.
Quiero ser del caballo la herradura,
del águila las garras carniceras.
Quiero tener los hilos de la araña
y el salto repentino del animal salvaje
y la tenacidad inamovible
de la pequeña hormiga.
Quiero tener la fuerza del torrente
y la elevada altura de los riscos
y el poder permanente de la lluvia.
Quiero tener las olas oceánicas,
la furia del volcán y la lava candente.
Quiero estar en la sangre de los pobres,
en la resina espesa de los pinos
y en la herida mortal del combatiente.
Quiero ser trigo, tigre, peregrino
en sendas donde no haya bombardeos;
ser eucalipto, menta, ardilla, grajo,
luciérnaga fugaz, caballo, avena,
hoja perenne, oliva, jornalero,
aroma, niña, tallo, crisantemo,
amapola radiante, gorrioncito,
y nunca, nunca, nunca
ennegrecido cráter.
Pero hay otro combate más terrible,
más irreal, más lento, más certero:
Es la lucha irracional del hombre
contra la tierra que le dio la savia
para formar ciudades hasta el cielo.
Yo vengo a hablar por boca del herido,
del que sufre el horror, del mutilado,
de la mujer que espera, del soldado,
del suelo amenazado de exterminio.
Yo invoco la pasión y las palabras
para hablar de los golpes recibidos,
para nombrar los nombres olvidados.
Quiero ser del caballo la herradura,
del águila las garras carniceras.
Quiero tener los hilos de la araña
y el salto repentino del animal salvaje
y la tenacidad inamovible
de la pequeña hormiga.
Quiero tener la fuerza del torrente
y la elevada altura de los riscos
y el poder permanente de la lluvia.
Quiero tener las olas oceánicas,
la furia del volcán y la lava candente.
Quiero estar en la sangre de los pobres,
en la resina espesa de los pinos
y en la herida mortal del combatiente.
Quiero ser trigo, tigre, peregrino
en sendas donde no haya bombardeos;
ser eucalipto, menta, ardilla, grajo,
luciérnaga fugaz, caballo, avena,
hoja perenne, oliva, jornalero,
aroma, niña, tallo, crisantemo,
amapola radiante, gorrioncito,
y nunca, nunca, nunca
ennegrecido cráter.
Yo vengo a hablar por boca del herido,
del que sufre el horror, del mutilado,
de la mujer que espera, del soldado,
del suelo amenazado de exterminio.
Yo invoco la pasión y las palabras
para hablar de los golpes recibidos,
para nombrar los nombres olvidados.
Quiero ser del caballo la herradura,
del águila las garras carniceras.
Quiero tener los hilos de la araña
y el salto repentino del animal salvaje
y la tenacidad inamovible
de la pequeña hormiga.
Quiero tener la fuerza del torrente
y la elevada altura de los riscos
y el poder permanente de la lluvia.
Quiero tener las olas oceánicas,
la furia del volcán y la lava candente.
Quiero estar en la sangre de los pobres,
en la resina espesa de los pinos
y en la herida mortal del combatiente.
Quiero ser trigo, tigre, peregrino
en sendas donde no haya bombardeos;
ser eucalipto, menta, ardilla, grajo,
luciérnaga fugaz, caballo, avena,
hoja perenne, oliva, jornalero,
aroma, niña, tallo, crisantemo,
amapola radiante, gorrioncito,
y nunca, nunca, nunca
ennegrecido cráter.
Yo invoco la pasión y las palabras
para hablar de los golpes recibidos,
para nombrar los nombres olvidados.
Quiero ser del caballo la herradura,
del águila las garras carniceras.
Quiero tener los hilos de la araña
y el salto repentino del animal salvaje
y la tenacidad inamovible
de la pequeña hormiga.
Quiero tener la fuerza del torrente
y la elevada altura de los riscos
y el poder permanente de la lluvia.
Quiero tener las olas oceánicas,
la furia del volcán y la lava candente.
Quiero estar en la sangre de los pobres,
en la resina espesa de los pinos
y en la herida mortal del combatiente.
Quiero ser trigo, tigre, peregrino
en sendas donde no haya bombardeos;
ser eucalipto, menta, ardilla, grajo,
luciérnaga fugaz, caballo, avena,
hoja perenne, oliva, jornalero,
aroma, niña, tallo, crisantemo,
amapola radiante, gorrioncito,
y nunca, nunca, nunca
ennegrecido cráter.
Quiero ser del caballo la herradura,
del águila las garras carniceras.
Quiero tener los hilos de la araña
y el salto repentino del animal salvaje
y la tenacidad inamovible
de la pequeña hormiga.
Quiero tener la fuerza del torrente
y la elevada altura de los riscos
y el poder permanente de la lluvia.
Quiero tener las olas oceánicas,
la furia del volcán y la lava candente.
Quiero estar en la sangre de los pobres,
en la resina espesa de los pinos
y en la herida mortal del combatiente.
Quiero ser trigo, tigre, peregrino
en sendas donde no haya bombardeos;
ser eucalipto, menta, ardilla, grajo,
luciérnaga fugaz, caballo, avena,
hoja perenne, oliva, jornalero,
aroma, niña, tallo, crisantemo,
amapola radiante, gorrioncito,
y nunca, nunca, nunca
ennegrecido cráter.
Quiero tener la fuerza del torrente
y la elevada altura de los riscos
y el poder permanente de la lluvia.
Quiero tener las olas oceánicas,
la furia del volcán y la lava candente.
Quiero estar en la sangre de los pobres,
en la resina espesa de los pinos
y en la herida mortal del combatiente.
Quiero ser trigo, tigre, peregrino
en sendas donde no haya bombardeos;
ser eucalipto, menta, ardilla, grajo,
luciérnaga fugaz, caballo, avena,
hoja perenne, oliva, jornalero,
aroma, niña, tallo, crisantemo,
amapola radiante, gorrioncito,
y nunca, nunca, nunca
ennegrecido cráter.
Quiero tener las olas oceánicas,
la furia del volcán y la lava candente.
Quiero estar en la sangre de los pobres,
en la resina espesa de los pinos
y en la herida mortal del combatiente.
Quiero ser trigo, tigre, peregrino
en sendas donde no haya bombardeos;
ser eucalipto, menta, ardilla, grajo,
luciérnaga fugaz, caballo, avena,
hoja perenne, oliva, jornalero,
aroma, niña, tallo, crisantemo,
amapola radiante, gorrioncito,
y nunca, nunca, nunca
ennegrecido cráter.
Quiero estar en la sangre de los pobres,
en la resina espesa de los pinos
y en la herida mortal del combatiente.
Quiero ser trigo, tigre, peregrino
en sendas donde no haya bombardeos;
ser eucalipto, menta, ardilla, grajo,
luciérnaga fugaz, caballo, avena,
hoja perenne, oliva, jornalero,
aroma, niña, tallo, crisantemo,
amapola radiante, gorrioncito,
y nunca, nunca, nunca
ennegrecido cráter.
Quiero ser trigo, tigre, peregrino
en sendas donde no haya bombardeos;
ser eucalipto, menta, ardilla, grajo,
luciérnaga fugaz, caballo, avena,
hoja perenne, oliva, jornalero,
aroma, niña, tallo, crisantemo,
amapola radiante, gorrioncito,
y nunca, nunca, nunca
ennegrecido cráter. | es |
Encina,Juan_del | <XXI | Romerico,_Tú_Que_Vienes | Romerico, tú que vienes
De donde mi vida está,
Las nuevas de ella me da,
Dame nuevas de mi vida
Así Dios te dé placer,
Si tú me quieres hacer
Alegre con tu venida.
Que después de mi partida
De mal en peor me va.
Las nuevas de ella me da. | es |
García_Herrera,José_Luis | XXI | Lluvia_De_Octubr | Con el olor de la lluvia se aproximan
las remotas caravanas del recuerdo.
Abandonan su equipaje de añoranza
en los portales de una calle anónima.
El sabor de la lluvia posee aromas de infancia,
cadencias de lavanda y pellizcos de ciclamen.
Un tapiz de intenso gris cubre la argamasa del cielo
y las copas de los árboles recortan el paisaje
con la dimensión de un adiós o un hasta luego
que busca semillas de sol en la distancia.
El olor de la lluvia, de la tierra mojada,
nos recoge en el claustro de la meditación,
en el aula reservada para aprendices de náufragos
condenados a ser eternos arlequines de agua.
En estas horas escritas con zumo de limón
las lágrimas pesan como goterones de plomo,
como las monedas sin lustre de la tristeza
hurtadas de la hucha secreta del corazón baldío.
El viento pregona los poemas de la ausencia
entre los portales de la ciudad vencida por el agua;
y una voz solitaria, ebria de roble y de tanino,
acuña el silencio en el vaho de la ventana.
La lluvia es el poema de los que se fueron. | es |
Ratón,Maeve | XXI | Si_No_Creyera_En_El_Cielo | Si no creyera en el cielo,
mi religión sería mi conciencia.
Si creyera en el infierno,
a veces lo confundiría con la vida. | es |
Pardo_García,Germán | <XXI | Humildad | ¡Hombre sencillo que tu pan coccionas
en fogones que son de tu alimento
la alegría frugal, el condimento
con que en tu casa la escasez sazonas!
¿Dije tuya? ¡Perdón, porque perdonas
aunque hambre tienes y a la vez sediento
vives sin casa y cruzas como el viento
sobre la grieta vegetal que abonas!
Es tu ventura: ¡apaciguar rebaño
que no es el tuyo! ¡En una sementera
que es la del otro, recogerle al año
su ración de semilla forrajera,
y calentar en el rincón extraño
la humilde sopa en infeliz caldera! | es |
Jiménez,Juan_Ramón | <XXI | ¡Ya_Se_Arreglarán_Los_Sueños | ¡Ya se arreglarán los sueños,
mañana se arreglarán!
¡Hoy, a soltar y a gozar!
Hoy para encontrar el amigo,
para olearse en los dos ríos,
para hablar con duras mujeres;
hoy para irisarse de césped,
para ventear a caballo,
para silbear en el árbol,
para acerarse en las montañas,
para huir por las luces anchas
perdido entre glorias ruidosas...
Hoy para la gran tensión fresca
de un vivir sin casa ni venda.
¡Ya se ordenarán los sueños,
mañana se ordenarán!
¡Hoy, a romper y a cantar!
Hoy para encontrar el amigo,
para olearse en los dos ríos,
para hablar con duras mujeres;
hoy para irisarse de césped,
para ventear a caballo,
para silbear en el árbol,
para acerarse en las montañas,
para huir por las luces anchas
perdido entre glorias ruidosas...
Hoy para la gran tensión fresca
de un vivir sin casa ni venda.
¡Ya se ordenarán los sueños,
mañana se ordenarán!
¡Hoy, a romper y a cantar!
¡Ya se ordenarán los sueños,
mañana se ordenarán!
¡Hoy, a romper y a cantar! | es |
Caseiro,María_Eugenia | XXI | Instante_De_Arena | Era en el sueño la ciudad imprevista
a que llegaba un convoy a toda hora.
En el dormir la vida que jugamos
sin prevenir la brevedad
o postergar el paso
en la inquietante virtud de los espejos.
Las tablillas de Moisés no nos sirvieron,
concluían los talonarios con demoras
volando el sueño más allá de la espera,
y en las habitaciones soterradas otra estación
cuajada con paseantes azules y mimosos como orquídeas,
bordaba su ajetreo.
Esa ciudad del sueño que refleja la muerte
no es otra que un transitar constante en el barranco
en que los relojes quedaron detenidos para siempre,
pero la ausencia sostenida por nosotros
se desborda lanzando desde allí sus carcajadas
sin desmentir nuestra lágrima
aún cuajándose a la altura del vitral de la memoria.
Esa ciudad en que fueron solventados los adioses
contiene el instante tangencial entre dos vidas:
todo en una misma, la del sueño,
y esta otra capaz de resolver de manera imprecisa
a través suyo las separaciones.
Luego el despertar, ese golpe de arena
en los ojos que siguen almacenando nubes. | es |
Garza,Humberto_C. | XXI | Nuestro_Idilio | Éramos jóvenes aún
como hierba recién salida de la tierra
cuando nos amamos.
Éramos rosas
sin violaciones de sorpresas dolorosas,
éramos el vaho
nostálgico de otoño,
éramos una feria sin fin en la comarca,
cuando nuestro idilio;
timidez de palomas en el río,
saltó a los aires y llenó el vacío.
Las piedras, recién mojadas por la lluvia,
hablaban de nosotros.
El rumor de las jaras ascendía
por una cuerda astral al universo.
¡Yo sí te amé!
El gemido
de mi fuerza implacable te lo dijo.
¡Yo sí te amé!
¡Lo juro!
Por las piedras precámbricas del río,
por nuestro suelo viejo,
por tu sagrado y el sagrado mío.
Virginal inconsistencia aquella tuya...
bañándose en las notas de la vida
y en la música cósmica.
Me quisiste, y te quise...
Nuestras almas,
atropellándose en la confusión de la inocencia,
soltaron a volar aves de fuego
al espacio infinito de la vida
donde tiene el dolor su residencia.
Éramos rosas
sin violaciones de sorpresas dolorosas,
éramos el vaho
nostálgico de otoño,
éramos una feria sin fin en la comarca,
cuando nuestro idilio;
timidez de palomas en el río,
saltó a los aires y llenó el vacío.
Las piedras, recién mojadas por la lluvia,
hablaban de nosotros.
El rumor de las jaras ascendía
por una cuerda astral al universo.
¡Yo sí te amé!
El gemido
de mi fuerza implacable te lo dijo.
¡Yo sí te amé!
¡Lo juro!
Por las piedras precámbricas del río,
por nuestro suelo viejo,
por tu sagrado y el sagrado mío.
Virginal inconsistencia aquella tuya...
bañándose en las notas de la vida
y en la música cósmica.
Me quisiste, y te quise...
Nuestras almas,
atropellándose en la confusión de la inocencia,
soltaron a volar aves de fuego
al espacio infinito de la vida
donde tiene el dolor su residencia.
Las piedras, recién mojadas por la lluvia,
hablaban de nosotros.
El rumor de las jaras ascendía
por una cuerda astral al universo.
¡Yo sí te amé!
El gemido
de mi fuerza implacable te lo dijo.
¡Yo sí te amé!
¡Lo juro!
Por las piedras precámbricas del río,
por nuestro suelo viejo,
por tu sagrado y el sagrado mío.
Virginal inconsistencia aquella tuya...
bañándose en las notas de la vida
y en la música cósmica.
Me quisiste, y te quise...
Nuestras almas,
atropellándose en la confusión de la inocencia,
soltaron a volar aves de fuego
al espacio infinito de la vida
donde tiene el dolor su residencia.
¡Yo sí te amé!
El gemido
de mi fuerza implacable te lo dijo.
¡Yo sí te amé!
¡Lo juro!
Por las piedras precámbricas del río,
por nuestro suelo viejo,
por tu sagrado y el sagrado mío.
Virginal inconsistencia aquella tuya...
bañándose en las notas de la vida
y en la música cósmica.
Me quisiste, y te quise...
Nuestras almas,
atropellándose en la confusión de la inocencia,
soltaron a volar aves de fuego
al espacio infinito de la vida
donde tiene el dolor su residencia.
Virginal inconsistencia aquella tuya...
bañándose en las notas de la vida
y en la música cósmica.
Me quisiste, y te quise...
Nuestras almas,
atropellándose en la confusión de la inocencia,
soltaron a volar aves de fuego
al espacio infinito de la vida
donde tiene el dolor su residencia.
Me quisiste, y te quise...
Nuestras almas,
atropellándose en la confusión de la inocencia,
soltaron a volar aves de fuego
al espacio infinito de la vida
donde tiene el dolor su residencia. | es |
Darío,Rubén | <XXI | Diré_De_La_Generación | Diré de la generación
en flor, de las almas flamantes,
primavera e iniciación;
de vosotros, ¡oh estudiantes!,
empenachados de ilusión
y acorazados de audacia,
que tendéis vuestras almas plenas
de amor, de fuerza y de gracia,
al divino Platón de Atenas
o al celeste Orfeo de Tracia,
a la Verdad o a la Armonía,
al Cálculo o al Ensueño,
firmes de ardor, vivos de empeño,
robustos de confianza propia
y a quien es justo que ceda
la fugaz Fortuna su rueda,
la Abundancia su cornucopia;
vosotros que sabéis por qué
abre Pegaso las alas
y hay misterio en la lumbre de
los ojos del búho de Palas,
sed cantados y bendecidos.
Estad atentos a los ruidos
que preceden la alba naciente,
estad atentos a los nidos
que se incuban en el presente,
a lo que vendrá y que se anuncia,
en la palabra que pronuncia
vuestra boca. El grito sagrado
para vosotros resuena
como pitagórico verso,
clamad así ante el universo:
¡Ave, Argentina, vita plena!
¡Jóvenes, frentes para lauros,
brazos para amantes abrazos,
pero también gímnicos brazos
para hidras y minotauros;
infantes de mundial estirpe,
que vuestra voluntad extirpe,
falso anhelo, odio victimario,
y en el patriótico sagrario
dejéis como ofrendas de aristos
ansias de Perseos o Cristos
en la fiesta del Centenario!
¡Ave, Argentina, vita plena! | es |
Bécquer,Gustavo_Adolfo | <XXI | Rima_Xxv | Cuando en la noche te envuelven
las alas de tul del sueño
y tus tendidas pestañas
semejan arcos de ébano,
por escuchar los latidos
de tu corazón inquieto
y reclinar tu dormida
cabeza sobre mi pecho,
diera, alma mía,
cuanto posea:
¡la luz, el aire
y el pensamiento!
Cuando se clavan tus ojos
en un invisible objeto
y tus labios ilumina
de una sonrisa el reflejo,
por leer sobre tu frente
el callado pensamiento
que pasa como la nube
del mar sobre el ancho espejo,
diera, alma mía,
cuanto deseo:
¡la fama, el oro,
la gloria, el genio!
Cuando enmudece tu lengua
y se apresura tu aliento
y tus mejillas se encienden
y entornas tus ojos negros,
por ver entre sus pestañas
brillar con húmedo fuego
la ardiente chispa que brota
del volcán de los deseos,
diera, alma mía,
por cuanto espero,
la fe, el espíritu,
la tierra, el cielo.
Cuando se clavan tus ojos
en un invisible objeto
y tus labios ilumina
de una sonrisa el reflejo,
por leer sobre tu frente
el callado pensamiento
que pasa como la nube
del mar sobre el ancho espejo,
diera, alma mía,
cuanto deseo:
¡la fama, el oro,
la gloria, el genio!
Cuando enmudece tu lengua
y se apresura tu aliento
y tus mejillas se encienden
y entornas tus ojos negros,
por ver entre sus pestañas
brillar con húmedo fuego
la ardiente chispa que brota
del volcán de los deseos,
diera, alma mía,
por cuanto espero,
la fe, el espíritu,
la tierra, el cielo.
Cuando enmudece tu lengua
y se apresura tu aliento
y tus mejillas se encienden
y entornas tus ojos negros,
por ver entre sus pestañas
brillar con húmedo fuego
la ardiente chispa que brota
del volcán de los deseos,
diera, alma mía,
por cuanto espero,
la fe, el espíritu,
la tierra, el cielo. | es |
Palés_Matos,Luis | <XXI | El_Reloj | Con una incontrastable isocronía
canta el reloj las horas que transcurren,
y cual gnomos, por su armazonería,
como suspiros, rápidas, se escurren.
Quizá el tedio lo mata, y a porfía
las dos agujas del reloj, se aburren,
de estar marca que marca todo el día,
arcano idioma que ellas no discurren.
Mirado desde lejos, tiene aspecto
extraño y mitológico, de insecto
que ye correr la vida, indiferente;
y el péndulo, una lengua centelleante,
hiperbólicamente jadeante
que se mofa del tiempo eternamente. | es |
Storni,Alfonsina | <XXI | Este_Grave_Daño_Que_Me_Da_La_Vida | Este grave daño que me da la vida
Es un dulce daño, porque la partida
Que debe alejarme de la misma vida
Más cerca tendré.
Yo llevo las manos brotadas de rosas,
Pero están libando tantas mariposas
Que cuando por secas se acaben mis rosas
Ay, me secaré. | es |
Pombo,Rafael | <XXI | Ingeniándose_Andaba_Un_Ratoncillo | Ingeniándose andaba un ratoncillo
Para hacer su despensa, por el cuarto
De cierto aficionado a alzar el codo,
Cuando dio un paso en falso, y cayó el pillo
Dentro un cántaro abierto
De no sé qué licor; y fue de modo
Que su naufragio era inminente y cierto:
Exquisito tal vez para un beodo,
Mas no para el ratón, pues de tal vicio
Nunca, hasta entonces, dio el menor indicio.
Nadaba y chapoteaba y volteaba
Desesperadamente, y dientes y uñas
Gastaba sin provecho.
Arañando los cóncavos oscuros
De aquel sofocador aljibe estrecho,
Cuando ¡apuro de apuros!
Vio asomar por la boca la cabeza
De un gato negro, hambriento policía,
Que el raro estruendo a investigar venía.
Salvarse en apretura tan severa
No era ya la cuestión: la cuestión era
Cómo morir más tarde;
Y pues el brandy es brío del cobarde,
Y hace que entre enemigo y enemigo
Se hable o se riña pronto, boqueando
Dijo al gato el ratón: —«Péscame, amigo,
¡Que me estoy a-ho-gan-do!
¡Hola!» —respondió el gato—,
«¡enhorabuena!
Te sacaré al instante, más con una
Precisa condición: que en redimido,
Me servirás de cena
Sin tentativa de evasión ninguna».
Y el náufrago repuso: —«Convenido»—.
Metió el micho la mano, el ratoncilio
Salió prendido della, y de contado
Que el salvador clemente
Procedió a introducirle su colmillo...
Mas sobrevino un caso inesperado:
Antes de hacer bocado
El gato estornudó furiosamente
(Primerizo en ratón en aguardiente);
Y arreció el estornudo de tal modo
Que se olvidó de todo
Por sonarse y fregarse las narices,...
Y el candidato huyó por la tangente.
«¡Alto ahí! ¿a dónde vas?» gritole al punto
Que logró abrir los ojos: «¡oye infame!
¿No cumples lo que dices?»
—«¡Bah!» —respondió el presunto
Náufrago y colación de Su Excelencia—
«¿En dónde está tu ciencia y tu experiencia
Si ignoras lo que reza el menos gato:
Que de gente envinada
No hay que fiar; que su palabra es nada
Y ruinoso y pestífero su trato?» | es |
Fuertes,Gloria | <XXI | Desde_Siempre_Los_Enamorados_Se_Cogen_Las_Manos | Desde siempre los enamorados se cogen las manos.
Desde siempre las frutas se cogen del árbol.
Desde siempre los niños se cogen del pecho.
Desde siempre los guardias se cogen del preso.
Y la yedra al piano
y la tapia al ciempiés.
Desde siempre mi alma cabalgando al revés. | es |
Sabines,Jaime | <XXI | No_Sé,_A_Estas_Alturas,_Cómo_Decir_Las_Cosas_Que_Suceden | No sé, a estas alturas, cómo decir las cosas que suceden.
Soy un poco apagado, un poco triste,
un poco incrédulo y vacío.
Dejé pasar tres meses a propósito
para mirar en mí, mirarte lejos,
sano y salvo de ti, Cuba caliente.
(He aquí el primer error. No quiero atarme
a las palabras ni al ritmo.
Líbreme Dios de mí
igual que me he librado de Dios).
Suscribo lo que dice la prensa reaccionaria del mundo.
(Así iba a empezar).
En Cuba hay privaciones, hay escasez, no hay poitos,
no hay vestidos suntuosos ni automóviles último modelo,
hay pocas medicinas y mucho trabajo para todos.
Suscribo esto.
Quiero aclarar que no me paga un sueldo el partido comunista,
ni recibo dólares de la embajada norteamericana
(¡Qué bien la están haciendo los gringos
en Vietnan y en Santo Domingo!)
No acostumbro meterme con la poesía política
ni trato de arreglar el mundo.
Más bien soy un burgués acomodado a todo,
a la vida, a la muerte y a la desesperanza.
No tengo hábitos sanos
ni he aprendido a reír ni a conversar con nadie.
Soy un poco de todo,
y pienso que si fuera en un buque pirata
sería lo mismo el capitán que el cocinero. | es |
Jiménez,Juan_Ramón | <XXI | ¡Su_Desnudez_Y_El_Mar! | ¡Su desnudez y el mar!
Ya están, plenos, lo igual
con lo igual.
La esperaba,
desde siglos el agua,
para poner su cuerpo
solo en su trono inmenso.
Y ha sido aquí en Iberia.
La suave playa céltica
se la dio, cual jugando,
a la ola del verano.
(Así va la sonrisa
¡amor! a la alegría)
¡Sabedlo, marineros:
de nuevo es reina Venus!
La esperaba,
desde siglos el agua,
para poner su cuerpo
solo en su trono inmenso.
Y ha sido aquí en Iberia.
La suave playa céltica
se la dio, cual jugando,
a la ola del verano.
(Así va la sonrisa
¡amor! a la alegría)
¡Sabedlo, marineros:
de nuevo es reina Venus!
Y ha sido aquí en Iberia.
La suave playa céltica
se la dio, cual jugando,
a la ola del verano.
(Así va la sonrisa
¡amor! a la alegría)
¡Sabedlo, marineros:
de nuevo es reina Venus!
(Así va la sonrisa
¡amor! a la alegría)
¡Sabedlo, marineros:
de nuevo es reina Venus!
¡Sabedlo, marineros:
de nuevo es reina Venus! | es |
Pereira,Gustavo | <XXI | Sutilezas | El inventor de la bala
¿Qué perseguía? | es |
Cruz,Juana_Inés_de_la | <XXI | ¡Oh_Famosa_Lucrecia,_Gentil_Dama | ¡Oh famosa Lucrecia, gentil dama,
de cuyo ensangrentado noble pecho
salió la sangre que extinguió, a despecho
del rey injusto, la lasciva llama!
¡Oh, con cuánta razón el mundo aclama
tu virtud, pues por medio de tal hecho,
aun es para tus sienes cerco estrecho
la amplísima corona de tu fama!
Pero si el modo de tu fin violento
puedes borrar del tiempo y sus anales,
quita la punta del puñal sangriento
con que pusiste fin a tantos males;
que es mengua de tu honrado sentimento
decir que te ayudaste de puñales. | es |
Bolaño,Roberto | <XXI | Servía_Para_La_Química,_Para_La_Química_Pura | Servía para la química, para la química pura.
Pero preferí ser un vagabundo.
Vi el amor de mi madre en las tempestades del planeta.
Vi ojos sin cuerpo, ojos ingrávidos orbitando alrededor de mi
lecho.
Decían que no estaba bien de la cabeza .
Tomé trenes y barcos, recorrí la tierra de los justos
en la hora más temprana y con la gente más humilde:
gitanos y feriantes.
Me despertaba temprano o no dormía. En la hora
en que la niebla aún no ha despejado
y los fantasmas guardianes del sueño avisan inútilmente.
Oí los avisos y las alertas pero no supe descifrados.
No iban dirigidos a mí sino a los que dormían,
pero no supe descifrados.
Palabras ininteligibles, gruñidos, gritos de dolor, lenguas
extranjeras oí adonde quiera que fuese.
Ejercí los oficios más bajos.
Recorrí la Argentina y toda Europa en la hora en que todos
duermen y los fantasmas guardianes del sueño aparecen.
Pero guardaban el sueño de los otros y no supe
descifrar sus mensajes urgentes.
Fragmentos tal vez sí, y por eso visité los manicomios
y las cárceles. Fragmentos,
sílabas quemantes.
No creí en la posteridad, aunque a veces
creí en la Quimera.
Servía para la química, para la química pura. | es |
Chocano,José_Santos | <XXI | Serenamente | Cuantos me han calumniado
y me han escarnecido
dieron tal magnitud a mi pecado,
que me duele el no haberlo cometido...
Si grande la aventura,
bendigo yo la trama
en que se urde el afán de la impostura,
que sólo es el reverso de la fama.
Podré lanzar un grito
o hacer un loco alarde;
mas bajo el peso de cualquier delito,
¿justificarme yo? ¡Fuera cobarde!
¿Me echarán en olvido
porque mi lengua calla?...
Nada importa vencer ni ser vencido:
lo que importa es ser grande en la batalla.
Bajé desde mis cumbres
a pastorear las greyes
no «contra» sino «sobre» las cumbres,
que hay que violar para engendrar las leyes.
Mi espíritu se ufana,
porque una chispa encierra
de la luz de una estrella tan lejana
que no se puede ver desde la Tierra. | es |
Hernanz_Angulo,Beatriz | XXI | La_Noche_Del_Eclipse_De_Luna | La noche del eclipse de luna
bebías el cobrizo reflejo de la bruma en la marisma.
Mil incendios palpitan en la penumbra.
Penitencia oculta en una piel de lirio,
albero y negro de silencio.
Cabalgo al ritmo de mi temor,
ruido seco de tambores,
—el tiempo humilla con laureles—.
En los pantanos suaves el barro
cruje como las sienes sin luz de una muchacha. | es |
Aridjis,Homero | <XXI | La_Desopresión_Graduada_Con_Que_Descansa_Su_Peso | la desopresión graduada con que descansa su peso al fondo de la tina su progresivo retirarse sin retirarse como en un
juego seriamente llevado su conciencia de una momentaneidad doble que busca unirse y se separa a medida que se
cumple su amor que sube con esfuerzo y baja con facilidad virando entre subir y bajar como una piedra arrojada al
aire el deseo que sostiene su movimiento como un punto de apoyo su pesantez de objeto que cae
después de haberse alzado alto su ser obediente al mandato de un cerebro obstinado en compartir
imágenes la Plap imaginaria como un sueño sobre la Plap real que sometida sometiéndose da
curso a sí misma pero sobre la cual reina e impide la imaginaria su brazo que ocupa el tiempo la
atención la cópula como una construcción temporal sobre la que se pone instante tras
instante y amontonándose rápidamente es invisible los intervalos donde ella no es ella del
todo más que una apariencia abierta que borra y reúne las demás ellas los raros momentos en que se
muestra monocorde entre lo que quiere y su acto como un ademán que lleva en la curva en que se dobla todo el calor y el sonido
peculiares de su cuerpo en una interioridad externada | es |
Pombo,Rafael | <XXI | La_Extranjera | En vano, melancólica extranjera.
Buscas aquí tus flores y tu sol;
Luz de otro sol y flores de otra tierra
No tienen fuego, aroma ni color.
Te preguntan, ¿qué tienes? no respondes;
Pero bajas tristísima la sien.
Niña y proscrita, nadie te conoce
Nadie te viene a acariciar tal vez.
Infeliz ¡ni un suspiro! ¡ni
una lágrima!
¡Cuánto dice en silencio tu dolor!
—Acaso entre las sombras de tu patria
Una querida sontbra resbaló.
Y cuando vaga un nombre por loe labios,
Y llena del ausente el alma está,
¿Qué valen las caricias de un extraño
Que viene nuestro culto a profanar?
Sonríes, y es acerba tu sonrisa;
Hablas, y es triste el timbre de tu voz;
Y si alzas la mirada, tus pupilas
Brillan como dos astros de dolor.
¡Flor de otro clima! ¡virgen de otras aras!
Di ¿no pudiera consolarte yo?
¿Te falta amor?—¿Mi corazón no basta?
¿Patria?—Patria te da mi corazón. | es |
Quevedo,Francisco | <XXI | Hastío_De_Un_Casado_Al_Tercero_Día | Antiyer nos casamos, hoy querría
Doña Pérez, saber ciertas verdades:
Decidme ¿cuánto número de edades
Enfunda el Matrimonio en sólo un día?
Un antiyer soltero ser solía,
Y hoy casado, un sinfín de Navidades
Han puesto dos marchitas voluntades
Y más de mil antaños en la mía.
Esto de ser marido un año arreo,
Aun a los azacanes empalaga,
Todo lo cotidiano es mucho y feo.
Mujer que dura un mes se vuelve plaga,
Aun con los diablos fue dichoso Orfeo,
Pues perdió la mujer que tuvo en paga.
Un antiyer soltero ser solía,
Y hoy casado, un sinfín de Navidades
Han puesto dos marchitas voluntades
Y más de mil antaños en la mía.
Esto de ser marido un año arreo,
Aun a los azacanes empalaga,
Todo lo cotidiano es mucho y feo.
Mujer que dura un mes se vuelve plaga,
Aun con los diablos fue dichoso Orfeo,
Pues perdió la mujer que tuvo en paga.
Esto de ser marido un año arreo,
Aun a los azacanes empalaga,
Todo lo cotidiano es mucho y feo.
Mujer que dura un mes se vuelve plaga,
Aun con los diablos fue dichoso Orfeo,
Pues perdió la mujer que tuvo en paga.
Mujer que dura un mes se vuelve plaga,
Aun con los diablos fue dichoso Orfeo,
Pues perdió la mujer que tuvo en paga. | es |
Machado,Antonio | <XXI | ¡Tenue_Rumor_De_Túnicas_Que_Pasan | ¡Tenue rumor de túnicas que pasan
sobre la infértil tierra!...
¡Y lágrimas sonoras
de las campanas viejas!
Las ascuas mortecinas
del horizonte humean...
Blancos fantasmas lares
van encendiendo estrellas.
—Abre el balcón. La hora
de una ilusión se acerca...
La tarde se ha dormido
y las campanas sueñan. | es |
Nervo,Amado | <XXI | Tú_Que_Piensas_Que_No_Creo | Tú que piensas que no creo
cuando argüimos los dos,
no imaginas mi deseo,
mi sed, mi hambre de Dios;
ni has escuchado mi grito
desesperante, que puebla
la entraña de la tiniebla
invocando al Infinito;
ni ves a mi pensamiento,
que empañado en producir
ideal, suele sufrir
torturas de alumbramiento.
Si mi espíritu infecundo
tu fertilidad tuviese,
forjado ya un cielo hubiese
para completar su mundo.
Pero di, ¿qué esfuerzo cabe
en un alma sin bandera
que lleva por dondequiera
tu torturador ¿quién sabe?;
que vive ayuna de fe
y, con tenaz heroísmo,
va pidiendo a cada abismo
y a cada noche un ¿por qué?
De todas suertes, me escuda
mi sed de investigación,
mi ansia de Dios, honda y muda;
y hay más amor en mi duda
que en tu tibia afirmación.
ni has escuchado mi grito
desesperante, que puebla
la entraña de la tiniebla
invocando al Infinito;
ni ves a mi pensamiento,
que empañado en producir
ideal, suele sufrir
torturas de alumbramiento.
Si mi espíritu infecundo
tu fertilidad tuviese,
forjado ya un cielo hubiese
para completar su mundo.
Pero di, ¿qué esfuerzo cabe
en un alma sin bandera
que lleva por dondequiera
tu torturador ¿quién sabe?;
que vive ayuna de fe
y, con tenaz heroísmo,
va pidiendo a cada abismo
y a cada noche un ¿por qué?
De todas suertes, me escuda
mi sed de investigación,
mi ansia de Dios, honda y muda;
y hay más amor en mi duda
que en tu tibia afirmación.
ni ves a mi pensamiento,
que empañado en producir
ideal, suele sufrir
torturas de alumbramiento.
Si mi espíritu infecundo
tu fertilidad tuviese,
forjado ya un cielo hubiese
para completar su mundo.
Pero di, ¿qué esfuerzo cabe
en un alma sin bandera
que lleva por dondequiera
tu torturador ¿quién sabe?;
que vive ayuna de fe
y, con tenaz heroísmo,
va pidiendo a cada abismo
y a cada noche un ¿por qué?
De todas suertes, me escuda
mi sed de investigación,
mi ansia de Dios, honda y muda;
y hay más amor en mi duda
que en tu tibia afirmación.
Si mi espíritu infecundo
tu fertilidad tuviese,
forjado ya un cielo hubiese
para completar su mundo.
Pero di, ¿qué esfuerzo cabe
en un alma sin bandera
que lleva por dondequiera
tu torturador ¿quién sabe?;
que vive ayuna de fe
y, con tenaz heroísmo,
va pidiendo a cada abismo
y a cada noche un ¿por qué?
De todas suertes, me escuda
mi sed de investigación,
mi ansia de Dios, honda y muda;
y hay más amor en mi duda
que en tu tibia afirmación.
Pero di, ¿qué esfuerzo cabe
en un alma sin bandera
que lleva por dondequiera
tu torturador ¿quién sabe?;
que vive ayuna de fe
y, con tenaz heroísmo,
va pidiendo a cada abismo
y a cada noche un ¿por qué?
De todas suertes, me escuda
mi sed de investigación,
mi ansia de Dios, honda y muda;
y hay más amor en mi duda
que en tu tibia afirmación.
que vive ayuna de fe
y, con tenaz heroísmo,
va pidiendo a cada abismo
y a cada noche un ¿por qué?
De todas suertes, me escuda
mi sed de investigación,
mi ansia de Dios, honda y muda;
y hay más amor en mi duda
que en tu tibia afirmación.
De todas suertes, me escuda
mi sed de investigación,
mi ansia de Dios, honda y muda;
y hay más amor en mi duda
que en tu tibia afirmación. | es |
González,Ángel | <XXI | Sonata_Para_Violín_Solo_(Juan_Sebastián_Bach) | Como la mano pura que graba en las paredes
mensajes obsesivos de amor,
sueños cifrados,
así
la trayectoria cruel de este cuchillo
me está marcando el alma.
Mas su caligrafía no es oscura
ni inocente:
bien claro deletrea
la obscenidad del tiempo, sus siniestros
designios.
¡Qué desgracia!
Ahora,
cuando salga a la calle,
cualquiera
podrá ver en mi rostro
—lo mismo que en las piedras profanadas
de un viejo templo en ruinas—
los nombres, los deseos, las fechas que componen
—abandonado todo a la intemperie—
el confuso perfil de un sueño roto,
el símbolo roído de una yerta esperanza. | es |
López_Velarde,Ramón | <XXI | Tus_Hombros_Son_Como_Un_Ara | ¿Qué elocuencia, desvalida
y casta, hay en tu persona
que en un perenne desastre
a las lágrimas convida?
La frente, Amor, hoy levanto
hasta tu busto en otoño
que es un vaso de suspiros
y una invitación al llanto.
Tus hombros son como una ara
en que la rosa contrita
de un pésame sin sollozos
húmeda se deshojara.
Cuando conmigo estás sola
¿qué lágrimas ideales
te dan un súbito manto
con una súbita aureola?
Te vas entrando al umbrío
corazón, y en él imperas
en una corte luctuosa
con doliente señorío.
Tus hombros son buenos para
un llanto copioso y mudo...
Amor, suave Amor, Amor,
tus hombros son como una ara.
La frente, Amor, hoy levanto
hasta tu busto en otoño
que es un vaso de suspiros
y una invitación al llanto.
Tus hombros son como una ara
en que la rosa contrita
de un pésame sin sollozos
húmeda se deshojara.
Cuando conmigo estás sola
¿qué lágrimas ideales
te dan un súbito manto
con una súbita aureola?
Te vas entrando al umbrío
corazón, y en él imperas
en una corte luctuosa
con doliente señorío.
Tus hombros son buenos para
un llanto copioso y mudo...
Amor, suave Amor, Amor,
tus hombros son como una ara.
Tus hombros son como una ara
en que la rosa contrita
de un pésame sin sollozos
húmeda se deshojara.
Cuando conmigo estás sola
¿qué lágrimas ideales
te dan un súbito manto
con una súbita aureola?
Te vas entrando al umbrío
corazón, y en él imperas
en una corte luctuosa
con doliente señorío.
Tus hombros son buenos para
un llanto copioso y mudo...
Amor, suave Amor, Amor,
tus hombros son como una ara.
Cuando conmigo estás sola
¿qué lágrimas ideales
te dan un súbito manto
con una súbita aureola?
Te vas entrando al umbrío
corazón, y en él imperas
en una corte luctuosa
con doliente señorío.
Tus hombros son buenos para
un llanto copioso y mudo...
Amor, suave Amor, Amor,
tus hombros son como una ara.
Te vas entrando al umbrío
corazón, y en él imperas
en una corte luctuosa
con doliente señorío.
Tus hombros son buenos para
un llanto copioso y mudo...
Amor, suave Amor, Amor,
tus hombros son como una ara.
Tus hombros son buenos para
un llanto copioso y mudo...
Amor, suave Amor, Amor,
tus hombros son como una ara. | es |
Riveros,Juan_Pablo | XXI | Hoy | Hoy
te he visto,
solo un instante
al pasar por mi calle;
silenciosa y apresurada,
marcando en tus pasos
uno a uno,
instante a instante,
esta sensación deliciosa,
de verte nuevamente.
Breves momentos de silencio,
de recuerdos infinitos,
robados al tiempo
Que se oculta.
A la memoria olvidada,
a mi cuerpo vacilante.
Vuelven a mi lentamente,
los momentos ya vividos,
las caricias ya jugadas.
¿te llamaré acaso?
¿vale la pena corazón,
buscar en el recuerdo,
las caricias hoy perdidas
en los besos de otros labios?
Te vas perdiendo entre la bruma,
de la gente al medio día;
yo, oculto a tu mirada,
dejo ir en el silencio,
esta oportunidad clara
de poder quizás,
sentirte nuevamente. | es |
Subsets and Splits