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Torre,Francisco_de_la
<XXI
La_Cierva
Doliente cierva, que el herido lado de ponzoñosa y cruda yerba lleno, buscas el agua de la fuente pura, con el cansado aliento que en el seno bello de la corriente sangre hinchado, débil y decaída tu hermosura; ¡ay!, que la mano dura que tu nevado pecho ha puesto en tal estrecho, gozosa va con tu desdicha cuando cierva mortal, viviendo, estás penando tu desangrado y dulce compañero, el regalado y blando pecho pasado del veloz montero. Vuelve, cuitada, vuelve al valle donde queda muerto tu amor, en vano dando términos desdichados a tu suerte. Morirás en su seno, reclinando la beldad, que la cruda mano esconde delante de la nube de la muerte. Que el paso duro y fuerte, ya forzoso y terrible, no puede ser posible que le excusen los cielos, permitiendo crudos astros que muera padeciendo las asechanzas de un montero crudo que te vino siguiendo por los desiertos de este campo mudo. Mas, ¡ay!, que no dilatas la inclemente muerte, que en tu sangriento pecho llevas, del crudo amor vencido y maltratado; tú con el fatigado aliento pruebas a rendir el espíritu doliente en la corriente de este valle amado. Que el ciervo desangrado, que contigo la vida, tuvo por bien perdida, no fue tampoco de tu amor querido que habiendo tan cruelmente padecido quisieras vivir sin él, cuando pudieras librar el pecho herido de crudas llagas y memorias fieras. Cuando por la espesura deste prado como tórtolas solas y queridas, solos y acompañados anduvisteis; cuando de verde mirto y de floridas violetas, tierno acanto y lauro amado, vuestras frentes bellísimas ceñistes; cuando las horas tristes, ausentes y queridos, con mil mustios bramidos ensordecisteis la ribera umbrosa del claro Tajo, rica y venturosa con vuestro bien, con vuestro mal sentida cuya muerte penosa no deja rastro de contenta vida. Agora el uno, cuerpo muerto lleno de desdén y de espanto, quien solía ser ornamento de la selva umbrosa; tú, quebrantada y mustia, al agonía de la muerte rendida, el bello seno agonizando, el alma congojosa; cuya muerte gloriosa, en los ojos de aquellos cuyos despojos bellos son victorias del crudo amor furioso, martirio fue de amor, triunfo glorioso con que corona y premia dos amantes que del siempre rabioso trance mortal salieron muy triunfantes. Canción, fábula un tiempo, y caso agora, de una cierva doliente, que la dura flecha del cazador dejó sin vida, errad por la espesura del monte que de gloria tan perdida no hay sino lamentar su desventura.
es
Pombo,Rafael
<XXI
No_Más_Te_Invocaré,_Cúbrete_¡Oh_Luna!
No más te invocaré, cúbrete ¡oh Luna! Ara de las ocultas agonías, Que con la luz que generosa envías Disípasle su sueño al infeliz. No renueves mi angustia iluminándola Con esos rayos nítidos, serenos: Deja al que sufre, que soñando al menos Se divierta sonándose feliz. Encréspanse otra vez, chocan revaeltaa Las ondas de mi espíritu ambicioso Y sacude su estúpido reposo Despertando al dolor mi corazón. En mal hora, ¡por Dios! que cuando estamos Del mundo entre la zambra y movimiento, Se embriaga el alma en loco aturdimiento E indignada se esconde la razón. Si uno olvida que vive si uno olvida Que en pos del hoy el porvenir se avanza, Que mengua con el tiempo la esperanza, Que crece con el tiempo la ambición. Entonces es feliz, engaña entcnces Al verdugo la víctima escogida. Se embota con la fiebre de la vida Ese buril del mal, la reflexión. Mas vienen los recuerdos, y por fuerza Los repasa ingeniosa la memoria, A esa continua desdichada historia Ligando un hoy tristísimo también; Vemos que siempre la esperanza falla. Vemos que siempre fracasó el deseo, Que al ir de devaneo en devaneo Nunca llegó la posesión del bien. ¿Para qué siento un alma impetuosa Que dentro en mí sin descansar se agita. Si esta impotencia mísera, maldita A la nada fatal la encadenó? ¿Con qué fin un tenaz, violento impulso Dio a mi ser el espíritu divino, Si condenado a un círculo mezquino En vano lucho por romperlo yo? ¿Qué haces sin alas, en el polvo hundido Regio cóndor de prepotente vuelo Ante la limpia inmensidad del cielo Que te llama a volar bañada en luz? ¡Verla y morir! Frenético rasgarte El noble corazón desesperado; ¡Devorarla mirándola, clavado De la impotencia en la funesta cruz! Así tal vez en uno de mis días De silenciosa, férvida tormenta Ante esa pompa en que el Criador se ostenta Delirio de dolor me enloqueció. Y un amargo sarcasmo balbucieron Mis labios en blasfemo desafío, Y atenté contra aquello que no es mío Y que Dios a mi fe recomendó. Y en el supremo instante en que la muerte La vida equilibraba en la balanza, Me forjó mi temor una esperanza, Y el nombre de mi madre pronuncié. Y trémulo caí y avergonzado En un incomprensible abatimiento; Triste como el león calenturiento, Ciego entre las tinieblas y la fe. vive hoy porvenir A una luz falsa abrimos nuestros ojos; La duda está del sabio en el camino, Y de esa ciencia en el raudal mezquino Viene el licor de la ambición también. Opio fatal que por jugar probamos Y con delirio tentador nos ceba, Y en juego hacemos la segunda prueba, Y al cabo ya por precisión las cien. Y al sacudir hirviente la cabeza Al fantástico edén por despedida, Las pálidas verdades de la vida Ciñen con mano helada el corazón. Ya este sol no es el nuestro, y estas brisas Nuestros cielos flotantes no sostienen: Somos espectros que del sueño vienen Y han olvidado que del mundo son. Triste es que cuando el iris de la vida Su ardiente luz de juventud destella, Junto al calor de la esperanza bella El de precoz desilusión esté; Y sople entonces la primera brisa Del invierno de duda y agonía Que poco a poco el corazón enfría Hasta que muerto el entusiasmo ve.
es
Fuertes,Gloria
<XXI
Liviandades_Portuarias
Liviandades portuarias; recíprocas caléndulas, insensatas desnudeces —suicidios en embrión—. Eso es todo, y tal vez ¿Por qué no Dios?
es
Muñiz_Álvarez_del_Castillo,Benjamín
XXI
Te_Esperaré_En_Silencio
Es dolorosa la agonía de verte y saber que no eres mía. Noche tras noche sueño con tu amor, Y es cruel la realidad al despertar. Si con sólo una mirada pudiera hacerte entender Que lo que por ti yo siento es más que un juego Si con sólo un beso pudieras tú calmar mi dolor, Pero es inútil imaginar un futuro a tu lado Tu amor es para otro, odio reconocerlo Y tu no te das cuenta que por ti estoy muriendo El dolor me hace su presa cuando te veo con él Con todo mi corazón espero que me des una oportunidad Y que a tu corazón me permitas entrar Mientras tanto yo aquí te esperaré en silencio
es
Huidobro,Vicente
<XXI
Mis_Ojos_De_Plaza_Pública
Mis ojos de plaza pública Mis ojos de silencio y de desierto El dulce tumulto interno La soledad que se despierta Cuando el perfume se separa de las flores y emprende el viaje Y el río del alma largo largo Que no dice más ni tiempo ni espacio Un día vendrá ha venido ya La selva forma una sustancia prodigiosa La luna tose El mar desciende de su coche Un jour viendra est déjà venu Y yo no digo más ni primavera ni invierno Hay que saltar del corazón al mundo Hay que construir un poco de infinito para el hombre
es
Yepes_Álvarez,Juan_de
<XXI
Un_Pastorcico_Solo_Está_Penado
Un pastorcico solo está penado ageno de plazer y de contento y en su pastora puesto el pensamiento y el pecho del amor muy lastimado. II No llora por averle amor llagado que no le pena verse así affligido aunque en el coraçón está herido mas llora por pensar que está olbidado. III Que sólo de pensar que está olbidado de su vella pastora con gran pena se dexa maltratar en tierra agena el pecho del amor mui lastimado! IV Y dize el pastorcito: ¡Ay desdichado de aquel que de mi amor a hecho ausencia y no quiere gozar la mi presencia y el pecho por su amor muy lastimado! V Y a cavo de un gran rato se a encumbrado sobre un árbol do abrió sus braços vellos y muerto se a quedado asido dellos el pecho del amor muy lastimado. No llora por averle amor llagado que no le pena verse así affligido aunque en el coraçón está herido mas llora por pensar que está olbidado. III Que sólo de pensar que está olbidado de su vella pastora con gran pena se dexa maltratar en tierra agena el pecho del amor mui lastimado! IV Y dize el pastorcito: ¡Ay desdichado de aquel que de mi amor a hecho ausencia y no quiere gozar la mi presencia y el pecho por su amor muy lastimado! V Y a cavo de un gran rato se a encumbrado sobre un árbol do abrió sus braços vellos y muerto se a quedado asido dellos el pecho del amor muy lastimado. Que sólo de pensar que está olbidado de su vella pastora con gran pena se dexa maltratar en tierra agena el pecho del amor mui lastimado! IV Y dize el pastorcito: ¡Ay desdichado de aquel que de mi amor a hecho ausencia y no quiere gozar la mi presencia y el pecho por su amor muy lastimado! V Y a cavo de un gran rato se a encumbrado sobre un árbol do abrió sus braços vellos y muerto se a quedado asido dellos el pecho del amor muy lastimado. Y dize el pastorcito: ¡Ay desdichado de aquel que de mi amor a hecho ausencia y no quiere gozar la mi presencia y el pecho por su amor muy lastimado! V Y a cavo de un gran rato se a encumbrado sobre un árbol do abrió sus braços vellos y muerto se a quedado asido dellos el pecho del amor muy lastimado. Y a cavo de un gran rato se a encumbrado sobre un árbol do abrió sus braços vellos y muerto se a quedado asido dellos el pecho del amor muy lastimado.
es
Altolaguirre,Manuel
<XXI
Oriente
Era casi de noche. ¿Me alejaba, detrás de un sol hundido, por el redondo amor o me acercaba, persiguiendo a la aurora, después de larga ausencia, a tus ojos abiertos? ¿Me alejaba de un alma, de su costa bravía, para volver a fuerza de alejarme a su playa serena? Oriente. Amor. Oriente. Toda tiniebla tiene su mañana y todo amor su esfera de alegría.
es
Altolaguirre,Manuel
<XXI
Secreto
Recorre el amor mi verso, baja y sube por sus hilos; el corazón que lo impulsa nunca lo dejo tranquilo, que quiere vivir y late, corazón propio, escondido entre palabras que corren por venas que son suspiros. Mujer desnuda, el poema guarda su secreto ritmo. Quiero matarte, quisiera que tu amor se hiciese río, que tu voz se desangrara, que perdiera ese continuo ir y venir por un rostro de rubores indecisos. Nadie sabe lo que dice el pensamiento escondido; quiero que te desemboques, que seas madre de ti mismo.
es
García_Cabrera,Pedro
<XXI
Liquen_8
En el ataúd del aire el silencio azul es yerto. Aunque son negras las horas tienen el cutis de plata. La luna mueve en las olas un río de tinta blanca. Y el alma es una niña que rompe a gritar: El nevado Camino de Santiago se ha caído en el mar.
es
Flórez,Julio
<XXI
Riega_El_Alba_Al_Nacer_Todo_El_Tesoro
Riega el alba al nacer todo el tesoro de sus matices múltiples, y al cielo, dejando su capullo, encumbra el vuelo como enorme libélula de oro. Despierta el mundo. Un cántico sonoro vibra en todas las selvas. Su gran velo blanco arrastra la niebla sobre el suelo húmedo aún por el nocturno lloro. Ved: El orbe es un templo formidable; el oriente un altar donde salmodia el Sumo Dios su rezo indescifrable; y bajo el arco del azul inmenso, se eleva el sol como inmortal custodia entre jirones de rosado incienso.
es
Munárriz,Jesús
<XXI
Los_Verdes,_Los_Dorados,_Los_Rojos,_Los_Azules
Los verdes, los dorados, los rojos, los azules del valle de Oaxaca en torno a Monte Albán. En el cenit, el sol. Y brotando de pronto de las flores que cubren la ladera, tirabuzón del aire, el surtidor de un colibrí se alza en la transparencia. ¡Qué distinto era todo hace mil años! Menos el colibrí
es
Chocano,José_Santos
<XXI
La_Campiña_Se_Tiende_Cortada_A_Tajos
La campiña se tiende cortada a tajos el arroyo circula bajo las plantas; y en raudos borbotones ríe y murmura, con los gorjeos roncos de cien gargantas. Las flores vanidosas hinchan su cáliz; los árboles se empinan llenos de orgullo; y entre las ramas secas, tiembla el gusano envuelto en la blancura de su capullo. La araña trepadora teje sus hilos, y sus tendidas redes presto enmaraña; y hay con cada tejido mil flbras de oro; y una gota de fuego con cada araña. Retemblando y ocultas a ras de suelo, pálidas y modestas y pudorosas, las violetas se juntan formando grupos como ramilletitos de mariposas. Resplandecen los picos de las montañas; castiga el sol los campos como un verdugo; canta el ave; la lampa se hunde en el polvo; y al surco va el arado y el toro al yugo...
es
Mistral,Gabriela
<XXI
Niño_Pequeño,_Aparecido
Niño pequeño, aparecido, que no viniste y que llegaste, te contaré lo que tenemos y tomarás de nuestra parte.
es
Hahn,Óscar
<XXI
La_Destrucción_Del_Ser_Amado_Por_El_Ser_Amado
La destrucción del ser amado por el ser amado es una práctica común desde la antigüedad Nos embestimos con pasión sin compasión y dormimos aferrados a esos cuerpos exánimes Al amanecer nuestras cenizas aún lloraban abrazadas Ahora busco tu amor en todo resto que pasa por mi puerta
es
Espinoza_Neyra,R._Arturo
XXI
Siempre_La_Palabra
Siempre la palabra enjuga martirios retiene en el orificio de su panal a la abeja reina que mira al cielo entre aguijones. Siempre la palabra destempla al sol haciéndole sudar frío en la vertiginosa inmensidad. Siempre la palabra calla para que todo se silencie y midan su ausencia.
es
García_Cabrera,Pedro
<XXI
Respuesta_Del_Poeta
Nací, como el rosal, con las espinas de cualquier hombre. No las cultivo —el poeta no es gallo de pelea— mas desdichado el que las pierda: con nadie podrá comunicarse. Sin su aguda conciencia muerden el polvo las palabras. El poema no es rosa, no es agua de remanso ni una «miss» elegida por molinos de viento. El poema es un bosque que rebota sombra y virginidad, trino y contraste, la sangre que ilumina los párpados del tiempo, una voz desnudándose en zarzales, la raíz del relieve de los sueños que le dan a la luz rostro y contorno de libertad de ala. La espina nos defiende de los sauces llorones, los pantanos, los pozos de ceniza; del rincón en que manan los silencios éxtasis de infinito sin mirar hacia abajo, hacia el acontecer de las heridas, hacia la rebelión de los caminos cansados de ladrar al horizonte de los que mueren antes de nacerse. En medio de las llamas, con las espinas de los hombres, vinieron a la vida y a la muerte el rosal y el poeta.
es
Castillo,Eduardo
<XXI
Interrogante
Hamlet, mi príncipe enlutado que en tu Elsinor viste una vez la airada sombra de tu padre sobre una almena aparecer; que viste sobre el lago pérfido flotar en fúnebre vaivén el cuerpo inánime de Ofelia, y que exploraste lo que fue, el grave enigma de la tumba, el cómo, el cuándo y el porqué en la amarilla calavera de Yorick, el bufón del rey; dime qué existe para el hombre después del último después... Y oigo tu voz que me responde: —Morir, dormir..., soñar tal vez. Yo estoy aún entre las rosas más fragantes, pero a mis pies se alarga ya, como un presagio, la fosca sombra de un ciprés... Oigo a lo lejos las campanas tristes del Angelus tañer, y me invade, trágicamente el frío del anochecer... Por eso, mi príncipe rubio, te interrogo con avidez: dime qué existe para el hombre después del último después... y oigo tu voz que me responde: —Morir, dormir..., soñar tal vez.
es
Rébora,Marilina
<XXI
Resultará_Forzoso_El_Cruel_Alejamiento
Resultará forzoso el cruel alejamiento y habrá que decidirse, como lo inevitable, lo mismo que aceptamos la violencia del viento, el rugido del mar o el tiempo inexorable. Habrá que tener ánimo en el fatal momento para abdicar de todo lo que nos fue agradable, y saber resignarnos en el recogimiento con el gesto tranquilo ante lo inapelable. Los ojos en el cielo, frente al azul del día, serán dulce consuelo las venturas de otrora —el hogar de la infancia, juventud, poesía—, y al alumbrar la luna, al filo de la sombra, tendré la paz ansiada, y llegará la hora en que cerca de Dios, tan sólo a Dios se nombra.
es
Neruda,Pablo
<XXI
Todos_Estos_Señores_Estaban_Dentro
Todos estos señores estaban dentro cuando ella entró completamente desnuda ellos habían bebido y comenzaron a escupirla ella no entendía nada recién salía del río era una sirena que se había extraviado los insultos corrían sobre su carne lisa la inmundicia cubrió sus pechos de oro ella no sabía llorar por eso no lloraba no sabía vestirse por eso no se vestía la tatuaron con cigarrillos y con corchos quemados y reían hasta caer al suelo de la taberna ella no hablaba porque no sabía hablar sus ojos eran color de amor distante sus brazos construidos de topacios gemelos sus labios se cortaron en la luz del coral y de pronto salió por esa puerta apenas entró al río quedó limpia relució como una piedra blanca en la lluvia y sin mirar atrás nadó de nuevo nadó hacia nunca más hacia morir.
es
Hinojosa,José_María
<XXI
Yo_Solo_Me_Embarqué,
Yo solo me embarqué, adónde llegaré? Si el globo se perdiera, caería, en qué tierra? Si el barco naufragara, me hundiría, en qué agua? Yo solo me embarqué, nadie sabe porqué. ¡Pero yo sí lo sé! Si el globo se perdiera, caería, en qué tierra? Si el barco naufragara, me hundiría, en qué agua? Yo solo me embarqué, nadie sabe porqué. ¡Pero yo sí lo sé! Si el barco naufragara, me hundiría, en qué agua? Yo solo me embarqué, nadie sabe porqué. ¡Pero yo sí lo sé! Yo solo me embarqué, nadie sabe porqué. ¡Pero yo sí lo sé! ¡Pero yo sí lo sé!
es
Pombo,Rafael
<XXI
«¡Un_Caballo_De_Fuego!»_—Esta_Noticia
«¡Un caballo de fuego!» —esta noticia Cundió alarmante entre dos mil caballos Salvajes pobladores de un desierto Que el primer vapor-tren cruzó triunfante. Repuestos del terror y desconcierto Que les causó el prodigio, Se congregaron en bestial tumulto, Bufaron, relincharon, patearon, Y de su santa independencia en nombre Declaráronlo insulto, Reto, amenaza al caballuno pueblo, Y por el lago Estigio No dejar de aquel monstruo ni vestigio Si osaba audaz reaparecer juraron, Y soberbios mandaron Transmitir copia del decreto al hombre. Un viejo matalote muy versado En las costumbres cultas, y que había De hombres, sillas y enjalmas escapado, Dijo a los otros: —«Antes yo querría Ver caballos de fuego por doquiera, Pues nuestra raza al fin descansaría Y de nosotros nadie se sirviera. Con tanta maquinaria y tanta ciencia El hombre al fin nos dejará tranquilos Gozar de nuestra dulce independencia. Estoy contra el proyecto: en nuestro lomo Recaerá, pesado como plomo». Nadie escuchó el sermón de la experiencia; Aprobose el proyecto, Y así que un nuevo tren pitó a distancia Se prepararon a llevarlo a efecto. La sabia comandancia Meditó el plan; dispuso que el trayecto Fuese por todos, en cerrada masa Ocupado al instante, como centro Para la evolución; y que en el acto De verse el tren, el escuadrón compacto Saliese cual relámpago a su encuentro. Nada que desear, la turba equina Dejó en audaz coraje y disciplina. Embistieron al monstruo: de rieles Sacáronlo al instante: media milla Rodó desaforado en la llanura Despedazando yeguas y corceles O haciéndoles saltar hechos tortilla; Y como el hombre es una criatura Tan arbitriosa y lista, y bien podría Tardar el tren un día En volver a enhilarse en sus carriles, Juzgó mejor no demorar su viaje: Tomaron prontamente cuantas bestias Dejó el destrozo en pie, —y en sus cuadriles Siguieron gente y carga y equipaje, Quedando condenadas las cerriles A eterno vasallaje. No os opongáis estultos al progreso (Es decir, al palpable y positivo, Que el charlatán no es más que retroceso Ocioso y corrosivo). ¡Mísero jornalero! es el atraso Lo que arrincona tu alma y la encadena, Y a ser máquina y bestia te condena. Pero pese a ti mismo. Nadie a tu redención cerrará el paso. Moralidad, escuela, industria y ciencia Harán tu elevación, tu independencia. «¡Un caballo de fuego!» vapor-tren rieles
es
Rosario,Jorge_del
XXI
Su_Nombre_Comenzaba_Con_C
Su nombre comenzaba con C Podría haberse llamado Carmen pero no. Dejé mi hogar por ella, a mis padres y hermanos y seguí su camino Podría haberse llamado Celia Pero no. Dejé a mi mujer, a mis hijos, amistades y trabajo… Dejé todo por ella, hasta mi vida Podría haberse llamado Candela, Cristina, Clara o Cristal, pero no. Se llamaba Cocaína.
es
Pombo,Rafael
<XXI
—Pasado_Cierto_Punto,_Y_No_Distante
—Pasado cierto punto, y no distante, Exclamó la Razón, soy navegante Sin brújula y sin luz: y sólo sé Que nada sé —De allí para adelante Voy yo, dijo la Fe. Tú eres ave sin alas, pero sientes Que las tuviste o las tendrás; y ardientes Y eternas son tus ansias de volar, Y horizontes sin límites presientes Que hoy no es dado explorar. Respeta el misterioso laberinto. Mas, recuérdalo bien, no eres gusano; Hállase estrecho en su mortal recinto Tu dueño, y es por ese excelso instinto Del mundo Soberano. Yo marco el escalón de su nobleza, La duración de su obra, su grandeza Y su poder, dependen de su Fe. Do otros terminan, el creyente empieza: Salva el misterio y ve.
es
Sabines,Jaime
<XXI
Para_Hacer_Funcionar_A_Las_Estrellas
Para hacer funcionar a las estrellas es necesario apretar el botón azul. Las rosas están insoportables en el florero. ¿Por qué me levanto a las tres de la mañana mientras todos duermen? ¿Mi corazón sonámbulo se pone a andar sobre las azoteas detectando los crímenes, investigando el amor? Tengo todas las páginas para escribir, tengo el silencio, la soledad, el amoroso insomnio; pero sólo hay temblores subterráneos, hojas de angustia que aplasta una serpiente en sombra. No hay nada que decir: es el presagio, sólo el presagio de nuestro nacimiento.
es
Darío,Rubén
<XXI
Qué_Alegre_Y_Fresca_La_Mañanita!
¡Qué alegre y fresca la mañanita! Me agarra el aire por la nariz: los perros ladran, un chico grita y una muchacha gorda y bonita, junto a una piedra, muele maíz. Un mozo trae por un sendero sus herramientas y su morral: otro con caites y sin sombrero busca una vaca con su ternero para ordeñarla junto al corral. Sonriendo a veces a la muchacha, que de la piedra pasa al fogón, un sabanero de buena facha, casi en cuclillas afila el hacha sobre una orilla del mollejón. Por las colinas la luz se pierde bajo el cielo claro y sin fin; ahí el ganado las hojas muerde, y hay en los tallos del pasto verde, escarabajos de oro y carmín. Sonando un cuerno corvo y sonoro, pasa un vaquero, y a plena luz vienen las vacas y un blanco toro, con unas manchas color de oro por la barriga y en el testuz. Y la patrona, bate que bate, me regocija con la ilusión de una gran taza de chocolate, que ha de pasarme por el gaznate con la tostada y el requesón. Un mozo trae por un sendero sus herramientas y su morral: otro con caites y sin sombrero busca una vaca con su ternero para ordeñarla junto al corral. Sonriendo a veces a la muchacha, que de la piedra pasa al fogón, un sabanero de buena facha, casi en cuclillas afila el hacha sobre una orilla del mollejón. Por las colinas la luz se pierde bajo el cielo claro y sin fin; ahí el ganado las hojas muerde, y hay en los tallos del pasto verde, escarabajos de oro y carmín. Sonando un cuerno corvo y sonoro, pasa un vaquero, y a plena luz vienen las vacas y un blanco toro, con unas manchas color de oro por la barriga y en el testuz. Y la patrona, bate que bate, me regocija con la ilusión de una gran taza de chocolate, que ha de pasarme por el gaznate con la tostada y el requesón. Sonriendo a veces a la muchacha, que de la piedra pasa al fogón, un sabanero de buena facha, casi en cuclillas afila el hacha sobre una orilla del mollejón. Por las colinas la luz se pierde bajo el cielo claro y sin fin; ahí el ganado las hojas muerde, y hay en los tallos del pasto verde, escarabajos de oro y carmín. Sonando un cuerno corvo y sonoro, pasa un vaquero, y a plena luz vienen las vacas y un blanco toro, con unas manchas color de oro por la barriga y en el testuz. Y la patrona, bate que bate, me regocija con la ilusión de una gran taza de chocolate, que ha de pasarme por el gaznate con la tostada y el requesón. Por las colinas la luz se pierde bajo el cielo claro y sin fin; ahí el ganado las hojas muerde, y hay en los tallos del pasto verde, escarabajos de oro y carmín. Sonando un cuerno corvo y sonoro, pasa un vaquero, y a plena luz vienen las vacas y un blanco toro, con unas manchas color de oro por la barriga y en el testuz. Y la patrona, bate que bate, me regocija con la ilusión de una gran taza de chocolate, que ha de pasarme por el gaznate con la tostada y el requesón. Sonando un cuerno corvo y sonoro, pasa un vaquero, y a plena luz vienen las vacas y un blanco toro, con unas manchas color de oro por la barriga y en el testuz. Y la patrona, bate que bate, me regocija con la ilusión de una gran taza de chocolate, que ha de pasarme por el gaznate con la tostada y el requesón. Y la patrona, bate que bate, me regocija con la ilusión de una gran taza de chocolate, que ha de pasarme por el gaznate con la tostada y el requesón.
es
Cervantes,Miguel_de
<XXI
Rompí,_Corté,_Abollé,_Y_Dije_E_Hice
Rompí, corté, abollé, y dije e hice más que en el orbe caballero andante; fui diestro, fui valiente y arrogante, mil agravios vengué, cien mil deshice. Hazañas di a la fama que eternice; fui comedido y regalado amante; fue enano para mí todo gigante, y al duelo en cualquier punto satisfice. Tuve a mis pies postrada la Fortuna y trajo del copete mi cordura a la calva ocasión al estricote. Mas, aunque sobre el cuerno de la luna siempre se vio encumbrada mi ventura, tus proezas envidio, ¡oh, gran Quijote! Hazañas di a la fama que eternice; fui comedido y regalado amante; fue enano para mí todo gigante, y al duelo en cualquier punto satisfice. Tuve a mis pies postrada la Fortuna y trajo del copete mi cordura a la calva ocasión al estricote. Mas, aunque sobre el cuerno de la luna siempre se vio encumbrada mi ventura, tus proezas envidio, ¡oh, gran Quijote! Tuve a mis pies postrada la Fortuna y trajo del copete mi cordura a la calva ocasión al estricote. Mas, aunque sobre el cuerno de la luna siempre se vio encumbrada mi ventura, tus proezas envidio, ¡oh, gran Quijote! Mas, aunque sobre el cuerno de la luna siempre se vio encumbrada mi ventura, tus proezas envidio, ¡oh, gran Quijote!
es
Altolaguirre,Manuel
<XXI
Mide_La_Sal_Nuestro_Gusto
Mide la sal nuestro gusto, mide el temblor nuestra oreja, mide el calor nuestra mano, miden mis ojos tu ausencia. Eso es ser hombre: medir. ¿Para quién toda esta cuenta de distancias? ¿Para quién esta división de fechas?
es
Pardo_García,Germán
<XXI
Sin_Embargo,_Tocad_Mi_Ser._Es_Duro
Sin embargo, tocad mi ser. Es duro como el acero que enfrentó a la espada. Mi espíritu no teme a la estocada del silencio emboscándome en lo oscuro. La Belleza me ha vuelto más seguro como a una ciudad amurallada, y el peso de su luz en la mirada hermosamente resistir procuro. Enajenadme más, volvedme ciego de excelsitud, ¡oh espíritus de fuego! Dadme esplendor hasta el minuto mismo en que mi soledad de hombre sin huellas, confunda el delirar de sus estrellas con todas las estrellas del Abismo.
es
García_Vargas,Antonio
XXI
En_Diciembre
En diciembre, lamentos de escarcha besan la luna
es
Arciniegas,Ismael_Enrique
<XXI
Sé_Que_Soy_Irritable,_Celoso,_Imperativo
Sé que soy irritable, celoso, imperativo, Infeliz, exigente, que razones no escucho; Que siempre estoy buscándote querellas sin motivo; ¡Y crees que no te quiero... y es que te quiero mucho! Te busco, te regaño, y hago tu vida triste... Serías más dichosa por todos consentida, Si para mí no fueras cuanto en el mundo existe, Y si este amor no fuera todo el bien de mi vida.
es
Villegas,Esteban_Manuel_de
<XXI
Oda_Xvii
Barine, si yo viera que por el voto que quebraste ahora tu beldad padeciera algún leve castigo, y a deshora nos mostraras, doliente, fea una uña, denegrido un diente, Creyérate sin duda; mas por el mismo caso que juraste, y de lealtad desnuda al voto tan sin miedo te obligaste, quebrándole nos diste más resplandor, más bella pareciste. Si perjurada a veces por las cenizas de tu madre juras, más bella resplandeces, y más pura si juras por las puras lumbreras celestiales, ó por los mismos dioses inmortales. De esto vi se reía Venus, y las sencillas ninfas puras, y el Amor, que a porfía siempre amolando está sus flechas duras en aquella severa y siempre dura piedra aguzadera. Para tu cárcel dura crece toda niñez; los ya mayores no dejan tu hermosura, con verse amenazar de tus rigores, ni los umbrales fríos siempre regados de los ojos míos. Por ti vive medrosa la madre del mozuelo, y el avaro padre; por ti la esposa vive celosa de su esposo caro; que en tu dulce semblante considera los grillos de su amante.
es
Benedetti,Mario
<XXI
Eso_Dicen
Eso dicen que al cabo de diez años todo ha cambiado allá dicen que la avenida está sin árboles y no soy quién para ponerlo en duda ¿acaso yo no estoy sin árboles que según dicen ya no están?
es
Camões,Luís_de
<XXI
Soneto_I
Si el triste coraçón que siempre llora in ser obra de llanto meritorias pudiesse ya gozar dela vitoria, de la guerra del amor que sempeora. Si entre los verdes árboles de agora estoi apacentando la memoria pudiese yo gozar por suma gloria de ver un solo punto ami pastora. Ni el aire con el aire que consiente amor, el mi dolor se aumentaría, ni con las de mis ojos esta fuente. Mas pera despojarme dalegría ordena mi pasión que viva auzente de quien ya más lo estuvo al alma mía.
es
Boscán,Juan
<XXI
Soneto_Lxxiv
¡Oh dulces prendas, por mi mal halladas, dulces y alegres cuando Dios quería! Juntas estáis en la memoria mía, y con ello en mi muerte conjuradas. ¿Quién me dijera, cuando en las pasadas horas en tanto bien por vos me vía, que me habíades de ser en algún día con tan grave dolor representadas? Pues en un hora junto me llevastes todo el bien que por términos no distes, llevadme junto al mal que me dejastes. Si no, sospecharé que me pusistes en tantos bienes, porque deseastes verme morir entre memorias tristes. ¿Quién me dijera, cuando en las pasadas horas en tanto bien por vos me vía, que me habíades de ser en algún día con tan grave dolor representadas? Pues en un hora junto me llevastes todo el bien que por términos no distes, llevadme junto al mal que me dejastes. Si no, sospecharé que me pusistes en tantos bienes, porque deseastes verme morir entre memorias tristes. Pues en un hora junto me llevastes todo el bien que por términos no distes, llevadme junto al mal que me dejastes. Si no, sospecharé que me pusistes en tantos bienes, porque deseastes verme morir entre memorias tristes. Si no, sospecharé que me pusistes en tantos bienes, porque deseastes verme morir entre memorias tristes.
es
Ramos_Sucre,José_Antonio
<XXI
Prebenda_Del_Cobarde_Y_Del_Indiferente_Reputan_Algunos_La_Soledad
Prebenda del cobarde y del indiferente reputan algunos la soledad, oponiéndose al criterio de los santos que renegaron del mundo y que en ella tuvieron escala de perfección y puerto de ventura. En la disputa acreditan superior sabiduría los autores de la opinión ascética. Siempre será necesario que los cultores de la belleza y del bien, los consagrados por la desdicha se acojan al mudo asilo de la soledad, único refugio acaso de los que parecen de otra época, desconcertados con el progreso. Demasiado altos para el egoísmo, no le obedecen muchos que se apartan de sus semejantes. Opuesta causa favorece a menudo tal resolución, porque así la invocaba un hombre en su descargo: La indiferencia no mancilla mi vida solitaria; los dolores pasados y presentes me conmueven; me he sentido prisionero en las ergástulas; he vacilado con los ilotas ebrios para inspirar amor a la templanza; me sonrojo de afrentosas esclavitudes; me lastima la melancolía invencible de las razas vencidas. Los hombres cautivos de la barbarie musulmana, los judíos perseguidos en Rusia, los miserables hacinados en la noche como muertos en la ciudad del Támesis, son mis hermanos y los amo. Tomo el periódico, no como el rentista para tener noticias de su fortuna, sino para tener noticias de mi familia, que es toda la humanidad. No rehúyo mi deber de centinela de cuanto es débil y es bello, retirándome a la celda del estudio; yo soy el amigo de los paladines que buscaron vanamente la muerte en el riesgo de la última batalla larga y desgraciada, y es mi recuerdo desamparado ciprés sobre la fosa de los héroes anónimos. No me avergüenzo de homenajes caballerescos ni de galanterías anticuadas, ni me abstengo de recoger en el lodo del vicio la desprendida perla de rocío. Evito los abismos paralelos de la carne y de la muerte, recreándome con el afecto puro de la gloria; de noche en sueños oigo sus promesas y estoy, por milagro de ese amor, tan libre de lazos terrenales como aquel místico al saberse amado por la madre de Jesús. La historia me ha dicho que en la Edad Media las almas nobles se extinguieron todas en los claustros, y que a los malvados quedó el dominio y población del mundo; y la experiencia, que confirma esta enseñanza, al darme prueba de la veracidad de Cervantes que hizo estéril a su héroe, me fuerza a la imitación del Sol, único, generoso y soberbio. Así defendía la soledad uno, cuyo afligido espíritu era tan sensible, que podía servirle de imagen un lago acorde hasta con la más tenue aura, y en cuyo seno se prolongaran todos los ruidos, hasta sonar recónditos. La indiferencia no mancilla mi vida solitaria; los dolores pasados y presentes me conmueven; me he sentido prisionero en las ergástulas; he vacilado con los ilotas ebrios para inspirar amor a la templanza; me sonrojo de afrentosas esclavitudes; me lastima la melancolía invencible de las razas vencidas. Los hombres cautivos de la barbarie musulmana, los judíos perseguidos en Rusia, los miserables hacinados en la noche como muertos en la ciudad del Támesis, son mis hermanos y los amo. Tomo el periódico, no como el rentista para tener noticias de su fortuna, sino para tener noticias de mi familia, que es toda la humanidad. No rehúyo mi deber de centinela de cuanto es débil y es bello, retirándome a la celda del estudio; yo soy el amigo de los paladines que buscaron vanamente la muerte en el riesgo de la última batalla larga y desgraciada, y es mi recuerdo desamparado ciprés sobre la fosa de los héroes anónimos. No me avergüenzo de homenajes caballerescos ni de galanterías anticuadas, ni me abstengo de recoger en el lodo del vicio la desprendida perla de rocío. Evito los abismos paralelos de la carne y de la muerte, recreándome con el afecto puro de la gloria; de noche en sueños oigo sus promesas y estoy, por milagro de ese amor, tan libre de lazos terrenales como aquel místico al saberse amado por la madre de Jesús. La historia me ha dicho que en la Edad Media las almas nobles se extinguieron todas en los claustros, y que a los malvados quedó el dominio y población del mundo; y la experiencia, que confirma esta enseñanza, al darme prueba de la veracidad de Cervantes que hizo estéril a su héroe, me fuerza a la imitación del Sol, único, generoso y soberbio. Así defendía la soledad uno, cuyo afligido espíritu era tan sensible, que podía servirle de imagen un lago acorde hasta con la más tenue aura, y en cuyo seno se prolongaran todos los ruidos, hasta sonar recónditos. Así defendía la soledad uno, cuyo afligido espíritu era tan sensible, que podía servirle de imagen un lago acorde hasta con la más tenue aura, y en cuyo seno se prolongaran todos los ruidos, hasta sonar recónditos.
es
Gelman,Juan
<XXI
Yo_No_Me_Voy_A_Avergonzar_De_Mis_Tristezas,_Mis_Nostalgias
Yo no me voy a avergonzar de mis tristezas, mis nostalgias. Extraño la callecita donde mataron a mi perro, y yo lloré junto a su muerte, y estoy pegado al empedrado con sangre donde mi perro se murió, existo todavía a partir de eso, existo de eso, soy eso, a nadie pediré permiso para tener nostalgia de eso. ¿Acaso soy otra cosa? Vinieron dictaduras militares, gobiernos civiles y nuevas dictaduras militares, me quitaron los libros, el pan, el hijo, desesperaron a mi madre, me echaron del país, asesinaron a mis hermanitos, a mis compañeros los torturaron, deshicieron, los rompieron. Ninguno me sacó de la calle donde estoy llorando al lado de mi perro. ¿Qué dictadura militar podría hacerlo? ¿Y qué militar hijo de puta me sacará del gran amor de esos crepúsculos de mayo, donde la ave del ser se balancea ante la noche? No era perfecto mi país antes del golpe militar. Pero era mi estar, las veces que temblé contra los muros del amor, las veces que fui niño, perro, hombre, las veces que quise, me quisieron. Ningún general le va a sacar nada de eso al país, a la derrita que regué con amor, poco o mucho, tierra que extraño y que me extraña, tierra que nada militar podrá enturbiarme o enturbiar. Es justo que la extrañe. Porque siempre nos quisimos así: ella pidiendo más de mí, yo de ella, dolidos ambos del dolor que el uno al otro hacía, y fuertes del amor que nos tenemos. Te amo, patria y me amas. En ese amor quemamos imperfecciones, vidas.
es
Pombo,Rafael
<XXI
Pasó_Con_Sus_Fatigas_El_Laborioso_Día
Pasó con sus fatigas el laborioso día, Bendijo la conciencia el amasado pan, Y en frente de la hoguera que en mi rincón ardía, Tranquila y solitaria sentose el alma mía Libre del arduo empeño y del mundano afán.
es
Meléndez_Valdés,Juan
<XXI
No_Con_Mi_Blanda_Lira
No con mi blanda lira serán en ayes tristes lloradas las fortunas de reyes infelices, ni el grito del soldado feroz en crudas lides, o el trueno con que arroja la bala el bronce horrible. Yo tiemblo y me estremezco, que el numen no permite al labio temeroso canciones tan sublimes. Muchacho soy y quiero decir más apacibles querellas y gozarme con danzas y convites. En ellos coronado de rosas y alhelíes, entre risas y versos menudeo los brindis. En coros las muchachas se juntan por oírme, y al punto mis cantares con nuevo ardor repiten. Pues Baco y el de Venus me dieron que felice celebre en dulces himnos sus glorias y festines.
es
Girondo,Oliverio
<XXI
Y_De_Los_Replanteos
Y de los replanteos y recontradicciones y reconsentimientos sin o con sentimiento cansado y de los repropósitos y de los reademanes y rediálogos idénticamente bostezables y del revés y del derecho y de las vueltas y revueltas y las marañas y recámaras y remembranzas y remembranas de pegajosísimos labios y de lo insípido y lo sípido de lo remucho y lo repoco y lo remenos recansado de los recodos y repliegues y recovecos y refrotes de lo remanoseado y relamido hasta en sus más recónditos reductos repletamente cansado de tanto retanteo y remasaje y treta terca en tetas y recomienzo erecto y reconcubitedio y reconcubicórneo sin remedio y tara vana en ansia de alta resonancia y rato apenas nato ya árido tardo graso dromedario y poro loco y parco espasmo enano y monstruo torvo sorbo del malogro y de lo pornodrástico cansado hasta el estrabismo mismo de los huesos de tanto error errante y queja quena y desatino tísico y ufano urbano bípedo hidefalo escombro caminante por vicio y sino y tipo y líbido y oficio recansadísimo de tanta tanta estanca remetáfora de la náusea y de la revirgísima inocencia y de los instintitos perversitos y de las ideítas reputitas y de las ideonas reputonas y de los reflujos y resacas de las resecas circunstancias desde qué mares padres y lunares mareas de resonancias huecas y madres playas cálidas de hastío de alas calmas sempiternísimamente archicansado en todos los sentidos y contrasentidos de lo instintivo o sensitivo tibio remeditativo o remetafísico y reartístico típico y de los intimísimos remimos y recaricias de la lengua y de sus regastados páramos vocablos y reconjugaciones y recópulas y sus remuertas reglas y necrópolis de reputrefactas palabras simplemente cansado del cansancio del harto tenso extenso entrenamiento al engusanamiento y al silencio
es
Altolaguirre,Manuel
<XXI
La_Voz_Cruel
Alzan la voz cruel quienes no vieron el paisaje, los que empujaron por el declive pedregoso la carne ajena, quienes debieron ser almas de todos y se arrancaban de ellos mismos cuerpos parásitos para despeñarlos. Mil muertos de sus vidas brotaban, mil muertos solitarios que miraban desde el suelo, durante el último viaje, la colosal estatua a la injusticia. No eran muertos, eran oprimidos, seres aplastados, ramas cortadas de un amante o de un padre, seres conducidos por un deseo imposible, topos de vicio que no hallarán la luz por sus turbias y blandas galerías. Alzan la voz cruel quienes no vieron el paisaje, los que triunfaron por la paz interior de sus mentiras. ¡Oh mundo desigual! Mis ojos lloren el dolor, la maldad: la verdad humana. Mil muertos de sus vidas brotaban, mil muertos solitarios que miraban desde el suelo, durante el último viaje, la colosal estatua a la injusticia. No eran muertos, eran oprimidos, seres aplastados, ramas cortadas de un amante o de un padre, seres conducidos por un deseo imposible, topos de vicio que no hallarán la luz por sus turbias y blandas galerías. Alzan la voz cruel quienes no vieron el paisaje, los que triunfaron por la paz interior de sus mentiras. ¡Oh mundo desigual! Mis ojos lloren el dolor, la maldad: la verdad humana. No eran muertos, eran oprimidos, seres aplastados, ramas cortadas de un amante o de un padre, seres conducidos por un deseo imposible, topos de vicio que no hallarán la luz por sus turbias y blandas galerías. Alzan la voz cruel quienes no vieron el paisaje, los que triunfaron por la paz interior de sus mentiras. ¡Oh mundo desigual! Mis ojos lloren el dolor, la maldad: la verdad humana. Alzan la voz cruel quienes no vieron el paisaje, los que triunfaron por la paz interior de sus mentiras. ¡Oh mundo desigual! Mis ojos lloren el dolor, la maldad: la verdad humana. ¡Oh mundo desigual! Mis ojos lloren el dolor, la maldad: la verdad humana.
es
González,Ángel
<XXI
Son_Las_Gaviotas,_Amor
Son las gaviotas, amor. Las lentas, altas gaviotas. Mar de invierno. El agua gris mancha de frío las rocas. Tus piernas, tus dulces piernas, enternecen a las olas. Un cielo sucio se vuelca sobre el mar. El viento borra el perfil de las colinas de arena. Las tediosas charcas de sal y de frío copian tu luz y tu sombra. Algo gritan, en lo alto, que tú no escuchas, absorta. Son las gaviotas, amor. Las lentas, altas gaviotas. Mar de invierno. El agua gris mancha de frío las rocas. Tus piernas, tus dulces piernas, enternecen a las olas. Un cielo sucio se vuelca sobre el mar. El viento borra el perfil de las colinas de arena. Las tediosas charcas de sal y de frío copian tu luz y tu sombra. Algo gritan, en lo alto, que tú no escuchas, absorta. Son las gaviotas, amor. Las lentas, altas gaviotas. Son las gaviotas, amor. Las lentas, altas gaviotas.
es
Pizarnik,Alejandra
<XXI
Tu_Voz
Emboscado en mi escritura cantas en mi poema. Rehén de tu dulce voz petrificada en mi memoria. Pájaro asido a su fuga. Aire tatuado por un ausente. Reloj que late conmigo para que nunca despierte.
es
Neruda,Pablo
<XXI
La_Pobreza
Ay no quieres, te asusta la pobreza, no quieres ir con zapatos rotos al mercado y volver con el viejo vestido. Amor, no amamos, como quieren los ricos, la miseria. Nosotros la extirparemos como diente maligno que hasta ahora ha mordido el corazón del hombre. Pero no quiero que la temas. Si llega por mi culpa a tu morada, si la pobreza expulsa tus zapatos dorados, que no expulse tu risa que es el pan de mi vida. Si no puedes pagar el alquiler sal al trabajo con paso orgulloso, y piensa, amor, que yo te estoy mirando y somos juntos la mayor riqueza que jamás se reunió sobre la tierra. Amor, no amamos, como quieren los ricos, la miseria. Nosotros la extirparemos como diente maligno que hasta ahora ha mordido el corazón del hombre. Pero no quiero que la temas. Si llega por mi culpa a tu morada, si la pobreza expulsa tus zapatos dorados, que no expulse tu risa que es el pan de mi vida. Si no puedes pagar el alquiler sal al trabajo con paso orgulloso, y piensa, amor, que yo te estoy mirando y somos juntos la mayor riqueza que jamás se reunió sobre la tierra. Pero no quiero que la temas. Si llega por mi culpa a tu morada, si la pobreza expulsa tus zapatos dorados, que no expulse tu risa que es el pan de mi vida. Si no puedes pagar el alquiler sal al trabajo con paso orgulloso, y piensa, amor, que yo te estoy mirando y somos juntos la mayor riqueza que jamás se reunió sobre la tierra.
es
Orozco,Olga
<XXI
Estos_Son_Mis_Dos_Pies,_Mi_Error_De_Nacimiento
Estos son mis dos pies, mi error de nacimiento, mi condena visible a volver a caer una vez más bajo las implacables ruedas del zodíaco, si no logran volar. No son bases del templo ni piedras del hogar. Apenas si dos pies, anfibios, enigmáticos, remotos como dos serafines mutilados por la desgarradura del camino. Son mis pies para el paso, paso a paso sobre todos los muertos, remontando la muerte con punta y con talón, cautivos en la jaula de esta noche que debo atravesar y corre junto a mí. Pies sobre brasas, pies sobre cuchillos, marcados por el hierro de los diez mandamientos: dos mártires anónimos tenaces en partir, dispuestos a golpear en las cerradas puertas del planeta y a dejar su señal de polvo y obediencia como una huella más, apenas descifrable entre los remolinos que barren el umbral. Pies dueños de la tierra, pies de horizonte que huye, pulidos como joyas al aliento del sol y al roce del guijarro: dos pródigos radiantes royendo mi porvenir en los huesos del presente, dispersando al pasar los rastros de ese reino prometido que cambia de lugar y se escurre debajo de la hierba a medida que avanzo. ¡Qué instrumentos inaptos para salir y para entrar! Y ninguna evidencia, ningún sello de predestinación bajo mis pies, después de tantos viajes a la misma frontera. Nada más que este abismo entre los dos, esta ausencia inminente que me arrebata siempre hacia delante, y este soplo de encuentro y desencuentro sobre cada pisada. ¡Condición prodigiosa y miserable! He caído en la trampa de estos pies como un rehén del cielo o del infierno que se interroga en vano por su especie, que no entiende ni sus huesos ni su piel, ni esta perseverancia de coleóptero solo, ni este tam-tam con que se le convoca a un eterno retorno. ¿Y adónde va este ser inmenso, legendario, increíble, que despliega su vivo laberinto como una pesadilla, aquí, todavía de pie, sobre dos fugitivos delirios de la espuma, debajo del diluvio?
es
Bolaño,Roberto
<XXI
Sangriento_Día_De_Lluvia
Ah, sangriento día de lluvia qué haces en el alma de los desamparados, sangriento día de voluntad apenas entrevista: detrás de la cortina de juncos, en el barrizal, con los dedos de los pies agarrotados en el dolor como un animal pequeño y tembloroso: pero tu no eres pequeño y tus temblores son de placer, día revestido con las potencias de la voluntad, aterido y fijo en un barrizal que acaso no sea de este mundo, descalzo en medio del sueño que se mueve desde nuestros corazones hasta nuestras necesidades, desde la ira hasta el deseo: cortina de juncos que se abre y nos ensucia y nos abraza.
es
Cordero_Viera,Shirley_G.
XXI
Oídos_Agudos_Se_Llenaron_De_Susurros
Oídos agudos se llenaron de susurros llegaron al cielo sus gritos no hubo tambora, para enviar mensaje diez dedos tomaron fuerza... Y a correr Una ola de humo con olor a muerte se bestia con su mejor gala mientras media sus caderas miraba golosa afilando sus dientes La perra llena de cólera y rabia sentada en su trono observó uno a uno litigio no tenía ganas de elegir bebió de sus linajes Bailó un llanto a carcajadas era sorda…pero no muda su rugido lo escuchó más de uno su desnudez fue vista por centenares Una ola de humo con olor a muerte se bestia con su mejor gala mientras media sus caderas miraba golosa afilando sus dientes La perra llena de cólera y rabia sentada en su trono observó uno a uno litigio no tenía ganas de elegir bebió de sus linajes Bailó un llanto a carcajadas era sorda…pero no muda su rugido lo escuchó más de uno su desnudez fue vista por centenares La perra llena de cólera y rabia sentada en su trono observó uno a uno litigio no tenía ganas de elegir bebió de sus linajes Bailó un llanto a carcajadas era sorda…pero no muda su rugido lo escuchó más de uno su desnudez fue vista por centenares Bailó un llanto a carcajadas era sorda…pero no muda su rugido lo escuchó más de uno su desnudez fue vista por centenares
es
García_Montero,Luis
<XXI
Recuerdo_Que_Atardecía
Recuerdo que atardecía, recuerdo que vi su coche detenerse, recuerdo la compañía de sus ojos en la noche, sin saberse tras la boca de un gatillo que esperaba tembloroso y asesino, meterse por un pasillo de aquel corazón dudoso sin destino.
es
Blanco,Andrés_Eloy
<XXI
Yo_La_Encontré_Una_Noche_Más_Fría_Que_La_Noche
Yo la encontré una noche más fría que la noche y silenciosa como una vela tal vez por miedo de su propio frío le habían cerrado las puertas a ella fue una expedición polar y una palabra de Ella era un deshielo. Y si fui el explorador impávido porque llegué a Ella y puse una mano sobre una mano suya que estaba blanca como un Polo pero caliente como un Sahara le surqué toda la mano y descansé en ella como una caravana. Le digo lo que le digo y afrontándola osadamente cerca del paso del Noroeste de su oído, sospechoso como un desfiladero. Y de un modo inesperado porque ya todos saben que cerraron la fuente la casa abrió la boca de su ventana y abrió los labios y dijo así: —Soy tuya. He clavado una cruz en el tope de su mirada consagrando el Descubrimiento e hice ondear sobre el polo rendido la bandera esperanto de la aurora Boreal.
es
Buesa,José_Ángel
<XXI
Iban_Diez_Mil_Soldados_Bajo_La_Lluvia
Iban diez mil soldados bajo la lluvia y el cielo gris; diez mil rostros amargos bajo el casco de acero, marchando por el lodo sin fin. Uno solo, entre tantos, sonreía: era el soldado John Smith. Cuatro semanas antes, en el momento de partir, diez mil madres lloraban. Una sola sonreía, feliz. Una sola. ¿Sabéis quién era? —La madre del soldado John Smith. En su granja de Ohio, cuando la feria del maíz, una gitana de ojos remotos y brusco perfil, contempló largamente la mano de John Smith. —«Generales y emperadores se descubrirán ante ti… Veo un desfile de estandartes y un monumento en el confín… Hallarás la gloria en la guerra, John Smith». Bajo la lluvia y el cielo gris, marchan hacia la muerte diez mil hombres que no quieren morir. Sólo sonríe uno, alto, flaco, pecoso: se llama John Smith. Sólo una, entre diez mil manos, acaricia el fusil. Quisieran decir que no, diez mil bocas. Sólo una dice que sí. Son la mano y la boca del soldado John Smith. Y cuando un oficial desenfunda su sable y un hombrecillo sopla un clarín, el primero en calar la bayoneta y disponerse a combatir, el primero de todos, es el soldado John Smith. Y allá va, chapoteando en el fango, con un heroico frenesí. Se siente capaz de algo grande y seguro de no morir. Es el que siempre va delante: es… John Smith! Ya han muerto Jack, y Dick, y Denny. Y otros cien más. Y luego, mil. Pero él recuerda a la gitana, cuando la feria del maíz: «Hallarás la gloria en la guerra, John Smith!». Sí: es el único que sonríe… Pero deja de sonreír. Un asombro agranda sus ojos y su mano suelta el fusil. Con un hueco negro en la frente, cae el soldado John Smith. Junto al viejo molino, de ruidosas aspas de zinc, en la abandonada trinchera que parece una cicatriz, se oye un ruido de palas y alguien dice: «Cavad aqu텻 Hermoso sol, clara mañana de abril. Ya se van viendo los cadáveres de los que no querían morir. —Hay uno, con un hueco en la frente, junto a un oxidado fusil. Y es colocado en un suntuoso ataúd de marfil, y conducido solemnemente por los bulevares de París, y depositado en un monumento de mármol rosa y piedra gris. Generales y emperadores se descubren al pasar por allí, y resuenan las botas de los regimientos entre intermitentes toques de clarín: ¡en la tumba del Soldado Desconocido, reposa para siempre John Smith!
es
Cabral,Manuel_del
<XXI
No._Todavía_No
No. Todavía no. Pero cuando tengas todo sin deudas mentales ni físicas, cuando tengas la higiene necesaria para que puedas pensar en aquello que no es todavía tu problema.. desde ese momento (aunque ahora no lo comprendas) tú notarás que ya no me necesitas y entonces me iré. Pero ya, sin ayer ni mañana, tú estarás más cerca de mí que cuando yo estaba contigo.
es
Gelman,Juan
<XXI
La_Economía_Es_Una_Ciencia
En el decenio que siguió a la crisis se notó la declinación del coeficiente de ternura en todos los países considerados o sea tu país mí país los países que crecían entre tu alma y mi alma de repente duraban un instante y antes de irse o desaparecer dejaban caer sábanas llenas de nuestros sexos que salían volando alrededor como perdices. ¿Quiere decir que cada vez que hicimos el amor dejábamos nuestros sexos allí, y ellos seguían vivitos y coleando como perdices suavísimas? Qué raro, mirá que lavábamos las sábanas con subordinación y valor para que los jugos de la noche pasada no inauguraran el pasado y ningún pasado pusiera una oficina entre nosotros para ordenarnos el hoy porque el alma amorosa es desordenada y perfecta tiene mucha limpieza y lindura se necesita todo un Dios para encerrarla como le pasó a Don Francisco que así pudo cruzar el agua fría de la muerte. Es bien raro eso de nuestros sexos volando pero recuerdo ahora que cada vez que yo entraba en tu sexo y me bañaban tus espumas purísimas con impaciencia y dulzura y valor me parecía oír un pajarerío en el bosque de vos como amor encendiendo otro amor, o más, es cierto que cada vez nuestros sexos resucitaban y se ponían a dar vueltas entre ellos como maripositas encandiladas por el fuego y se querían morir de nuevo buscando incesantemente la libertad y había un país entre la vida y la muerte donde todo era consolación y hermosura y no poseíamos nuestro corazón y nuestros sexos se perdían como almas en la noche y nunca más los volvíamos a ver para entender estudio los índices de la tasa de inversión bruta los índices de la productividad marginal de las inversiones los índices de crecimiento del producto amoroso otros índices que es aburrido hablar aquí y no entiendo nada. La economía es bien curiosa al pequeño ahorrista del alma lo engañan en Wall Street los sueldos de la ternura son bajos subsiste la injusticia en el mercado mundial del amor, el aprendiz está rodeado de nubes que parecen elefantes, eso no le da dicha ni desdicha en medio de las razones las redenciones las resurrecciones. Se lleva el alma a la nariz para sentir tus perjúmenes estoy viendo volar los pajaritos que te salían del sexo mejor dicho de más allá todavía de todo lo que valías o brillabas o eras y dabas como jugos de la noche
es
Casal,Julián_del
<XXI
No_Arrancó_La_Ambición_Las_Quejas_Hondas
No arrancó la Ambición las quejas hondas Ni el Orgullo inspiró los anatemas Que atraviesan mis mórbidos poemas Cual aves negras entre espigas blondas. Aunque la Dicha terrenal me escondas No a la voz de mis súplicas le temas, Que ni lauros, ni honores, ni diademas Turban de mi alma las dormidas ondas. Si algún día mi férvida plegaria, ¡Oh, Dios mío!, en blasfemia convertida Vuela a herir tus oídos paternales, Es que no siente mi alma solitaria, En medio de la estepa de la vida, El calor de las almas fraternales.
es
Meléndez,Mario
XXI
La_Danza_Del_Toro
Difícilmente olvidarte porque la sangre no se olvida no se olvida el volcán o el cuchillo de tu boca o la barba desgarrada en el muro de los siglos o el eructo de la tierra con su llanto de trinchera y su color de mosca y su veneno anónimo Difícilmente la orina del mar con sus alas marchitas y el grito funerario del cielo y el ojo del relámpago y la muerte de los muertos y la vida de los muertos y el mantel del infinito a saltos sobre los pechos del destino que devora, araña rompe las cavidades del pubis y su recuerdo ardiente de cada memoria fría, de cada aullido en llamas terrible como la cópula de las entrañas o el latido de un trueno enfermo terrible en su plumaje de holocausto en su piel de cataclismo en su cintura trizada por la sed y el hambre en los labios del otro, en los huesos del otro en el gran animal que somos mientras la panza gime y se retuerce de lombrices y las arrugas crecen y los bigotes crecen y crece también la muerte como una muchedumbre la muerte diaria que nos acompaña, oscura, macabra deforme en su legado de grietas, en su acento de oruga en el perfil de las hogueras y de los hipos del universo Difícilmente olvidarte en la cascada de los sueños en el gran litoral del miedo o en la vendimia de mi alma en el vuelo rasante de las letras y de las piedras humanas en la anatomía del fuego y en las momias recientes Difícilmente olvidarte cuando caen los bostezos y la luna tiene un raro parecido al aire que sofoca las arterias y aparecen los ciegos y aparecen los ciegos y aparecen los ciegos cantando con tu voz de bestia con tus uñas ancladas, con tu eco de tren deshabitado y con tu noche de alambre y de esqueleto sonámbulo Porque difícilmente podremos olvidarte, difícilmente aunque no traigas regalos, aunque te canses del viento aunque se apaguen tus muelas, difícilmente en el rugido de un viejo corazón o una camisa de fuerza, difícilmente en el olor a pólvora de los sesos, en la saliva ausente y en el verso degollado a la luz de los infiernos Difícilmente olvidarte cuando caen los bostezos y la luna tiene un raro parecido al aire que sofoca las arterias y aparecen los ciegos y aparecen los ciegos y aparecen los ciegos cantando con tu voz de bestia con tus uñas ancladas, con tu eco de tren deshabitado y con tu noche de alambre y de esqueleto sonámbulo Porque difícilmente podremos olvidarte, difícilmente aunque no traigas regalos, aunque te canses del viento aunque se apaguen tus muelas, difícilmente en el rugido de un viejo corazón o una camisa de fuerza, difícilmente en el olor a pólvora de los sesos, en la saliva ausente y en el verso degollado a la luz de los infiernos
es
Pardo_García,Germán
<XXI
Centauro_Moribundo
Cansado de la cumbre y la llanura cubrió al centauro funeral tristeza, y a las crines de su áspera cabeza cenizas de la noche prematura. Sintió que iba a morir y la amargura nubló su frente de brutal belleza, y distendió con lánguida fiereza la solidez de su musculatura. Al frente, Marathón. Atrás colinas de triunfo y gloria. Estatuas aquilinas y mármoles celestes y azucenas. Después, oscuridad, el fin de un mundo, y en la sien del centauro moribundo la última luz del Parthenón de Atenas.
es
Flórez,Julio
<XXI
¡Oh_Francia!
El Káiser asaltó tu territorio, roturándolo a golpe de metralla; ¡en polvo y humo convirtió el emporio y la campiña en campo de batalla! Recio hacedor de escombros y desiertos, inexorable segador de vidas, abona con pirámides de muertos tus extensas comarcas combatidas. Pronto, de nuevo, allí, sembrará el grano que ayer no más dejó bien satisfecho su exhausta troje... El próximo verano dorará el trigo en la región deshecha; sí, pero entonces... ¡el Nerón germano sabrá cómo se pierde una cosecha! Oh Francia, ¿espejo colosal del mundo? mira: pendientes todas las naciones están de tu heroísmo sin segundo, como de tus reveses y aflicciones. ¡A manera de un vivo acantilado, la teutónica mar ronca y enhiesta rechazas hoy con brío inusitado, rígido el puño y pálida la testa! Ya la idea es legión temible: ahora, que ante la avilantez del enemigo y ante su corpulencia destructora, paras el reto armada del castigo, la Democracia entera se incorpora para triunfar... ¡o perecer contigo!
es
Fuertes,Gloria
<XXI
La_Secta_De_Los_Mendigos
En Madrid hay muchos. (Ahora les llaman indigentes). Hay cuatro mil mendigos, también hay mendigas. Ya ni piden. No tienen familia, no tienen amigos, no tienen nada. Algunos han perdido la razón, otros han perdido todo menos la razón. Pasan hambre pasan frío pasan soledad pasan dolores pasan semáforos en rojo. Comen mortadela y sardinas, beben coñac de barril y vino barato de cartón (ataúdes de cartón). En invierno se mueren de frío o de corazón, (algunos de sida). Otros mueren porque les mata otro mendigo. Es diciembre.
es
Jiménez,Juan_Ramón
<XXI
Clavo_Débil,_Clavo_Fuerte
Clavo débil, clavo fuerte... Alma mía, ¡que más da! Fuera cual fuera la suerte, el cuadro se caerá.
es
Delfino,Ezequiel
XXI
Lo_Malo_De_Una_Despedida
Lo malo de una despedida son las verdades descubiertas por el hilo de sonido que expenden bocas ajenas. Lo malo de una despedida son los llantos inservibles, las falsas esperanzas. Lo malo es darse cuenta que ninguno tuvo razón porque nunca se usó la razón. Lo malo es volver a casa con el estomago vacío y alimentarlo con agravios. Es cerrar la puerta sin llave. Tomar de tu vaso vacío. Lo malo de una despedida son las cobardías que congelan las verdades. Lo malo es que ya no es lo que era antes.
es
Muñiz,Lucía
XXI
Mi_Corazón_Te_Espera
Mi corazón te espera. Cuento espacios acaricio segundos la piel tiembla el alma contempla la materia se detiene el ritmo se apaga el sonido es silencio mientras todo te llama Sin que nadie escuche. Primavera y verano otoño y espera los meses son cuentas de un rosario de ausencia. Los centímetros de la tierra de tus pasos me cuentan. El cielo te vigila. El viento me susurra, habla de lo que murmuras. La noche oscura sabe del amor que me despierta y le dice a la luna que apiadándose de mi espera cómplice, te busca invisible sin que la veas y sólo por encontrarte! Se vuelve luna nueva. Cuento espacios acaricio segundos la piel tiembla el alma contempla la materia se detiene el ritmo se apaga el sonido es silencio mientras todo te llama Sin que nadie escuche. Primavera y verano otoño y espera los meses son cuentas de un rosario de ausencia. Los centímetros de la tierra de tus pasos me cuentan. El cielo te vigila. El viento me susurra, habla de lo que murmuras. La noche oscura sabe del amor que me despierta y le dice a la luna que apiadándose de mi espera cómplice, te busca invisible sin que la veas y sólo por encontrarte! Se vuelve luna nueva. la piel tiembla el alma contempla la materia se detiene el ritmo se apaga el sonido es silencio mientras todo te llama Sin que nadie escuche. Primavera y verano otoño y espera los meses son cuentas de un rosario de ausencia. Los centímetros de la tierra de tus pasos me cuentan. El cielo te vigila. El viento me susurra, habla de lo que murmuras. La noche oscura sabe del amor que me despierta y le dice a la luna que apiadándose de mi espera cómplice, te busca invisible sin que la veas y sólo por encontrarte! Se vuelve luna nueva. la materia se detiene el ritmo se apaga el sonido es silencio mientras todo te llama Sin que nadie escuche. Primavera y verano otoño y espera los meses son cuentas de un rosario de ausencia. Los centímetros de la tierra de tus pasos me cuentan. El cielo te vigila. El viento me susurra, habla de lo que murmuras. La noche oscura sabe del amor que me despierta y le dice a la luna que apiadándose de mi espera cómplice, te busca invisible sin que la veas y sólo por encontrarte! Se vuelve luna nueva. el sonido es silencio mientras todo te llama Sin que nadie escuche. Primavera y verano otoño y espera los meses son cuentas de un rosario de ausencia. Los centímetros de la tierra de tus pasos me cuentan. El cielo te vigila. El viento me susurra, habla de lo que murmuras. La noche oscura sabe del amor que me despierta y le dice a la luna que apiadándose de mi espera cómplice, te busca invisible sin que la veas y sólo por encontrarte! Se vuelve luna nueva. Sin que nadie escuche. Primavera y verano otoño y espera los meses son cuentas de un rosario de ausencia. Los centímetros de la tierra de tus pasos me cuentan. El cielo te vigila. El viento me susurra, habla de lo que murmuras. La noche oscura sabe del amor que me despierta y le dice a la luna que apiadándose de mi espera cómplice, te busca invisible sin que la veas y sólo por encontrarte! Se vuelve luna nueva. Primavera y verano otoño y espera los meses son cuentas de un rosario de ausencia. Los centímetros de la tierra de tus pasos me cuentan. El cielo te vigila. El viento me susurra, habla de lo que murmuras. La noche oscura sabe del amor que me despierta y le dice a la luna que apiadándose de mi espera cómplice, te busca invisible sin que la veas y sólo por encontrarte! Se vuelve luna nueva. los meses son cuentas de un rosario de ausencia. Los centímetros de la tierra de tus pasos me cuentan. El cielo te vigila. El viento me susurra, habla de lo que murmuras. La noche oscura sabe del amor que me despierta y le dice a la luna que apiadándose de mi espera cómplice, te busca invisible sin que la veas y sólo por encontrarte! Se vuelve luna nueva. Los centímetros de la tierra de tus pasos me cuentan. El cielo te vigila. El viento me susurra, habla de lo que murmuras. La noche oscura sabe del amor que me despierta y le dice a la luna que apiadándose de mi espera cómplice, te busca invisible sin que la veas y sólo por encontrarte! Se vuelve luna nueva. El cielo te vigila. El viento me susurra, habla de lo que murmuras. La noche oscura sabe del amor que me despierta y le dice a la luna que apiadándose de mi espera cómplice, te busca invisible sin que la veas y sólo por encontrarte! Se vuelve luna nueva. El viento me susurra, habla de lo que murmuras. La noche oscura sabe del amor que me despierta y le dice a la luna que apiadándose de mi espera cómplice, te busca invisible sin que la veas y sólo por encontrarte! Se vuelve luna nueva. La noche oscura sabe del amor que me despierta y le dice a la luna que apiadándose de mi espera cómplice, te busca invisible sin que la veas y sólo por encontrarte! Se vuelve luna nueva. y le dice a la luna que apiadándose de mi espera cómplice, te busca invisible sin que la veas y sólo por encontrarte! Se vuelve luna nueva. cómplice, te busca invisible sin que la veas y sólo por encontrarte! Se vuelve luna nueva. y sólo por encontrarte! Se vuelve luna nueva.
es
Benítez_Reyes,Felipe
<XXI
La_Madrugada
La madrugada, lenta. En la avenida apenas queda gente: alguna sombra que se teme a sí misma y que se asombra de su propio reflejo. Cobran vida los fantasmas confusos que guardamos en esa liviandad atormentada que llamamos memoria, siendo nada. Los árboles, al viento, forman ramos de nerviosa hojarasca titilante. Y no sé adónde voy si voy conmigo, pues siempre anda sin rumbo ese enemigo que tiene nuestro rostro. Vuela errante un pájaro nocturno. Las farolas forman constelaciones de oro mágico y la luz de la luna tiene el trágico reflejo evanescente de las olas al romper en la orilla en el invierno de helada majestad y de tristeza, cuando el mundo recobra su pureza de esfera de cristal de brillo eterno, de planeta aterido y aterrado. Un coche fugitivo y una alarma, y mendigos en busca de su karma en las bocas del metro. Algún soldado guarda el palacio incierto de su rey. (Y es la hora ya de esos tacones rojos que huyen perseguidos por los ojos virtuales de Dios o de la Ley). La luna es una luz que busca dueño y un furtivo reloj de esfera oscura. Cuando el día se abra en su blancura, los ojos crearán ese otro sueño que soñaré despierto y que, a lo sumo, tendrá la realidad que tiene el humo.
es
Felipe,León
<XXI
Huyen._Se_Ve_Que_Huyen
Huyen. Se ve que huyen vueltas de espaldas a la tierra. Nosotros no hemos visto todavía los ojos de una estrella. Para buscar lo que buscamos (¿dónde está mi sortija?) una cerilla es buena, y la luz del gas, y la maravillosa luz eléctrica... Nosotros no hemos visto todavía los ojos de una estrella.
es
Altolaguirre,Manuel
<XXI
Es_La_Lluvia_Miradas_De_Ángeles_Gloriosos
Es la lluvia miradas de ángeles gloriosos, acordes de cristales. Y sobre todo esto: la alegría de estar no junto, ni sobre, ni tampoco dentro, sino en ella. Contundidos los dos, más que fundidos. Hechos ya un solo cuerpo, un alma sola que se besa a sí misma por los espacios blancos, olvidada del mundo.
es
Sabines,Jaime
<XXI
Vamos_A_Guardar_Este_Día
Vamos a guardar este día entre las horas, para siempre, el cuarto a oscuras, Debussy y la lluvia, tú a mi lado, descansando de amar. Tu cabellera en que el humo de mi cigarrillo flotaba densamente, imantado, como una mano acariciando. Tu espalda como una llanura en el silencio y el declive inmóvil de tu costado en que trataban de levantarse, como de un sueño, mis besos. La atmósfera pesada de encierro, de amor, de fatiga, con tu corazón de virgen odiándome y odiándote. todo ese malestar del sexo ahíto, esa convalecencia en que nos buscaban los ojos a través de la sombra para reconciliarnos. Tu gesto de mujer de piedra, última máscara en que a pesar de ti te refugiabas, domesticabas tu soledad. Los dos, nuevos en el alma, preguntando por qué. Y más tarde tu mano apretando la mía, cayéndose tu cabeza blandamente en mi pecho, y mis dedos diciéndole no sé qué cosas a tu cuello. Vamos a guardar este día entre las horas para siempre.
es
Othón,Manuel_José
<XXI
¡Sus,_Vaquero_Marcial!_De_Nuestra_Boca
Los nahuales ¡Sus, Vaquero Marcial! De nuestra boca los conjuros oirás: aunque en la brega quedaste vencedor, siempre a ti llega de los hombres la voz que te provoca. ¡Por dondequiera el mal! Tu mano toca las campiñas también, Ya en ronda ciega el coro de las brujas se despliega de ti en redor, sobre la abrupta roca. Hijas sois de la víbora y el sapo: de vuestro hediondo seno sacad presto las efigies ridículas de trapo... ¡Oh, representación de los mortales!, mostrad aquí vuestro asombrado gesto en la danza infernal de los nahuales.
es
Martínez,Fabiana
XXI
Porque_Tus_Brazos_Son_Fuertes
Porque tus brazos son fuertes y tienen extensión, a su final las manos al comienzo, el sol. Porque mi reflejo es tu imagen y su brillo universal Con los brazos abiertos esperaron, recibieron, entregaron. Y la historia llegó, y se pudo escuchar para saber, y el futuro se vió y se pudo traer para cantar. Los corazones fueron uno, los de antes, los de entonces y después. Todo se quiso entregar, y mas se entregó y mas volvía para dar. De los hombres vinieron dioses, ya no había nada que temer.
es
Flores,Manuel_María
<XXI
La_Tarde_Era_Triste
La tarde era triste, la nieve caía, su blanco sudario los campos cubría; ni un ave volaba, ni oíase rumor. Apenas la nieve dejando su huella, pasaba muy triste, muy pálida y bella, la niña que ha sido del valle la flor. Llevaba en el cinto su pobre calzado; su hermano pequeño que marcha a su lado le dice: —«No sienten la nieve tus pies?» «Mis pies nada sienten» —responde con calma— «el frío que yo siento lo llevo en el alma; y el frío de la nieve más duro no es». Y dice el pequeño que helado tirita: —«¡Más frío que el de nieve!... ¿Cuál es, hermanita? ¡No hay otro que pueda decirse mayor!...» —«Aquel que de muerte las almas taladre; aquel que en el alma me puso mi madre el día que a mi esposo me unió sin amor». Apenas la nieve dejando su huella, pasaba muy triste, muy pálida y bella, la niña que ha sido del valle la flor. Llevaba en el cinto su pobre calzado; su hermano pequeño que marcha a su lado le dice: —«No sienten la nieve tus pies?» «Mis pies nada sienten» —responde con calma— «el frío que yo siento lo llevo en el alma; y el frío de la nieve más duro no es». Y dice el pequeño que helado tirita: —«¡Más frío que el de nieve!... ¿Cuál es, hermanita? ¡No hay otro que pueda decirse mayor!...» —«Aquel que de muerte las almas taladre; aquel que en el alma me puso mi madre el día que a mi esposo me unió sin amor». Llevaba en el cinto su pobre calzado; su hermano pequeño que marcha a su lado le dice: —«No sienten la nieve tus pies?» «Mis pies nada sienten» —responde con calma— «el frío que yo siento lo llevo en el alma; y el frío de la nieve más duro no es». Y dice el pequeño que helado tirita: —«¡Más frío que el de nieve!... ¿Cuál es, hermanita? ¡No hay otro que pueda decirse mayor!...» —«Aquel que de muerte las almas taladre; aquel que en el alma me puso mi madre el día que a mi esposo me unió sin amor». «Mis pies nada sienten» —responde con calma— «el frío que yo siento lo llevo en el alma; y el frío de la nieve más duro no es». Y dice el pequeño que helado tirita: —«¡Más frío que el de nieve!... ¿Cuál es, hermanita? ¡No hay otro que pueda decirse mayor!...» —«Aquel que de muerte las almas taladre; aquel que en el alma me puso mi madre el día que a mi esposo me unió sin amor». Y dice el pequeño que helado tirita: —«¡Más frío que el de nieve!... ¿Cuál es, hermanita? ¡No hay otro que pueda decirse mayor!...» —«Aquel que de muerte las almas taladre; aquel que en el alma me puso mi madre el día que a mi esposo me unió sin amor». —«Aquel que de muerte las almas taladre; aquel que en el alma me puso mi madre el día que a mi esposo me unió sin amor».
es
Guillén,Jorge
<XXI
Tréboles
Cada vez que me despierto mi boca vuelve a tu nombre como el marino a su puerto. Este volver a empezar cada jornada sin ti, esta sensación de mar que navego y ya perdí... Como si mi voz te alcanzase, murmura: Amour adoré, ¿No puedes oírme? No sé. Vivos estamos en la frase. ¡Qué lejos ayer de hoy! Hondo ayer: dos fuimos uno. Hoy no estás y yo no soy. Gentes que me son extrañas: esas que me creen solo sin ver que tú me acompañas. Así voy sin ti: perdido por entre gentes que anulan nuestro amor bajo su olvido. La Patria, lejos, en el lodo. Soledades alrededor. Navidad a pesar de todo: hijos, su recuerdo, mi amor. La memoria, malla a malla, me cubre armando su mundo. Interior, mi noche calla. En tu recuerdo me hundo. Ya te lo decía yo. Era imposible el olvido. Fuimos verdad. Y quedó. Sobre esta misma almohada me acompañó su cabeza. Sé ya ahora cómo empieza la blancura de la nada. Despierto y como no estás, no me suena el mundo a mundo: nunca a solas no hay compás. ¡Estaba yo tan contento de ser yo, yo para ti! ¡Qué alegría ser así dos historias en un cuento! Lo que un día me dijiste de nuevo suena en mi oído. La soledad no es tan triste. Ser es también no haber sido.
es
Moreno_Villa,José
<XXI
Cosa_Que_No_Anda
Cosa que no anda que viene y se va, ¿para qué la quiero? ¡Ay, mar! Cosa que se amansa o irrita al azar, ¿para qué la quiero? ¡Ay, mar! Cosa que no acierta uno a dominar... ¡Ay fuerza perdida, la del mar!
es
Rodríguez,Antonieta
XXI
Yo_Siempre_Llego_Tarde_Pero_Llego
Yo siempre llego tarde pero llego y no es mala costumbre ni pereza es sencillamente miedo de llegar temprano.
es
Fernández_Rivera,David
XXI
Una_Mariposa_Al_Fondo_Gris...
Por veces, creí verla entre la solapa traslúcida de una mariposa negra. Los ángulos de la ventana eran espuma, ahora que el alfeizar se tornaba en el escaparate donde los molinos juguetean con la sangre suspendida en el recuerdo de la lluvia. Los sepulcros se abrían en cada suspiro de la avenida, gimoteando estallidos sobre la moqueta gris... Sobre la lámpara, el agua se diluía hacia el cono de luz. Allí se perdía una infancia. Estabas tú... Tras el jadeo de mis párpados, el rojo se entumeció con el color de un beso. Al otro lado estabas tú... Tras los cristales seguirían desapareciendo lingotes de savia. Fueron siete pasos y tan sólo volví el perfil para recordar cómo las cadenas del viento suspiraban mi melancolía sobre la soledad de aquellos soportales. Era noche y no estabas tú. Por el momento, alguien sigue vagando sólo a las tres de la madrugada, se estremece de frio, cuando en la escalera del fondo se entrecruzan los aullidos con la quietud de los labios. Bonjour, madamme... El tiempo se va...
es
Riechmann,Jorge
<XXI
18
La posguerra por ejemplo en Grecia es una guerra que se prolonga por ejemplo dentro de un campo de concentración. Yannis Ritsos garrapatea papeles desgarrados en los retretes o bajo la manta. Después esconde los poemas en botellas vacías que entierra por si la guerra finalizase algún día. Los dibujos sobre las piedras mantienen a raya a la locura. La posguerra, esa guerra inacabable.
es
Borao_Llop,Sergio
XXI
Dos_Sanguinarias_Guerras_Hay_En_Marcha
Dos sanguinarias guerras hay en marcha. La más antigua enfrenta al hombre contra el hombre desde el alba difusa de los tiempos. Pero hay otro combate más terrible, más irreal, más lento, más certero: Es la lucha irracional del hombre contra la tierra que le dio la savia para formar ciudades hasta el cielo. Yo vengo a hablar por boca del herido, del que sufre el horror, del mutilado, de la mujer que espera, del soldado, del suelo amenazado de exterminio. Yo invoco la pasión y las palabras para hablar de los golpes recibidos, para nombrar los nombres olvidados. Quiero ser del caballo la herradura, del águila las garras carniceras. Quiero tener los hilos de la araña y el salto repentino del animal salvaje y la tenacidad inamovible de la pequeña hormiga. Quiero tener la fuerza del torrente y la elevada altura de los riscos y el poder permanente de la lluvia. Quiero tener las olas oceánicas, la furia del volcán y la lava candente. Quiero estar en la sangre de los pobres, en la resina espesa de los pinos y en la herida mortal del combatiente. Quiero ser trigo, tigre, peregrino en sendas donde no haya bombardeos; ser eucalipto, menta, ardilla, grajo, luciérnaga fugaz, caballo, avena, hoja perenne, oliva, jornalero, aroma, niña, tallo, crisantemo, amapola radiante, gorrioncito, y nunca, nunca, nunca ennegrecido cráter. Pero hay otro combate más terrible, más irreal, más lento, más certero: Es la lucha irracional del hombre contra la tierra que le dio la savia para formar ciudades hasta el cielo. Yo vengo a hablar por boca del herido, del que sufre el horror, del mutilado, de la mujer que espera, del soldado, del suelo amenazado de exterminio. Yo invoco la pasión y las palabras para hablar de los golpes recibidos, para nombrar los nombres olvidados. Quiero ser del caballo la herradura, del águila las garras carniceras. Quiero tener los hilos de la araña y el salto repentino del animal salvaje y la tenacidad inamovible de la pequeña hormiga. Quiero tener la fuerza del torrente y la elevada altura de los riscos y el poder permanente de la lluvia. Quiero tener las olas oceánicas, la furia del volcán y la lava candente. Quiero estar en la sangre de los pobres, en la resina espesa de los pinos y en la herida mortal del combatiente. Quiero ser trigo, tigre, peregrino en sendas donde no haya bombardeos; ser eucalipto, menta, ardilla, grajo, luciérnaga fugaz, caballo, avena, hoja perenne, oliva, jornalero, aroma, niña, tallo, crisantemo, amapola radiante, gorrioncito, y nunca, nunca, nunca ennegrecido cráter. Yo vengo a hablar por boca del herido, del que sufre el horror, del mutilado, de la mujer que espera, del soldado, del suelo amenazado de exterminio. Yo invoco la pasión y las palabras para hablar de los golpes recibidos, para nombrar los nombres olvidados. Quiero ser del caballo la herradura, del águila las garras carniceras. Quiero tener los hilos de la araña y el salto repentino del animal salvaje y la tenacidad inamovible de la pequeña hormiga. Quiero tener la fuerza del torrente y la elevada altura de los riscos y el poder permanente de la lluvia. Quiero tener las olas oceánicas, la furia del volcán y la lava candente. Quiero estar en la sangre de los pobres, en la resina espesa de los pinos y en la herida mortal del combatiente. Quiero ser trigo, tigre, peregrino en sendas donde no haya bombardeos; ser eucalipto, menta, ardilla, grajo, luciérnaga fugaz, caballo, avena, hoja perenne, oliva, jornalero, aroma, niña, tallo, crisantemo, amapola radiante, gorrioncito, y nunca, nunca, nunca ennegrecido cráter. Yo invoco la pasión y las palabras para hablar de los golpes recibidos, para nombrar los nombres olvidados. Quiero ser del caballo la herradura, del águila las garras carniceras. Quiero tener los hilos de la araña y el salto repentino del animal salvaje y la tenacidad inamovible de la pequeña hormiga. Quiero tener la fuerza del torrente y la elevada altura de los riscos y el poder permanente de la lluvia. Quiero tener las olas oceánicas, la furia del volcán y la lava candente. Quiero estar en la sangre de los pobres, en la resina espesa de los pinos y en la herida mortal del combatiente. Quiero ser trigo, tigre, peregrino en sendas donde no haya bombardeos; ser eucalipto, menta, ardilla, grajo, luciérnaga fugaz, caballo, avena, hoja perenne, oliva, jornalero, aroma, niña, tallo, crisantemo, amapola radiante, gorrioncito, y nunca, nunca, nunca ennegrecido cráter. Quiero ser del caballo la herradura, del águila las garras carniceras. Quiero tener los hilos de la araña y el salto repentino del animal salvaje y la tenacidad inamovible de la pequeña hormiga. Quiero tener la fuerza del torrente y la elevada altura de los riscos y el poder permanente de la lluvia. Quiero tener las olas oceánicas, la furia del volcán y la lava candente. Quiero estar en la sangre de los pobres, en la resina espesa de los pinos y en la herida mortal del combatiente. Quiero ser trigo, tigre, peregrino en sendas donde no haya bombardeos; ser eucalipto, menta, ardilla, grajo, luciérnaga fugaz, caballo, avena, hoja perenne, oliva, jornalero, aroma, niña, tallo, crisantemo, amapola radiante, gorrioncito, y nunca, nunca, nunca ennegrecido cráter. Quiero tener la fuerza del torrente y la elevada altura de los riscos y el poder permanente de la lluvia. Quiero tener las olas oceánicas, la furia del volcán y la lava candente. Quiero estar en la sangre de los pobres, en la resina espesa de los pinos y en la herida mortal del combatiente. Quiero ser trigo, tigre, peregrino en sendas donde no haya bombardeos; ser eucalipto, menta, ardilla, grajo, luciérnaga fugaz, caballo, avena, hoja perenne, oliva, jornalero, aroma, niña, tallo, crisantemo, amapola radiante, gorrioncito, y nunca, nunca, nunca ennegrecido cráter. Quiero tener las olas oceánicas, la furia del volcán y la lava candente. Quiero estar en la sangre de los pobres, en la resina espesa de los pinos y en la herida mortal del combatiente. Quiero ser trigo, tigre, peregrino en sendas donde no haya bombardeos; ser eucalipto, menta, ardilla, grajo, luciérnaga fugaz, caballo, avena, hoja perenne, oliva, jornalero, aroma, niña, tallo, crisantemo, amapola radiante, gorrioncito, y nunca, nunca, nunca ennegrecido cráter. Quiero estar en la sangre de los pobres, en la resina espesa de los pinos y en la herida mortal del combatiente. Quiero ser trigo, tigre, peregrino en sendas donde no haya bombardeos; ser eucalipto, menta, ardilla, grajo, luciérnaga fugaz, caballo, avena, hoja perenne, oliva, jornalero, aroma, niña, tallo, crisantemo, amapola radiante, gorrioncito, y nunca, nunca, nunca ennegrecido cráter. Quiero ser trigo, tigre, peregrino en sendas donde no haya bombardeos; ser eucalipto, menta, ardilla, grajo, luciérnaga fugaz, caballo, avena, hoja perenne, oliva, jornalero, aroma, niña, tallo, crisantemo, amapola radiante, gorrioncito, y nunca, nunca, nunca ennegrecido cráter.
es
Encina,Juan_del
<XXI
Romerico,_Tú_Que_Vienes
Romerico, tú que vienes De donde mi vida está, Las nuevas de ella me da, Dame nuevas de mi vida Así Dios te dé placer, Si tú me quieres hacer Alegre con tu venida. Que después de mi partida De mal en peor me va. Las nuevas de ella me da.
es
García_Herrera,José_Luis
XXI
Lluvia_De_Octubr
Con el olor de la lluvia se aproximan las remotas caravanas del recuerdo. Abandonan su equipaje de añoranza en los portales de una calle anónima. El sabor de la lluvia posee aromas de infancia, cadencias de lavanda y pellizcos de ciclamen. Un tapiz de intenso gris cubre la argamasa del cielo y las copas de los árboles recortan el paisaje con la dimensión de un adiós o un hasta luego que busca semillas de sol en la distancia. El olor de la lluvia, de la tierra mojada, nos recoge en el claustro de la meditación, en el aula reservada para aprendices de náufragos condenados a ser eternos arlequines de agua. En estas horas escritas con zumo de limón las lágrimas pesan como goterones de plomo, como las monedas sin lustre de la tristeza hurtadas de la hucha secreta del corazón baldío. El viento pregona los poemas de la ausencia entre los portales de la ciudad vencida por el agua; y una voz solitaria, ebria de roble y de tanino, acuña el silencio en el vaho de la ventana. La lluvia es el poema de los que se fueron.
es
Ratón,Maeve
XXI
Si_No_Creyera_En_El_Cielo
Si no creyera en el cielo, mi religión sería mi conciencia. Si creyera en el infierno, a veces lo confundiría con la vida.
es
Pardo_García,Germán
<XXI
Humildad
¡Hombre sencillo que tu pan coccionas en fogones que son de tu alimento la alegría frugal, el condimento con que en tu casa la escasez sazonas! ¿Dije tuya? ¡Perdón, porque perdonas aunque hambre tienes y a la vez sediento vives sin casa y cruzas como el viento sobre la grieta vegetal que abonas! Es tu ventura: ¡apaciguar rebaño que no es el tuyo! ¡En una sementera que es la del otro, recogerle al año su ración de semilla forrajera, y calentar en el rincón extraño la humilde sopa en infeliz caldera!
es
Jiménez,Juan_Ramón
<XXI
¡Ya_Se_Arreglarán_Los_Sueños
¡Ya se arreglarán los sueños, mañana se arreglarán! ¡Hoy, a soltar y a gozar! Hoy para encontrar el amigo, para olearse en los dos ríos, para hablar con duras mujeres; hoy para irisarse de césped, para ventear a caballo, para silbear en el árbol, para acerarse en las montañas, para huir por las luces anchas perdido entre glorias ruidosas... Hoy para la gran tensión fresca de un vivir sin casa ni venda. ¡Ya se ordenarán los sueños, mañana se ordenarán! ¡Hoy, a romper y a cantar! Hoy para encontrar el amigo, para olearse en los dos ríos, para hablar con duras mujeres; hoy para irisarse de césped, para ventear a caballo, para silbear en el árbol, para acerarse en las montañas, para huir por las luces anchas perdido entre glorias ruidosas... Hoy para la gran tensión fresca de un vivir sin casa ni venda. ¡Ya se ordenarán los sueños, mañana se ordenarán! ¡Hoy, a romper y a cantar! ¡Ya se ordenarán los sueños, mañana se ordenarán! ¡Hoy, a romper y a cantar!
es
Caseiro,María_Eugenia
XXI
Instante_De_Arena
Era en el sueño la ciudad imprevista a que llegaba un convoy a toda hora. En el dormir la vida que jugamos sin prevenir la brevedad o postergar el paso en la inquietante virtud de los espejos. Las tablillas de Moisés no nos sirvieron, concluían los talonarios con demoras volando el sueño más allá de la espera, y en las habitaciones soterradas otra estación cuajada con paseantes azules y mimosos como orquídeas, bordaba su ajetreo. Esa ciudad del sueño que refleja la muerte no es otra que un transitar constante en el barranco en que los relojes quedaron detenidos para siempre, pero la ausencia sostenida por nosotros se desborda lanzando desde allí sus carcajadas sin desmentir nuestra lágrima aún cuajándose a la altura del vitral de la memoria. Esa ciudad en que fueron solventados los adioses contiene el instante tangencial entre dos vidas: todo en una misma, la del sueño, y esta otra capaz de resolver de manera imprecisa a través suyo las separaciones. Luego el despertar, ese golpe de arena en los ojos que siguen almacenando nubes.
es
Garza,Humberto_C.
XXI
Nuestro_Idilio
Éramos jóvenes aún como hierba recién salida de la tierra cuando nos amamos. Éramos rosas sin violaciones de sorpresas dolorosas, éramos el vaho nostálgico de otoño, éramos una feria sin fin en la comarca, cuando nuestro idilio; timidez de palomas en el río, saltó a los aires y llenó el vacío. Las piedras, recién mojadas por la lluvia, hablaban de nosotros. El rumor de las jaras ascendía por una cuerda astral al universo. ¡Yo sí te amé! El gemido de mi fuerza implacable te lo dijo. ¡Yo sí te amé! ¡Lo juro! Por las piedras precámbricas del río, por nuestro suelo viejo, por tu sagrado y el sagrado mío. Virginal inconsistencia aquella tuya... bañándose en las notas de la vida y en la música cósmica. Me quisiste, y te quise... Nuestras almas, atropellándose en la confusión de la inocencia, soltaron a volar aves de fuego al espacio infinito de la vida donde tiene el dolor su residencia. Éramos rosas sin violaciones de sorpresas dolorosas, éramos el vaho nostálgico de otoño, éramos una feria sin fin en la comarca, cuando nuestro idilio; timidez de palomas en el río, saltó a los aires y llenó el vacío. Las piedras, recién mojadas por la lluvia, hablaban de nosotros. El rumor de las jaras ascendía por una cuerda astral al universo. ¡Yo sí te amé! El gemido de mi fuerza implacable te lo dijo. ¡Yo sí te amé! ¡Lo juro! Por las piedras precámbricas del río, por nuestro suelo viejo, por tu sagrado y el sagrado mío. Virginal inconsistencia aquella tuya... bañándose en las notas de la vida y en la música cósmica. Me quisiste, y te quise... Nuestras almas, atropellándose en la confusión de la inocencia, soltaron a volar aves de fuego al espacio infinito de la vida donde tiene el dolor su residencia. Las piedras, recién mojadas por la lluvia, hablaban de nosotros. El rumor de las jaras ascendía por una cuerda astral al universo. ¡Yo sí te amé! El gemido de mi fuerza implacable te lo dijo. ¡Yo sí te amé! ¡Lo juro! Por las piedras precámbricas del río, por nuestro suelo viejo, por tu sagrado y el sagrado mío. Virginal inconsistencia aquella tuya... bañándose en las notas de la vida y en la música cósmica. Me quisiste, y te quise... Nuestras almas, atropellándose en la confusión de la inocencia, soltaron a volar aves de fuego al espacio infinito de la vida donde tiene el dolor su residencia. ¡Yo sí te amé! El gemido de mi fuerza implacable te lo dijo. ¡Yo sí te amé! ¡Lo juro! Por las piedras precámbricas del río, por nuestro suelo viejo, por tu sagrado y el sagrado mío. Virginal inconsistencia aquella tuya... bañándose en las notas de la vida y en la música cósmica. Me quisiste, y te quise... Nuestras almas, atropellándose en la confusión de la inocencia, soltaron a volar aves de fuego al espacio infinito de la vida donde tiene el dolor su residencia. Virginal inconsistencia aquella tuya... bañándose en las notas de la vida y en la música cósmica. Me quisiste, y te quise... Nuestras almas, atropellándose en la confusión de la inocencia, soltaron a volar aves de fuego al espacio infinito de la vida donde tiene el dolor su residencia. Me quisiste, y te quise... Nuestras almas, atropellándose en la confusión de la inocencia, soltaron a volar aves de fuego al espacio infinito de la vida donde tiene el dolor su residencia.
es
Darío,Rubén
<XXI
Diré_De_La_Generación
Diré de la generación en flor, de las almas flamantes, primavera e iniciación; de vosotros, ¡oh estudiantes!, empenachados de ilusión y acorazados de audacia, que tendéis vuestras almas plenas de amor, de fuerza y de gracia, al divino Platón de Atenas o al celeste Orfeo de Tracia, a la Verdad o a la Armonía, al Cálculo o al Ensueño, firmes de ardor, vivos de empeño, robustos de confianza propia y a quien es justo que ceda la fugaz Fortuna su rueda, la Abundancia su cornucopia; vosotros que sabéis por qué abre Pegaso las alas y hay misterio en la lumbre de los ojos del búho de Palas, sed cantados y bendecidos. Estad atentos a los ruidos que preceden la alba naciente, estad atentos a los nidos que se incuban en el presente, a lo que vendrá y que se anuncia, en la palabra que pronuncia vuestra boca. El grito sagrado para vosotros resuena como pitagórico verso, clamad así ante el universo: ¡Ave, Argentina, vita plena! ¡Jóvenes, frentes para lauros, brazos para amantes abrazos, pero también gímnicos brazos para hidras y minotauros; infantes de mundial estirpe, que vuestra voluntad extirpe, falso anhelo, odio victimario, y en el patriótico sagrario dejéis como ofrendas de aristos ansias de Perseos o Cristos en la fiesta del Centenario! ¡Ave, Argentina, vita plena!
es
Bécquer,Gustavo_Adolfo
<XXI
Rima_Xxv
Cuando en la noche te envuelven las alas de tul del sueño y tus tendidas pestañas semejan arcos de ébano, por escuchar los latidos de tu corazón inquieto y reclinar tu dormida cabeza sobre mi pecho, diera, alma mía, cuanto posea: ¡la luz, el aire y el pensamiento! Cuando se clavan tus ojos en un invisible objeto y tus labios ilumina de una sonrisa el reflejo, por leer sobre tu frente el callado pensamiento que pasa como la nube del mar sobre el ancho espejo, diera, alma mía, cuanto deseo: ¡la fama, el oro, la gloria, el genio! Cuando enmudece tu lengua y se apresura tu aliento y tus mejillas se encienden y entornas tus ojos negros, por ver entre sus pestañas brillar con húmedo fuego la ardiente chispa que brota del volcán de los deseos, diera, alma mía, por cuanto espero, la fe, el espíritu, la tierra, el cielo. Cuando se clavan tus ojos en un invisible objeto y tus labios ilumina de una sonrisa el reflejo, por leer sobre tu frente el callado pensamiento que pasa como la nube del mar sobre el ancho espejo, diera, alma mía, cuanto deseo: ¡la fama, el oro, la gloria, el genio! Cuando enmudece tu lengua y se apresura tu aliento y tus mejillas se encienden y entornas tus ojos negros, por ver entre sus pestañas brillar con húmedo fuego la ardiente chispa que brota del volcán de los deseos, diera, alma mía, por cuanto espero, la fe, el espíritu, la tierra, el cielo. Cuando enmudece tu lengua y se apresura tu aliento y tus mejillas se encienden y entornas tus ojos negros, por ver entre sus pestañas brillar con húmedo fuego la ardiente chispa que brota del volcán de los deseos, diera, alma mía, por cuanto espero, la fe, el espíritu, la tierra, el cielo.
es
Palés_Matos,Luis
<XXI
El_Reloj
Con una incontrastable isocronía canta el reloj las horas que transcurren, y cual gnomos, por su armazonería, como suspiros, rápidas, se escurren. Quizá el tedio lo mata, y a porfía las dos agujas del reloj, se aburren, de estar marca que marca todo el día, arcano idioma que ellas no discurren. Mirado desde lejos, tiene aspecto extraño y mitológico, de insecto que ye correr la vida, indiferente; y el péndulo, una lengua centelleante, hiperbólicamente jadeante que se mofa del tiempo eternamente.
es
Storni,Alfonsina
<XXI
Este_Grave_Daño_Que_Me_Da_La_Vida
Este grave daño que me da la vida Es un dulce daño, porque la partida Que debe alejarme de la misma vida Más cerca tendré. Yo llevo las manos brotadas de rosas, Pero están libando tantas mariposas Que cuando por secas se acaben mis rosas Ay, me secaré.
es
Pombo,Rafael
<XXI
Ingeniándose_Andaba_Un_Ratoncillo
Ingeniándose andaba un ratoncillo Para hacer su despensa, por el cuarto De cierto aficionado a alzar el codo, Cuando dio un paso en falso, y cayó el pillo Dentro un cántaro abierto De no sé qué licor; y fue de modo Que su naufragio era inminente y cierto: Exquisito tal vez para un beodo, Mas no para el ratón, pues de tal vicio Nunca, hasta entonces, dio el menor indicio. Nadaba y chapoteaba y volteaba Desesperadamente, y dientes y uñas Gastaba sin provecho. Arañando los cóncavos oscuros De aquel sofocador aljibe estrecho, Cuando ¡apuro de apuros! Vio asomar por la boca la cabeza De un gato negro, hambriento policía, Que el raro estruendo a investigar venía. Salvarse en apretura tan severa No era ya la cuestión: la cuestión era Cómo morir más tarde; Y pues el brandy es brío del cobarde, Y hace que entre enemigo y enemigo Se hable o se riña pronto, boqueando Dijo al gato el ratón: —«Péscame, amigo, ¡Que me estoy a-ho-gan-do! ¡Hola!» —respondió el gato—, «¡enhorabuena! Te sacaré al instante, más con una Precisa condición: que en redimido, Me servirás de cena Sin tentativa de evasión ninguna». Y el náufrago repuso: —«Convenido»—. Metió el micho la mano, el ratoncilio Salió prendido della, y de contado Que el salvador clemente Procedió a introducirle su colmillo... Mas sobrevino un caso inesperado: Antes de hacer bocado El gato estornudó furiosamente (Primerizo en ratón en aguardiente); Y arreció el estornudo de tal modo Que se olvidó de todo Por sonarse y fregarse las narices,... Y el candidato huyó por la tangente. «¡Alto ahí! ¿a dónde vas?» gritole al punto Que logró abrir los ojos: «¡oye infame! ¿No cumples lo que dices?» —«¡Bah!» —respondió el presunto Náufrago y colación de Su Excelencia— «¿En dónde está tu ciencia y tu experiencia Si ignoras lo que reza el menos gato: Que de gente envinada No hay que fiar; que su palabra es nada Y ruinoso y pestífero su trato?»
es
Fuertes,Gloria
<XXI
Desde_Siempre_Los_Enamorados_Se_Cogen_Las_Manos
Desde siempre los enamorados se cogen las manos. Desde siempre las frutas se cogen del árbol. Desde siempre los niños se cogen del pecho. Desde siempre los guardias se cogen del preso. Y la yedra al piano y la tapia al ciempiés. Desde siempre mi alma cabalgando al revés.
es
Sabines,Jaime
<XXI
No_Sé,_A_Estas_Alturas,_Cómo_Decir_Las_Cosas_Que_Suceden
No sé, a estas alturas, cómo decir las cosas que suceden. Soy un poco apagado, un poco triste, un poco incrédulo y vacío. Dejé pasar tres meses a propósito para mirar en mí, mirarte lejos, sano y salvo de ti, Cuba caliente. (He aquí el primer error. No quiero atarme a las palabras ni al ritmo. Líbreme Dios de mí igual que me he librado de Dios). Suscribo lo que dice la prensa reaccionaria del mundo. (Así iba a empezar). En Cuba hay privaciones, hay escasez, no hay poitos, no hay vestidos suntuosos ni automóviles último modelo, hay pocas medicinas y mucho trabajo para todos. Suscribo esto. Quiero aclarar que no me paga un sueldo el partido comunista, ni recibo dólares de la embajada norteamericana (¡Qué bien la están haciendo los gringos en Vietnan y en Santo Domingo!) No acostumbro meterme con la poesía política ni trato de arreglar el mundo. Más bien soy un burgués acomodado a todo, a la vida, a la muerte y a la desesperanza. No tengo hábitos sanos ni he aprendido a reír ni a conversar con nadie. Soy un poco de todo, y pienso que si fuera en un buque pirata sería lo mismo el capitán que el cocinero.
es
Jiménez,Juan_Ramón
<XXI
¡Su_Desnudez_Y_El_Mar!
¡Su desnudez y el mar! Ya están, plenos, lo igual con lo igual. La esperaba, desde siglos el agua, para poner su cuerpo solo en su trono inmenso. Y ha sido aquí en Iberia. La suave playa céltica se la dio, cual jugando, a la ola del verano. (Así va la sonrisa ¡amor! a la alegría) ¡Sabedlo, marineros: de nuevo es reina Venus! La esperaba, desde siglos el agua, para poner su cuerpo solo en su trono inmenso. Y ha sido aquí en Iberia. La suave playa céltica se la dio, cual jugando, a la ola del verano. (Así va la sonrisa ¡amor! a la alegría) ¡Sabedlo, marineros: de nuevo es reina Venus! Y ha sido aquí en Iberia. La suave playa céltica se la dio, cual jugando, a la ola del verano. (Así va la sonrisa ¡amor! a la alegría) ¡Sabedlo, marineros: de nuevo es reina Venus! (Así va la sonrisa ¡amor! a la alegría) ¡Sabedlo, marineros: de nuevo es reina Venus! ¡Sabedlo, marineros: de nuevo es reina Venus!
es
Pereira,Gustavo
<XXI
Sutilezas
El inventor de la bala ¿Qué perseguía?
es
Cruz,Juana_Inés_de_la
<XXI
¡Oh_Famosa_Lucrecia,_Gentil_Dama
¡Oh famosa Lucrecia, gentil dama, de cuyo ensangrentado noble pecho salió la sangre que extinguió, a despecho del rey injusto, la lasciva llama! ¡Oh, con cuánta razón el mundo aclama tu virtud, pues por medio de tal hecho, aun es para tus sienes cerco estrecho la amplísima corona de tu fama! Pero si el modo de tu fin violento puedes borrar del tiempo y sus anales, quita la punta del puñal sangriento con que pusiste fin a tantos males; que es mengua de tu honrado sentimento decir que te ayudaste de puñales.
es
Bolaño,Roberto
<XXI
Servía_Para_La_Química,_Para_La_Química_Pura
Servía para la química, para la química pura. Pero preferí ser un vagabundo. Vi el amor de mi madre en las tempestades del planeta. Vi ojos sin cuerpo, ojos ingrávidos orbitando alrededor de mi lecho. Decían que no estaba bien de la cabeza . Tomé trenes y barcos, recorrí la tierra de los justos en la hora más temprana y con la gente más humilde: gitanos y feriantes. Me despertaba temprano o no dormía. En la hora en que la niebla aún no ha despejado y los fantasmas guardianes del sueño avisan inútilmente. Oí los avisos y las alertas pero no supe descifrados. No iban dirigidos a mí sino a los que dormían, pero no supe descifrados. Palabras ininteligibles, gruñidos, gritos de dolor, lenguas extranjeras oí adonde quiera que fuese. Ejercí los oficios más bajos. Recorrí la Argentina y toda Europa en la hora en que todos duermen y los fantasmas guardianes del sueño aparecen. Pero guardaban el sueño de los otros y no supe descifrar sus mensajes urgentes. Fragmentos tal vez sí, y por eso visité los manicomios y las cárceles. Fragmentos, sílabas quemantes. No creí en la posteridad, aunque a veces creí en la Quimera. Servía para la química, para la química pura.
es
Chocano,José_Santos
<XXI
Serenamente
Cuantos me han calumniado y me han escarnecido dieron tal magnitud a mi pecado, que me duele el no haberlo cometido... Si grande la aventura, bendigo yo la trama en que se urde el afán de la impostura, que sólo es el reverso de la fama. Podré lanzar un grito o hacer un loco alarde; mas bajo el peso de cualquier delito, ¿justificarme yo? ¡Fuera cobarde! ¿Me echarán en olvido porque mi lengua calla?... Nada importa vencer ni ser vencido: lo que importa es ser grande en la batalla. Bajé desde mis cumbres a pastorear las greyes no «contra» sino «sobre» las cumbres, que hay que violar para engendrar las leyes. Mi espíritu se ufana, porque una chispa encierra de la luz de una estrella tan lejana que no se puede ver desde la Tierra.
es
Hernanz_Angulo,Beatriz
XXI
La_Noche_Del_Eclipse_De_Luna
La noche del eclipse de luna bebías el cobrizo reflejo de la bruma en la marisma. Mil incendios palpitan en la penumbra. Penitencia oculta en una piel de lirio, albero y negro de silencio. Cabalgo al ritmo de mi temor, ruido seco de tambores, —el tiempo humilla con laureles—. En los pantanos suaves el barro cruje como las sienes sin luz de una muchacha.
es
Aridjis,Homero
<XXI
La_Desopresión_Graduada_Con_Que_Descansa_Su_Peso
la desopresión graduada con que descansa su peso al fondo de la tina su progresivo retirarse sin retirarse como en un juego seriamente llevado su conciencia de una momentaneidad doble que busca unirse y se separa a medida que se cumple su amor que sube con esfuerzo y baja con facilidad virando entre subir y bajar como una piedra arrojada al aire el deseo que sostiene su movimiento como un punto de apoyo su pesantez de objeto que cae después de haberse alzado alto su ser obediente al mandato de un cerebro obstinado en compartir imágenes la Plap imaginaria como un sueño sobre la Plap real que sometida sometiéndose da curso a sí misma pero sobre la cual reina e impide la imaginaria su brazo que ocupa el tiempo la atención la cópula como una construcción temporal sobre la que se pone instante tras instante y amontonándose rápidamente es invisible los intervalos donde ella no es ella del todo más que una apariencia abierta que borra y reúne las demás ellas los raros momentos en que se muestra monocorde entre lo que quiere y su acto como un ademán que lleva en la curva en que se dobla todo el calor y el sonido peculiares de su cuerpo en una interioridad externada
es
Pombo,Rafael
<XXI
La_Extranjera
En vano, melancólica extranjera. Buscas aquí tus flores y tu sol; Luz de otro sol y flores de otra tierra No tienen fuego, aroma ni color. Te preguntan, ¿qué tienes? no respondes; Pero bajas tristísima la sien. Niña y proscrita, nadie te conoce Nadie te viene a acariciar tal vez. Infeliz ¡ni un suspiro! ¡ni una lágrima! ¡Cuánto dice en silencio tu dolor! —Acaso entre las sombras de tu patria Una querida sontbra resbaló. Y cuando vaga un nombre por loe labios, Y llena del ausente el alma está, ¿Qué valen las caricias de un extraño Que viene nuestro culto a profanar? Sonríes, y es acerba tu sonrisa; Hablas, y es triste el timbre de tu voz; Y si alzas la mirada, tus pupilas Brillan como dos astros de dolor. ¡Flor de otro clima! ¡virgen de otras aras! Di ¿no pudiera consolarte yo? ¿Te falta amor?—¿Mi corazón no basta? ¿Patria?—Patria te da mi corazón.
es
Quevedo,Francisco
<XXI
Hastío_De_Un_Casado_Al_Tercero_Día
Antiyer nos casamos, hoy querría Doña Pérez, saber ciertas verdades: Decidme ¿cuánto número de edades Enfunda el Matrimonio en sólo un día? Un antiyer soltero ser solía, Y hoy casado, un sinfín de Navidades Han puesto dos marchitas voluntades Y más de mil antaños en la mía. Esto de ser marido un año arreo, Aun a los azacanes empalaga, Todo lo cotidiano es mucho y feo. Mujer que dura un mes se vuelve plaga, Aun con los diablos fue dichoso Orfeo, Pues perdió la mujer que tuvo en paga. Un antiyer soltero ser solía, Y hoy casado, un sinfín de Navidades Han puesto dos marchitas voluntades Y más de mil antaños en la mía. Esto de ser marido un año arreo, Aun a los azacanes empalaga, Todo lo cotidiano es mucho y feo. Mujer que dura un mes se vuelve plaga, Aun con los diablos fue dichoso Orfeo, Pues perdió la mujer que tuvo en paga. Esto de ser marido un año arreo, Aun a los azacanes empalaga, Todo lo cotidiano es mucho y feo. Mujer que dura un mes se vuelve plaga, Aun con los diablos fue dichoso Orfeo, Pues perdió la mujer que tuvo en paga. Mujer que dura un mes se vuelve plaga, Aun con los diablos fue dichoso Orfeo, Pues perdió la mujer que tuvo en paga.
es
Machado,Antonio
<XXI
¡Tenue_Rumor_De_Túnicas_Que_Pasan
¡Tenue rumor de túnicas que pasan sobre la infértil tierra!... ¡Y lágrimas sonoras de las campanas viejas! Las ascuas mortecinas del horizonte humean... Blancos fantasmas lares van encendiendo estrellas. —Abre el balcón. La hora de una ilusión se acerca... La tarde se ha dormido y las campanas sueñan.
es
Nervo,Amado
<XXI
Tú_Que_Piensas_Que_No_Creo
Tú que piensas que no creo cuando argüimos los dos, no imaginas mi deseo, mi sed, mi hambre de Dios; ni has escuchado mi grito desesperante, que puebla la entraña de la tiniebla invocando al Infinito; ni ves a mi pensamiento, que empañado en producir ideal, suele sufrir torturas de alumbramiento. Si mi espíritu infecundo tu fertilidad tuviese, forjado ya un cielo hubiese para completar su mundo. Pero di, ¿qué esfuerzo cabe en un alma sin bandera que lleva por dondequiera tu torturador ¿quién sabe?; que vive ayuna de fe y, con tenaz heroísmo, va pidiendo a cada abismo y a cada noche un ¿por qué? De todas suertes, me escuda mi sed de investigación, mi ansia de Dios, honda y muda; y hay más amor en mi duda que en tu tibia afirmación. ni has escuchado mi grito desesperante, que puebla la entraña de la tiniebla invocando al Infinito; ni ves a mi pensamiento, que empañado en producir ideal, suele sufrir torturas de alumbramiento. Si mi espíritu infecundo tu fertilidad tuviese, forjado ya un cielo hubiese para completar su mundo. Pero di, ¿qué esfuerzo cabe en un alma sin bandera que lleva por dondequiera tu torturador ¿quién sabe?; que vive ayuna de fe y, con tenaz heroísmo, va pidiendo a cada abismo y a cada noche un ¿por qué? De todas suertes, me escuda mi sed de investigación, mi ansia de Dios, honda y muda; y hay más amor en mi duda que en tu tibia afirmación. ni ves a mi pensamiento, que empañado en producir ideal, suele sufrir torturas de alumbramiento. Si mi espíritu infecundo tu fertilidad tuviese, forjado ya un cielo hubiese para completar su mundo. Pero di, ¿qué esfuerzo cabe en un alma sin bandera que lleva por dondequiera tu torturador ¿quién sabe?; que vive ayuna de fe y, con tenaz heroísmo, va pidiendo a cada abismo y a cada noche un ¿por qué? De todas suertes, me escuda mi sed de investigación, mi ansia de Dios, honda y muda; y hay más amor en mi duda que en tu tibia afirmación. Si mi espíritu infecundo tu fertilidad tuviese, forjado ya un cielo hubiese para completar su mundo. Pero di, ¿qué esfuerzo cabe en un alma sin bandera que lleva por dondequiera tu torturador ¿quién sabe?; que vive ayuna de fe y, con tenaz heroísmo, va pidiendo a cada abismo y a cada noche un ¿por qué? De todas suertes, me escuda mi sed de investigación, mi ansia de Dios, honda y muda; y hay más amor en mi duda que en tu tibia afirmación. Pero di, ¿qué esfuerzo cabe en un alma sin bandera que lleva por dondequiera tu torturador ¿quién sabe?; que vive ayuna de fe y, con tenaz heroísmo, va pidiendo a cada abismo y a cada noche un ¿por qué? De todas suertes, me escuda mi sed de investigación, mi ansia de Dios, honda y muda; y hay más amor en mi duda que en tu tibia afirmación. que vive ayuna de fe y, con tenaz heroísmo, va pidiendo a cada abismo y a cada noche un ¿por qué? De todas suertes, me escuda mi sed de investigación, mi ansia de Dios, honda y muda; y hay más amor en mi duda que en tu tibia afirmación. De todas suertes, me escuda mi sed de investigación, mi ansia de Dios, honda y muda; y hay más amor en mi duda que en tu tibia afirmación.
es
González,Ángel
<XXI
Sonata_Para_Violín_Solo_(Juan_Sebastián_Bach)
Como la mano pura que graba en las paredes mensajes obsesivos de amor, sueños cifrados, así la trayectoria cruel de este cuchillo me está marcando el alma. Mas su caligrafía no es oscura ni inocente: bien claro deletrea la obscenidad del tiempo, sus siniestros designios. ¡Qué desgracia! Ahora, cuando salga a la calle, cualquiera podrá ver en mi rostro —lo mismo que en las piedras profanadas de un viejo templo en ruinas— los nombres, los deseos, las fechas que componen —abandonado todo a la intemperie— el confuso perfil de un sueño roto, el símbolo roído de una yerta esperanza.
es
López_Velarde,Ramón
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Tus_Hombros_Son_Como_Un_Ara
¿Qué elocuencia, desvalida y casta, hay en tu persona que en un perenne desastre a las lágrimas convida? La frente, Amor, hoy levanto hasta tu busto en otoño que es un vaso de suspiros y una invitación al llanto. Tus hombros son como una ara en que la rosa contrita de un pésame sin sollozos húmeda se deshojara. Cuando conmigo estás sola ¿qué lágrimas ideales te dan un súbito manto con una súbita aureola? Te vas entrando al umbrío corazón, y en él imperas en una corte luctuosa con doliente señorío. Tus hombros son buenos para un llanto copioso y mudo... Amor, suave Amor, Amor, tus hombros son como una ara. La frente, Amor, hoy levanto hasta tu busto en otoño que es un vaso de suspiros y una invitación al llanto. Tus hombros son como una ara en que la rosa contrita de un pésame sin sollozos húmeda se deshojara. Cuando conmigo estás sola ¿qué lágrimas ideales te dan un súbito manto con una súbita aureola? Te vas entrando al umbrío corazón, y en él imperas en una corte luctuosa con doliente señorío. Tus hombros son buenos para un llanto copioso y mudo... Amor, suave Amor, Amor, tus hombros son como una ara. Tus hombros son como una ara en que la rosa contrita de un pésame sin sollozos húmeda se deshojara. Cuando conmigo estás sola ¿qué lágrimas ideales te dan un súbito manto con una súbita aureola? Te vas entrando al umbrío corazón, y en él imperas en una corte luctuosa con doliente señorío. Tus hombros son buenos para un llanto copioso y mudo... Amor, suave Amor, Amor, tus hombros son como una ara. Cuando conmigo estás sola ¿qué lágrimas ideales te dan un súbito manto con una súbita aureola? Te vas entrando al umbrío corazón, y en él imperas en una corte luctuosa con doliente señorío. Tus hombros son buenos para un llanto copioso y mudo... Amor, suave Amor, Amor, tus hombros son como una ara. Te vas entrando al umbrío corazón, y en él imperas en una corte luctuosa con doliente señorío. Tus hombros son buenos para un llanto copioso y mudo... Amor, suave Amor, Amor, tus hombros son como una ara. Tus hombros son buenos para un llanto copioso y mudo... Amor, suave Amor, Amor, tus hombros son como una ara.
es
Riveros,Juan_Pablo
XXI
Hoy
Hoy te he visto, solo un instante al pasar por mi calle; silenciosa y apresurada, marcando en tus pasos uno a uno, instante a instante, esta sensación deliciosa, de verte nuevamente. Breves momentos de silencio, de recuerdos infinitos, robados al tiempo Que se oculta. A la memoria olvidada, a mi cuerpo vacilante. Vuelven a mi lentamente, los momentos ya vividos, las caricias ya jugadas. ¿te llamaré acaso? ¿vale la pena corazón, buscar en el recuerdo, las caricias hoy perdidas en los besos de otros labios? Te vas perdiendo entre la bruma, de la gente al medio día; yo, oculto a tu mirada, dejo ir en el silencio, esta oportunidad clara de poder quizás, sentirte nuevamente.
es