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Flórez,Julio
<XXI
Sentado_En_Una_Piedra_Del_Camino
Sentado en una piedra del camino, y como presa de pesar tremendo, una tarde cantaba un peregrino una canción que me quedó doliendo. Una canción que el alma me penetra como un escalofrío, una balada rebosante de hiel: triste es su letra, pero es mucho más triste su tonada. El sol iba a morir. Un rojo lampo de su luz, como un luengo hilo de seda, se enredaba en los árboles del campo y sangraba en la frente de Aeda. Llegueme al trovador desconocido, y emocionado preguntele: ¿en dónde aprendiste ese canto tan sentido que a mi clamor parece que responde? y él contestome con acento blando, con un acento musical: Os digo que lo aprendí no sé dónde ni cuándo porque, a decir verdad, nació conmigo. Ese canto en mi ruta es mi alegría: refresca mi fatiga y mi quebranto; cuando a hablar comencé... ya lo sabía, y desde entonces sin cesar lo canto. De mi orquesta interior él es un eco que hago sonar en la tardina calma, y que al salir por el oscuro hueco de mi boca glacial, me alivia el alma. Con él recorro el mundo paso a paso, y siempre en los parajes campesinos, me gusta, cuando el sol baja a su ocaso, cantarlo en la quietud de los caminos. ¿Quién eres?, pregunté. Y él dijo: —El viejo camarada mejor del Desengaño, nunca a los hombres de acercarme dejo, y aunque ellos no me ven... los acompaño. Yo soy el acicate, soy el grito que se escapa del labio moribundo, el ¡ay! que repercute en lo infinito, el verdadero emperador del mundo. Yo elevo los espíritus, yo arranco del humano fangal los corazones, y purifico en el incienso blanco que arde en mi pecho, todas las pasiones. Gloria soy de los mártires; sus nombres viven por mí; yo pongo los cilicios, yo atormento la carne de los hombres soy el padre de todos los suplicios. Yo doy alas al genio, fuerza al justo, esperanzas a todos los anhelos; por mí, solo por mí, subió el Augusto Redentor desde el Gólgota a los cielos. El rapsoda calló. Yo lo miraba. Entre una nube de melancolía; su corazón como bullente lava a través de su pecho se encendía. Su frente era muy blanca, su mejilla honda, muy honda, sus cabellos canos; de ébano y oro —excelsa maravilla columpiaba una cítara en sus manos. Como dos claros pozos de tranquilas aguas en cuencos de marmórea roca, se remansaba el llanto en sus pupilas sobre el rictus amargo de su boca. Aquel hombre... ¿quién era? ¿acaso un loco? —¿Te llamas?, pregunté, y el peregrino: —SOY EL DOLOR—, me dijo, y poco a poco se alejó en las revueltas del camino. Marchó de cara al moribundo día, hacia el lejano resplandor postrero, y a manera de sol que se moría, su planta iba sangrando en el sendero. Abrió la noche su portal; los astros comenzaron a hervir y un gran lucero lloró su luz sobre los tibios rastros del muerto sol y del senil viajero. Pronto la luna apareció, serena, sobre un picacho de la curva andina, y una lechuza desgranó su pena desde el roto esqueleto de una encina. ¡Allí quedeme estático y suspenso, sin saber de mí nada; al otro día pensé en el peregrino, y en él pienso a través de los años todavía!
es
López_González,Soledad
XXI
No_Hay_Manera_De_Escapar_De_Esto
No hay manera de escapar de esto. Nos quedamos en casa aquel domingo huyendo del sistema. Se coló por la rendija del buzón vestido de recibo, Engalanado de facturas varias. El perro, sin pensar, dio al mando de la tele y vimos las noticias. Apagamos corriendo pero culebrearon por la red, Como sardinas brillantes y delgadas. Así que decidimos no evadirnos Y enfrentar al sistema cara a cara, Combatiéndolo a risa partida. De todas formas, mañana bien temprano Se llamará Despertador.
es
Cetina,Gutierre_de
<XXI
Tan_Puesto_Tengo_En_Vos_El_Pensamiento
Tan puesto tengo en vos el pensamiento que ya ni pienso en mí, ni pensar quiero; si tengo bien, por vos pasa primero; de vos viene si tengo algún tormento. Hace mi voluntad su fundamento en la vuestra, y recíbela por fuero; en mi propio querer soy el postrero, sólo lo que queréis quiero y consiento. Si alegre os veo a vos, luego me alegro; si tristeza tenéis, luego estoy triste; si os volvéis alegrar, vuelvo alegrarme. Lo negro es blanco y lo blanco es negro como queréis: luego al alma viste el efecto que vos queréis mostrarme.
es
Borges,Jorge_Luis
<XXI
Sueño_Con_Un_Antiguo_Rey._De_Hierro
Sueño con un antiguo rey. De hierro es la corona y muerta la mirada. Ya no hay caras así. La firme espada lo acatará, leal como su perro. No sé si es de Nortumbria o de Noruega. Sé que es del Norte. La cerrada y roja barba le cubre el pecho. No me arroja una mirada su mirada ciega. ¿De qué apagado espejo, de qué nave de los mares que fueron su aventura, habrá surgido el hombre gris y grave que me impone su antaño y su amargura? Sé que me sueña y que me juzga, erguido. El día entra en la noche. No se ha ido.
es
Darío,Rubén
<XXI
Al_Oír_Sus_Razones
Al oír sus razones fueron para aquel necio mis palabras, sangrientos bofetones; mis ojos, puñaladas de desprecio.
es
Cadalso,José
<XXI
No_Basta_Que_En_Su_Cueva_Se_Encadene
No basta que en su cueva se encadene el uno y otro proceloso viento, ni que Neptuno mande a su elemento con el tridente azul que se serene; ni que Amaltea el fértil campo llene de fruta y flor, ni que con nuevo aliento al eco den las aves dulce acento, ni que el arroyo desatado suene. En vano anuncias, verde primavera, tu vuelta de los hombres deseada, triunfante del invierno triste y frío. Muerta Filis, el orbe nada espera, sino niebla espantosa, noche helada, sombras y susto como el pecho mío. ni que Amaltea el fértil campo llene de fruta y flor, ni que con nuevo aliento al eco den las aves dulce acento, ni que el arroyo desatado suene. En vano anuncias, verde primavera, tu vuelta de los hombres deseada, triunfante del invierno triste y frío. Muerta Filis, el orbe nada espera, sino niebla espantosa, noche helada, sombras y susto como el pecho mío. En vano anuncias, verde primavera, tu vuelta de los hombres deseada, triunfante del invierno triste y frío. Muerta Filis, el orbe nada espera, sino niebla espantosa, noche helada, sombras y susto como el pecho mío. Muerta Filis, el orbe nada espera, sino niebla espantosa, noche helada, sombras y susto como el pecho mío.
es
Minore,Gito
XXI
Cada_Vez_Que_Te_Acercas
Aquí, como un turista o un escolar buscando en el idioma la expresión correcta para desnudar sin temores mis sentimientos más profundos. Enredado en una telaraña de palabras pegajosas debatiendo como un aficionado, conjugando verbos, tachando, inmerso en el universo abstracto de la letra, pudiendo en cambio arrojarte a la cama y en una vorágine de caricias y besos convencerte sin preámbulos, de que se trata este retumbar violento que salta en mi pecho cada vez que te acercas.
es
Cabral,Manuel_del
<XXI
Propósito_Del_Aire
Pesa de transparente tu mano sin historia. Los niños no perdonan que les robes la infancia. Tu mirada trabaja sin sueldo como el cielo y abre todas las puertas que no construye el hombre. No. No me quedo tranquilo, no puedo, en cada movimento eres un fruto, cuando yo no te miro, te construyo, déjame que te saque mariposas del cuerpo tal como el campanero que de súbito pone loca de golondrinas a la mañana. Déjame... Déjame que me vista de tiempo para verte.
es
Gelman,Juan
<XXI
La_Puerta
abrí la puerta/amor mío levantá/abrí la puerta tengo el alma pegada al paladar temblando de terror el jabalí del monte me pisoteó el asno salvaje me persiguió en esta media noche del exilio soy yo mismo una bestia
es
Borges,Jorge_Luis
<XXI
Lunas,_Marfiles,_Instrumentos,_Rosas
Lunas, marfiles, instrumentos, rosas, lámparas y la línea de Durero, las nueve cifras y el cambiante cero, debo fingir que existen esas cosas. Debo fingir que en el pasado fueron Persépolis y Roma y que una arena sutil midió la suerte de la almena que los siglos de hierro deshicieron. Debo fingir las armas y la pira de la epopeya y los pesados mares que roen de la tierra los pilares. Debo fingir que hay otros. Es mentira. Sólo tú eres. Tú, mi desventura y mi ventura, inagotable y pura. Debo fingir que en el pasado fueron Persépolis y Roma y que una arena sutil midió la suerte de la almena que los siglos de hierro deshicieron. Debo fingir las armas y la pira de la epopeya y los pesados mares que roen de la tierra los pilares. Debo fingir que hay otros. Es mentira. Sólo tú eres. Tú, mi desventura y mi ventura, inagotable y pura. Debo fingir las armas y la pira de la epopeya y los pesados mares que roen de la tierra los pilares. Debo fingir que hay otros. Es mentira. Sólo tú eres. Tú, mi desventura y mi ventura, inagotable y pura. Debo fingir que hay otros. Es mentira. Sólo tú eres. Tú, mi desventura y mi ventura, inagotable y pura.
es
Durán_León,Juan_José
XXI
Sublevación
Apagados los extractos De mi sátiro intento, Escuché el canturreo De mis gruesos labios, Que alinearon ecos Con los caracoles de mar; Juntos ya, al unísono Increpaban mis ideas Al decir: ¡Calla!
es
Aleixandre,Vicente
<XXI
Las_Ocho._Se_Querrían
Las ocho. Se querrían nuevos tañidos claros a poniente. ¡Sonad, campanas, sin desmayo! Y la noche—poder, virtud, tesón, estrago— hace memoria el día exangüe, sin trabajo lo descuaja redondo del aire y, cancelándolo, en molde de pretérito lo hace caer metálico. ¿Historia? ¿Vida? Lento fluir—reloj —cerrado. Continuo, frío, azul, parado, crece el ámbito.
es
Díaz_Cuadrado,Tomás
XXI
Quisiera_Ser_Enterrado
Quisiera ser enterrado en las aguas del Cúa; pero antes, con vuestro permiso, quisiera seguir viviendo las tardes de verano y cigarros en su orilla, tirados buscando la sombra. Llevad cervezas y conversación, o guardad silencio, tumbados en la siesta, todos sobre la toalla de Marta. Traed también las arrugas; con ellas miraremos el río, y lo llenaremos de momentos usados y lágrimas viejas. Después vaciaremos la arena en nuestras iglesias y, tras la mesa de cristal, beberemos hasta caer en la belleza de aquel tiempo y de nosotros, sabiendo en la despedida por qué abrazamos nuestros abrazos. Llevad cervezas y conversación, o guardad silencio, tumbados en la siesta, todos sobre la toalla de Marta. Traed también las arrugas; con ellas miraremos el río, y lo llenaremos de momentos usados y lágrimas viejas. Después vaciaremos la arena en nuestras iglesias y, tras la mesa de cristal, beberemos hasta caer en la belleza de aquel tiempo y de nosotros, sabiendo en la despedida por qué abrazamos nuestros abrazos. Traed también las arrugas; con ellas miraremos el río, y lo llenaremos de momentos usados y lágrimas viejas. Después vaciaremos la arena en nuestras iglesias y, tras la mesa de cristal, beberemos hasta caer en la belleza de aquel tiempo y de nosotros, sabiendo en la despedida por qué abrazamos nuestros abrazos. Después vaciaremos la arena en nuestras iglesias y, tras la mesa de cristal, beberemos hasta caer en la belleza de aquel tiempo y de nosotros, sabiendo en la despedida por qué abrazamos nuestros abrazos.
es
Guillén,Jorge
<XXI
Somos_Los_Hombres_Intranquilos
Somos los hombres intranquilos En sociedad. Ganamos, gozamos, volamos. ¡Qué malestar! El mañana asoma entre nubes De un cielo turbio Con alas de arcángeles-átomos Como un anuncio. Estamos siempre a la merced De una cruzada. Por nuestras venas corre sangre De catarata. Así vivimos sin saber Si el aire es nuestro. Quizá muramos en la calle, Quizá en el lecho. Somos entre tanto felices. Seven o'clock. Todo es bar y delicia oscura. ¡Televisión!
es
Huerta,Efraín
<XXI
La_"Bluebonnet"_Me_Preguntó:_¿Y_Andrea?
La bluebonnet me preguntó: ¿Y Andrea? Yo me quedé mirándola con amarga mirada. ¿Andrea? Oh flor, oh dulce flor de cielo y humedecida tierra, ¿por qué con tu pregunta, vino al mundo esta lágrima de perfecta nostalgia?
es
Arciniegas,Ismael_Enrique
<XXI
En_Marcha
Al porvenir con paso giganteo Avanza ¡oh Juventud! ¡Sonó la hora! Potente, de la sombra enervadora, El pensamiento se alza como Anteo. Los dioses ya se van, y erguirse veo La Ciencia en sus altares vencedora. ¡Ya irradia en las tinieblas luz de aurora! ¡Ya rompe sus cadenas Prometeo! La augusta voz de redención se escucha, Y la Razón alumbra el limbo oscuro En donde esclava la conciencia lucha. ¡Adelante! El combate ha comenzado: ¡Entonemos el himno del Futuro De pie sobre las ruinas del pasado!
es
Chocano,José_Santos
<XXI
Al_Par_Que_Crece_El_Sufrimiento_Mío
Al par que crece el sufrimiento mío crece el santo furor con que combato... Odio al mandón y del mandón me río: cuanto me estrechan más, menos me abato.. Aunque me oprima el lóbrego tirano ni corto mi ansia ni mi ensueño trunco... Se dobla el junco al peso de la mano y se yergue después: ¡soy como el junco! Es justo y noble que mi canto vibre hoy más que nunca, intrépido y ardiente... Es mansa el agua cuando corre libre: ¡póngale valias y se hará torrente! Como el león, tras de segura reja, me quejo con acento dolorido, pues, como el león, sé que mi queja tiembla con los temblores de un rugido... ¿Hasta cuándo la plebe no revienta y ahoga este baldón y este cinismo? ¡Es que sólo en las cumbres hay tormenta! ¿Pero no hay terremoto en el abismo? ¿Hasta cuándo este déspota altanero tendrá al Pueblo muriendo entre las ascuas?... Hoy se quiebran los huesos del cordero: ¿cuándo hará el Pueblo sus sangrientas Pascuas? ¿Hasta cuándo con bárbaro derroche no se lanza la Plebe a la anarquía? ¡Que se fecunde el vientre de la noche, para que de la noche nazca el díal ¡Cómo! ¿El Pueblo de ideas sacrosantas gime hoy al golpe de ominosas penas, inclina la cerviz, besa las plantas, soporta el yugo y lame las cadenas? Al ver en mis patrióticos furores tantos mandones, déspotas y bravos, me hago también señor de los señores y me río de todos mis esclavos...
es
Altuzar_Suárez,Mario_Luis
XXI
En_El_Canto_Del_Silencio
En el canto del silencio Se conduce el Espíritu Hacia la felicidad prometida Alcanzándose con el ímpetu De sustraerse del entorno Buscando, siempre buscando En los recovecos de la sangre Un recuerdo que se presiente ¡Tan lleno de Vida! Como en el Principio del Tiempo En que se creó todo el Universo A imagen y semejanza de nuestro cuerpo Cierto es que en el canto del silencio Se Manifiesta la Bondad del Eterno Al abrir mis ojos y descubrirme Muy adentro de la ternura que me acuna En ese regazo que como Manto Sagrado Protege al no nato sin escapulario Y bebe el Maná generoso de sus pechos Unificándose, entonces, los dos silencios Con el Canto del Creador de los Universos
es
Machado,Antonio
<XXI
Ya_Hay_Un_Español_Que_Quiere
Ya hay un español que quiere vivir y a vivir empieza, entre una España que muere y otra España que bosteza. Españolito que vienes al mundo, te guarde Dios. Una de las dos Españas ha de helarte el corazón.
es
Jiménez,Juan_Ramón
<XXI
Igual,_La_Flor_Retorna
Igual, la flor retorna a limitarnos el instante azul, a dar una hermandad gustosa a nuestro cuerpo, a decirnos, oliendo inmensamente, que lo breve nos basta. Lo breve al sol de oro, al aire de oro, a la tierra de oro, al áureo mar; lo breve contra el cielo de los dioses, lo breve enmedio del oscuro no, lo breve en suficiente dinamismo, conforme entre armonía y entre luz. Y se mece la flor, con el olor más rico de la carne, olor que se entra por el ser y llega al fin de su sinfín, y allí se pierde, haciéndonos jardín. La flor se mece viva fuera, dentro, con peso exacto a su placer. Y el pájaro la ama y la estasía, y la ama, redonda, la mujer, y la ama y la besa enmedio el hombre. ¡Florecer y vivir, instante de central chispa detenida, abierta en una forma tentadora; instante sin pasado, en que los cuatro puntos cardinales son de igual atracción dulce y profunda: instante del amor abierto como la flor! Amor y flor en perfección de forma, en mutuo sí frenético de olvido, en compensación loca, olor, sabor y olor, color, olor y tacto, olor, amor, olor. El viento rojo la convence y se la lleva, rapto delicioso, con un vivo caer que es un morir de dulzor, de ternura, de frescor; caer de flor en su total belleza, volar, pasar, morir de flor y amor en el día mayor de la hermosura, sin dar pena en su irse ardiente al mundo, ablandando la tierra sol y sombra, perdiéndose en los ojos azules de la luz!
es
Martínez,Daniel_Omar
XXI
La_Música_Estaba_Allí
La música estaba allí siempre allí con sus mil disfraces en el acordeón de un ciego en una esquina de Ámsterdam en el aire de una gaita gallega en la quena ebria de un carnaval de La Paz la vi bailando entre cabaquiñas y caipiras de alegres pescadores fatigados por el mar la vi preguntando por Dios en un órgano antiguo en la sagrada acústica de Notre Dame en el acordeón de un ciego en una esquina de Ámsterdam en el aire de una gaita gallega en la quena ebria de un carnaval de La Paz la vi bailando entre cabaquiñas y caipiras de alegres pescadores fatigados por el mar la vi preguntando por Dios en un órgano antiguo en la sagrada acústica de Notre Dame en el aire de una gaita gallega en la quena ebria de un carnaval de La Paz la vi bailando entre cabaquiñas y caipiras de alegres pescadores fatigados por el mar la vi preguntando por Dios en un órgano antiguo en la sagrada acústica de Notre Dame en la quena ebria de un carnaval de La Paz la vi bailando entre cabaquiñas y caipiras de alegres pescadores fatigados por el mar la vi preguntando por Dios en un órgano antiguo en la sagrada acústica de Notre Dame la vi bailando entre cabaquiñas y caipiras de alegres pescadores fatigados por el mar la vi preguntando por Dios en un órgano antiguo en la sagrada acústica de Notre Dame la vi preguntando por Dios en un órgano antiguo en la sagrada acústica de Notre Dame
es
Benítez_Reyes,Felipe
<XXI
Vencido_Queda_El_Arte_Del_Deseo
Vencido queda el arte del deseo en lugar de mi vida. Necesario es que ordena las monedas para la eternidad, ya que tan sólo me queda contemplar cuanto se extingue para bien de las literaturas, de su hojarasca errante. Y es un don, sobre todas las cosas, no hallar miedo en aquella palabra que se dijo con cierta frialdad, de igual manera que en las losas que miro los nombres permanecen por mano del oficio, lo que es sólo noticia de una escasa devoción, pero no falso en arte. A ser morir, morir por esos ojos en este escrito al menos. La tristeza de no conmemorar cuanto he perdido, como destino dudosamente expreso en las estrellas de esta noche indistinta, dispone ya su herencia, su tributo, ante mí. Si algo con luz se da, lleve al conocimiento del esplendor y de una farsa antigua: se hace tarde la vida, y es un azogue en blanco, y muy lento es vivir, y es la tiniebla. Caído sobre el trono de la muerte, discurso hace el temblor de cuanto amaba.
es
García_Lorca,Federico
<XXI
Me_He_Perdido_Muchas_Veces_Por_El_Mar
Me he perdido muchas veces por el mar con el oído lleno de flores recién cortadas. Con la lengua llena de amor y de agonía muchas veces me he perdido por el mar, como me pierdo en el corazón de algunos niños. No hay nadie que al dar un beso no sienta la sonrisa de la gente sin rostro, ni nadie que al tocar un recién nacido olvide las inmóviles calaveras de caballo. Porque las rosas buscan en la frente un duro paisaje de hueso y las manos del hombre no tienen más sentido que imitar a las raíces bajo tierra. Como me pierdo en el corazón de algunos niños, me he perdido muchas veces por el mar. Ignorante del agua, voy buscando una muerte de luz que me consuma. No hay nadie que al dar un beso no sienta la sonrisa de la gente sin rostro, ni nadie que al tocar un recién nacido olvide las inmóviles calaveras de caballo. Porque las rosas buscan en la frente un duro paisaje de hueso y las manos del hombre no tienen más sentido que imitar a las raíces bajo tierra. Como me pierdo en el corazón de algunos niños, me he perdido muchas veces por el mar. Ignorante del agua, voy buscando una muerte de luz que me consuma. Porque las rosas buscan en la frente un duro paisaje de hueso y las manos del hombre no tienen más sentido que imitar a las raíces bajo tierra. Como me pierdo en el corazón de algunos niños, me he perdido muchas veces por el mar. Ignorante del agua, voy buscando una muerte de luz que me consuma. Como me pierdo en el corazón de algunos niños, me he perdido muchas veces por el mar. Ignorante del agua, voy buscando una muerte de luz que me consuma.
es
Villacañas,Beatriz
XXI
Trayectoria
En principio fue el grito, aunque el llanto se oyera adelantado. Grito, hecho emblema por siempre del contacto más virgen del aire en nuestra carne.
es
Teresa_de_Jesús,Santa
<XXI
¡Oh!,_Dichosa_Tal_Zagala
¡Oh!, dichosa tal zagala que hoy se ha dado a un tal Zagal que reina y ha de reinar. Venturosa fue su suerte pues mereció tal Esposo: ya yo, Gil, estoy medroso, no la osaré más mirar, pues ha tomado marido que reina y ha de reinar. Pregúntale qué le ha dado para que lleve a su aldea. El corazón le ha entregado muy de buena voluntad. Mi fe, poco le ha pagado que es muy hermoso el Zagal, que reina y ha de reinar. Si más tuviera más diera. ¿Por qué le avisas, carillo? Tomemos el cobanillo, sírvanos, deja sacar, pues ha tomado marido, que reina y ha de reinar. Pues vemos lo que dio ella, ¿qué le ha de dar el Zagal? Con su sangre la ha comprado. ¡Oh qué precioso caudal, y dichosa tal zagala, que contentó a este Zagal! Mucho le debía de amar, pues le dio tan gran tesoro. ¿No ves que se lo da todo, hasta el vestir y calzar? Mira que es ya su marido, que reina y ha de reinar. Bien será que la tomemos, para este nuestro rebaño, y que la regocijemos para ganar su amistad, pues ha tomado marido, que reina y ha de reinar.
es
Flórez,Julio
<XXI
¡Ah,_Sus_Manos!..._¡Sus_Manos_Transparentes
¡Ah, sus manos!... ¡Sus manos transparentes, hechas como de tibia porcelana, lotos vivos que, a tarde y a mañana, rociaba con mis lágrimas ardientes! ¡Manos alabastrinas, indolentes a fuerza de ser gráciles; de arcana modelación que al Hacedor ufana, porque otras no hizo iguales!... ¡Manos de virgen pudorosa, manos cuyos dóciles dedos como seda, filtraban luz de pensamientos sanos! ¡Ya mi mano a sus manos no se enreda! ¡Lirios que consumieron los gusanos y deshojó la Muerte... Nada queda!
es
García_Vargas,Antonio
XXI
Cayó_Herido_
Cayó herido sin saber la causa el sentimiento
es
Lugones,Leopoldo
<XXI
Emoción_Primaveral
Dilatábase en campos sin vallas El ámbito azul de mi arrobo Que la copa del viejo algarrobo Mecía en su cesto de agallas. Ni un brote en los gajos, ni un vuelo. El rastrojo de sed padecía. Cuando vino del pálido cielo Un soplo de ingenua alegría. Sentí apenas aquel alborozo, Más vago que pronto en pasar. Y al chirriar la roldana en el pozo, Rompió la pintada a cloquear.
es
Guillén,Nicolás
<XXI
Trópico
Trópico, tu dura hoguera tuesta las nubes altas y el cielo profundo ceñido por el arco del Mediodía. Tú secas en la piel de los árboles la angustia del lagarto. Tú engrasas las ruedas de los vientos para asustar a las palmeras. Tú atraviesas con una gran flecha roja el corazón de las selvas y la carne de los ríos. Te veo venir por los caminos ardorosos, Trópico, con tu cesta de mangos, tus cañas limosneras y tus caimitos, morados como el sexo de las negras. Te veo las manos rudas partir bárbaramente las sernillas y halar de ellas el árbol opulento, árbol recién nacido, pero apto pata echar a comer por entre los bosques clamorosos. Aquí, en medio del mar, retozando en las aguas con mis Antillas desnudas, yo te saludo, Trópico. Saludo deportivo, primaveral, que se me escapa del pulmón salado a través de estas islas escandalosas hijas tuyas. (Dice Jamaica que ella está contenta de ser negra, y Cuba ya sabe que es mulata!) ¡Ah, qué ansia la de aspirar el humo de tu incendio y sentir en dos pozos amargos las axilas! Las axilas, oh Trópico, con sus vellos torcidos y tetorcidos en tus llamas. Puños los que me das para rajar los cocos tal un pequeño dios colérico; ojos los que me das para alumbrar la sombra de mis tigres; oído el que me das para escuchar sobre la tiena las pezuñas lejanas. Te debo el cuerpo oscuro, las piernas ágiles y la cabeza crespa,. mi amor hacia las hembras elementales, y esta sangre imborrable. Te debo los días altos, en cuya tela azul están pegados soles redondos y risueños; te debo los labios húmedos, la cola del jaguar y Ia saliva de las culebras; te debo el charco donde beben las fieras sedientas; te debo, Trópico, este entusiasmo niño de correr en la pista de tu profundo cinturón lleno de rosas amarillas riendo sobre las montañas y las nubes, mienffas un cielo marltimo se destroza en interminables olas de estrellas a mis pies.
es
Ramírez_Silva,Alejandro
XXI
Poema_21
El más simple El más enamorado El más inspirado El más entregado El más suspirado El más soñado Aquel que encontró con letras la vida y trascendió con ellas... El tiempo y la muerte
es
Castellanos,Rosario
<XXI
Elegía
Cuerpo, criatura, sí, tú y yo nos conocimos. Tal vez corrí a tu encuentro como corre la nube cargada de relámpagos. Ay, esa luz tan breve, esa fulminación, ese vasto silencio que sigue a la catástrofe. Quienes ahora nos miran (piedras oscuras, trozos de materia ya usada) no sabrán que un instante nuestro nombre fue amor y que en la eternidad nos llamamos destino.
es
Pombo,Rafael
<XXI
La_Virgen_Enferma
¡Dios, nuestro Padre cariñoso y tierno! ¡Raudal inagotable, inmenso, eterno, De paz, de vida, de piedad, de amor! ¡Tú, el único refugio del que llora! ¡Tú, que jamás al labio que te implora Has negado el maná consolador! ¡Oye, buen Dios! la tímida querella Que por la virgen moribunda y bella La más pura amistad osa elevar, Y si no mi oración, las oraciones De tantos angustiados corazones Puedan a ti suavísimas llegar.
es
Bañuelos,Juan
<XXI
Viento_De_Diamantes
Lo mismo que Adán sumergido hasta la alondra del silencio, sucio de humana noche en que he caído, rompo todos los pronombres para tenderme en el día óseo de la plenitud. Acudo ebrio de musgo y tulipanes hasta las criptas de las piedras o de los ríos secos, donde muerden al silencio cárabos crepusculares y en donde un hombre solitario se hinca. Pisando soledad entro en el día, porque es dable a las criaturas ver su hora crecer para hallar luego algo de los mortales en un grano de arena. Mas también bajo las gradas seculares y diviso el humo de las chozas de los hombres, veo los caminos cotidianos, las nubes que anuncian el otoño y la mujer grávida de su fruto sentada en su hamaca viendo pasar las horas. Y me muevo con las hierbas, y con el menor movimiento del caballo, y siento que dentro de mí corro como ese río que estoy viendo que avanza. ¡Y miro alejarse la carreta del último cosechador! E igual que una palabra lanzada a la mitad del mar caigo en el seno del prodigio. y como el minero que se cubre con las manos la faz cuando de pronto, ciego, reencuentra la luz, así la dulzura levanta su toga y me envuelve temerosa. ¡Ay, el hombre soy y no lo había advertido! el amparado por los dioses tutelares de la iniquidad, el que frecuenta y ronda tanto rencor taimado del polvo con su cauda de crines blancas. ¡El hombre soy, mas no me basta! porque el sol tiene su trigo en llamas y el mar tiene los ojos tocados por la gracia. El hombre soy pero toda cosa nacida con la aurora, con ella muere, y toda criatura que engendra la noche con ella se aleja porque oscuro es su linaje. Todo pasa. Y como el agua y el sol, también todo queda. Un silencio que se sienta a esperar el primer ruido. Nuestra imagen que se pierde y se encuentra como el humo que no es más que el eco del fuego. No otra cosa que la espuma negra que va haciendo el arado sobre la tierra. Y lejos de la memoria del viento que dejaron las épocas, un olor de centeno y anís hace volver los pájaros. Y porque el horizonte no es más que una hoja larga de perfil, dejo que mudas tribus de peces muerdan los guijarros, dejo que brille el hocico del jabalí en la noche y que bajo el zumbido de las abejas los bueyes trillen las mies. ¡Ay, reivindicación bañada en el ojo inocente! ¡Oh, exultación del mar sostenida en el resplandor! ¿De qué remoto sueño hemos caído? ¿Por qué somos una rueda que grita enloquecida? ¡Ah! Triste es nuestro paso, en verdad. ¡No más que olas somos! Nos levantamos brevemente... para seguir siendo mar.
es
Cisneros_Flores,Marcela
XXI
Manchas
¿Has visto mi amor, un papel en blanco? ¿Has visto un prado sin flores? ¿Qué será?, ¿qué será mi amor? ¡Un simple papel en blanco! ¡Un simple desierto sin vida! Así, así mi gran amor ¡¡soy yo sin ti!! o a lo mejor, pregunto, estará manchado con la ignorancia... estará manchado con los colores de mi amargura... estará manchado con mi profunda desesperanza... o a lo mejor estará manchado con... ¡¡¡la sangre de la violencia!!!...
es
Loynaz,Dulce_María
<XXI
Dulzura_De_Sentirse_Cada_Vez_Más_Lejano
Dulzura de sentirse cada vez más lejano. Más lejano y más vago... Sin saber si es porque las cosas se van yendo o es uno el que se va. Dulzura del olvido como un rocío leve cayendo en la tiniebla... Dulzura de sentirse limpio de toda cosa. Dulzura de elevarse y ser como la estrella inaccesible y alta, alumbrando en silencio... En silencio, ¡Dios mío!...
es
Aguirre,Mirta
<XXI
Caballito_Sin_Crines
Caballito sin crines, caballito de mar, dime si los delfines pueden llorar. Dime si donde habitas, habita el colibrí; dime si hay sirenitas de ajonjolí. Dime si dan granadas los huertos de coral; dime si donde nadas dulce es la sal. Caballito juguete, caballito arlequín, ¿por qué vas sin jinete, soliandarín?
es
Bernárdez,Mariana
XXI
Le_Enfilaron_Los_Whiskies
Le enfilaron los whiskies en ronda de cuatro a la quinta murmuró un nombre que sabían era el tuyo por los verdes de su cielo y la sequía del monte Se aferraba a las fichas de agujeros negros De vez en cuando por si acaso alzaba la vista Cuando te ataron los pies para que no bailaras recordó tu cuerpo tu hablar de manos y tu boca gritándole "lo quiero todo" y la paciencia del hombre de cuarenta años te dijo que en esta vida no se puede tenerlo todo Recordaste sus silencios su mirada de tequila y el zumbido de la noche cuando te ibas y ni siquiera te había tocado Recordó —hasta hundirse en lo más blanco del negro— tu rostro reclamándole desde el marco desvencijado ¿de la puerta o de la ventana? y no supo si ese nombre que lo ahogaba era invento insomnio o claridad El whisky lo embotaba una y otra vez Desde el mostrador el cantinero ¿Juan? ¿Pedro? meneaba la cabeza para murmurarle que el rojo o el amarillo no importaban el dolor se lo había hecho grande como cráter sin hollín y ese nombre que lo mordía esperaba otra ronda en un sitio al que le daba miedo entrar.
es
Aguirre,Mirta
<XXI
Indio,_Noble_Indio,_Médula_De_Mi_América
Indio, noble indio, médula de mi América, que hoy eres con el negro nuestra sola esperanza. Indio humilde de Alaska, de Ecuador o de Chile, ¡ya es hora de que yergas la espalda sudorosa! Yo sabía de la herida gangrenada del negro, pero sólo de lejos lamenté tu amargura, fue preciso que viera tus ojos y tu cara, tus hombros y tus brazos para saberte, indio. Y vi que nuestra América no es lo que se cree, la de grandes burgueses, rascacielos y aviones, sino una tierra humilde y silenciosa, dolorida y opresa como tu raza, indio. Y vi que en ella pronto se oirá sonar la hora ¡la hora tuya, indio! ¡la de tu hermano el negro! La hora de la siega y el martilleo terrible, ¡la que vendrá a ponerte justicia entre los brazos! Indio, noble indio, médula de mi América, para entonces no puedes estar ya de rodillas. Acuérdate que eres, junto a tu hermano el negro, para esta hora suprema nuestra única esperanza.
es
Vicente,Gil
<XXI
Dicen_Que_Me_Case_Yo:
Dicen que me case yo: no quiero marido, no. Más quiero vivir segura n'esta sierra a mi soltura, que no estar en ventura si casaré bien o no. Dicen que me case yo: no quiero marido, no. Madre, no seré casada por no ver vida cansada, o quizá mal empleada la gracia que Dios me dio. Dicen que me case yo: no quiero marido, no. No será ni es nacido tal para ser mi marido; y pues que tengo sabido que la flor ya me la só, dicen que me case yo: no quiero marido, no. Más quiero vivir segura n'esta sierra a mi soltura, que no estar en ventura si casaré bien o no. Dicen que me case yo: no quiero marido, no. Madre, no seré casada por no ver vida cansada, o quizá mal empleada la gracia que Dios me dio. Dicen que me case yo: no quiero marido, no. No será ni es nacido tal para ser mi marido; y pues que tengo sabido que la flor ya me la só, dicen que me case yo: no quiero marido, no. Madre, no seré casada por no ver vida cansada, o quizá mal empleada la gracia que Dios me dio. Dicen que me case yo: no quiero marido, no. No será ni es nacido tal para ser mi marido; y pues que tengo sabido que la flor ya me la só, dicen que me case yo: no quiero marido, no. No será ni es nacido tal para ser mi marido; y pues que tengo sabido que la flor ya me la só, dicen que me case yo: no quiero marido, no.
es
Cadenas,Rafael
<XXI
Tristes_Anales_Horadan_Las_Costas
Tristes anales horadan las costas. Días torturados en medio de una ebriedad. Encantamiento que cubre una zozobra. Me prolongo por veredas sangrantes como dilatado resto de legión. Tristes anales horadan las costas. Me entrego a estas arenas donde el brillo rescata. Aquí soy. Sin pensar. Dones. Lentos navíos sobre las aguas bruñidas. Senderos que se esconden en el verdor. Bungalows, y el acuerdo en la noche que nos transporta Verdes ilesos. ¿Sobrevive aquí el hondo designio? En esta playa no me pregunto quién soy ni dudo ni ando a tientas. Claras potestades imperan aquí, ahuyentan ráfagas de aniquilación aúnan, lo roto. Inician. Rostros sumergidos reaparecen en la oscuridad del cuarto. Derrame de ayeres, dádiva inasible, náufragos. Sin ellos me desprendo de mí. Lentitud sagrada. Hemos dejado pasar los días desde un vasto olvido. Nos anegó la indolencia. Entregamos las armas. El sitio duró poco. Desheredados, el lugar se adueñó de nuestra historia. La volvió espera. La claridad rodea nuestro letargo. Una calma nos encuentra. Las mareas tocan a nuestra puerta para despertarnos. Juntos somos anteriores a nosotros. Para que nuestros ojos sean claros hay exilios. ¡Cuánto hemos andado! Nuestros sentidos se enriquecieron con extrañas donaciones. Allí la tierra nos permitía ser. Nuestra memoria, antes adueñada, dejó de escoltarnos. Contemplo el desatado verde, la danza del mar frente a nuestra casa, la lluvia que lleva la miseria de la ciudad por pasadizos vegetales. Se aproxima la noche en Point Cumana; aún permanece cierta luz, zumo de ocaso. Lejos resuenan barriles metálicos. Se oye un calipso en el follaje rey. No pienso. Se olvida aquí. Es magnífico.
es
Morales,Rafael
<XXI
Corre_Feliz_El_Choto_Por_El_Prado
Corre feliz el choto por el prado, ajeno aún al dolor y a la tristeza, sintiendo ya que brota en su cabeza el cuerno temeroso y afilado. Siente su corazón todo inundado de un ansia nueva que a crecer empieza y siente concentrarse su fiereza en el joven testuz ensortijado. No sabe cómo fue, cómo ha surgido este imprevisto afán, este ardimiento, y lanza loco un cálido mugido. Siente un febril impulso, un gran contento, mira y contempla todo sorprendido y da el primer embite para el viento.
es
Barrero,Hilario
XXI
Única_Criatura,_La_Claridad
Única criatura, la claridad extiende sus raíces en la línea horizonte de la calle vacía, bautizando al color por su apellido: azules infantiles, verdes lluviosos, ocres enamorados, húmedos blancos que son frontera con la sábana tibia, el olor a café, la primera caricia, y el roce de la muerte que, temprana, teje precipitada la túnica del barro. Dando razón de luz al carbón de la sombra, el sol va señalando a la fachada su destino de noche aún distante. Dormidas las persianas, amarillo despierto de septiembre, un visillo entretiene su frágil esqueleto en el lento columpio de la brisa, mientras Mrs. McLaughlin siente un escalofrío, protegida por Gato (y una buena ginebra) y comienza a leer la última edición del New York Times, cuando tan sólo son las siete menos cuarto, en la recién creada mañana del domingo.
es
Acuña,Hernando_de
<XXI
Estas_Palabras_De_Su_Silvia_Cruda
Estas palabras de su Silvia cruda puso Silvano en esta haya umbrosa: «Silvia, do vemos de cruel y hermosa tales extremos que el mayor se duda, conociendo mi mal y que su ayuda es sola en mi remedio poderosa, mírame y de cruel en piadosa muestra querer mudarse, y no se muda. Con tales muestras me sostiene en vida, hasta que muerte o más dichoso hado me aparten del Tesín y su ribera. Y si esto puede una piedad fingida, considera, pastor enamorado, lo que podría hacer la verdadera».
es
Bécquer,Gustavo_Adolfo
<XXI
Rima_Lv
Entre el discorde estruendo de la orgía acarició mi oído, como nota de música lejana, el eco de un suspiro. El eco de un suspiro que conozco, formado de un aliento que he bebido, perfume de una flor que oculta crece en un claustro sombrío. Mi adorada de un día, cariñosa, —¿En qué piensas?— me dijo. —En nada... —En nada, ¿y lloras? —Es que tengo alegre la tristeza y triste el vino. El eco de un suspiro que conozco, formado de un aliento que he bebido, perfume de una flor que oculta crece en un claustro sombrío. Mi adorada de un día, cariñosa, —¿En qué piensas?— me dijo. —En nada... —En nada, ¿y lloras? —Es que tengo alegre la tristeza y triste el vino. Mi adorada de un día, cariñosa, —¿En qué piensas?— me dijo. —En nada... —En nada, ¿y lloras? —Es que tengo alegre la tristeza y triste el vino.
es
Camões,Luís_de
<XXI
Soneto_Xx
Se transforma el amante en la cosa amada, Por virtud del tanto imaginar; Luego no tengo más que desear, Pues en mí tengo la parte deseada. Si en ella está mi alma transformada, ¿Qué más desea el cuerpo alcanzar? En sí solamente puede descansar, Pues consigo tal alma está ligada. Mas esta linda y pura semi-idea, Que, como un accidente en su sujeto, Así con el alma mía se conforma, Está en el pensamiento como idea; Y el vivo y puro amor de que soy hecho, Como la materia simple busca la forma.
es
Cadalso,José
<XXI
Si_El_Cielo_Está_Sin_Luces
Si el cielo está sin luces el campo está sin flores los pájaros no cantan los arroyos no corren no saltan los corderos no bailan los pastores los troncos no dan frutos los ecos no responden... es que enfermó mi Filis y está suspenso el orbe.
es
Gelman,Juan
<XXI
Y_Aquí_El_Francés_Bonpland_Botánico
y aquí el francés Bonpland botánico buscaba asclepias lirolensis o chinchonas acaridesas encontró en cambio las ignotas caras o rostros del amor a la india Nunu de los zambos junto a la boca del Orinoco junto a la boca del Orinoco durmió al cuidado del peligro comía arroz yucas hormigas plátanos y manjar de mono mirándose en los cocodrilos en el silbido de las boas en el rugido de los tigres mientras se alzaban los temores como hogueras nunca apagadas a la calor de esas hogueras aquí el francés Bonpland botánico entró en las dulces partes de Nunu mientras giraban en la noche las catedrales medievales toda la rue du chat qui péche como planetas instantáneos apagándose en la mitad entre los pechos de la Nunu que hablaban sus idiomas suaves más poderosos que la selva más bellos que los tigres en la luz violeta de su vientre o que los cocodrilos bocas del Orinoco padre o río o que las boas onduladas como olitas del Sena gris temió amó a Nunu comió mono con su levita directorio tuvo 15 días de miel y cuando alguno robó a la india (no por deseo de su carne o de sus partes destinadas al amor puro y duro y otro sino para hacerlas volver a la desencadenada selva o sacarlas del amor para otro mundo como es o amor es de otro mundo o es otro mundo directamente) Bonpland decía al rededor: “hermano cocodrilo di dónde está Nunu la dulzona de varios pechos a saber: el que te da leche de amor el que te apaga la maldad el que te viste contra el miedo el que se tiembla en la caída porque no sabe si te alzará” o al tigre de rayas de rey: “dónde está Nunu, tigre tigre ahora salido de mi sangre” o a la boa: “cómo está Nunu la de la luna en la rodilla” la de la luna en la rodilla se la llevaron y Bonpland no quiso saber más de estrellas o de misterios de la mar o de volcanes encendidos o de plantas quietas en sí y aunque se fue del Orinoco de sus herrumbres suaves verdes y aunque lo amó la emperatriz (la Josefina de Napoleón) y aunque ella eligió sus brazos para morirse de una vez aquí volvió el Bonpland a Nunu y nunca jamás la encontró pero comía yucas hormigas arroz manjar de mono plátanos y bebía aguas del Orinoco como quien come a una mujer como quien bebe a una mujer y esta es la historia de Bonpland clasificó muchas plantitas del continente americano pero él vivía en Nunu. oh Nunu . la de la luna en la rodilla la de varios pechos de amor la de planetas apagados como la rue du chat qui péche volando abriendo su mitad para el francés que la quería como jardín oh Nunu. oh Nunu como la noche Nunu Nunu. junto a la boca del Orinoco durmió al cuidado del peligro comía arroz yucas hormigas plátanos y manjar de mono mirándose en los cocodrilos en el silbido de las boas en el rugido de los tigres mientras se alzaban los temores como hogueras nunca apagadas a la calor de esas hogueras aquí el francés Bonpland botánico entró en las dulces partes de Nunu mientras giraban en la noche las catedrales medievales toda la rue du chat qui péche como planetas instantáneos apagándose en la mitad entre los pechos de la Nunu que hablaban sus idiomas suaves más poderosos que la selva más bellos que los tigres en la luz violeta de su vientre o que los cocodrilos bocas del Orinoco padre o río o que las boas onduladas como olitas del Sena gris temió amó a Nunu comió mono con su levita directorio tuvo 15 días de miel y cuando alguno robó a la india (no por deseo de su carne o de sus partes destinadas al amor puro y duro y otro sino para hacerlas volver a la desencadenada selva o sacarlas del amor para otro mundo como es o amor es de otro mundo o es otro mundo directamente) Bonpland decía al rededor: “hermano cocodrilo di dónde está Nunu la dulzona de varios pechos a saber: el que te da leche de amor el que te apaga la maldad el que te viste contra el miedo el que se tiembla en la caída porque no sabe si te alzará” o al tigre de rayas de rey: “dónde está Nunu, tigre tigre ahora salido de mi sangre” o a la boa: “cómo está Nunu la de la luna en la rodilla” la de la luna en la rodilla se la llevaron y Bonpland no quiso saber más de estrellas o de misterios de la mar o de volcanes encendidos o de plantas quietas en sí y aunque se fue del Orinoco de sus herrumbres suaves verdes y aunque lo amó la emperatriz (la Josefina de Napoleón) y aunque ella eligió sus brazos para morirse de una vez aquí volvió el Bonpland a Nunu y nunca jamás la encontró pero comía yucas hormigas arroz manjar de mono plátanos y bebía aguas del Orinoco como quien come a una mujer como quien bebe a una mujer y esta es la historia de Bonpland clasificó muchas plantitas del continente americano pero él vivía en Nunu. oh Nunu . la de la luna en la rodilla la de varios pechos de amor la de planetas apagados como la rue du chat qui péche volando abriendo su mitad para el francés que la quería como jardín oh Nunu. oh Nunu como la noche Nunu Nunu. a la calor de esas hogueras aquí el francés Bonpland botánico entró en las dulces partes de Nunu mientras giraban en la noche las catedrales medievales toda la rue du chat qui péche como planetas instantáneos apagándose en la mitad entre los pechos de la Nunu que hablaban sus idiomas suaves más poderosos que la selva más bellos que los tigres en la luz violeta de su vientre o que los cocodrilos bocas del Orinoco padre o río o que las boas onduladas como olitas del Sena gris temió amó a Nunu comió mono con su levita directorio tuvo 15 días de miel y cuando alguno robó a la india (no por deseo de su carne o de sus partes destinadas al amor puro y duro y otro sino para hacerlas volver a la desencadenada selva o sacarlas del amor para otro mundo como es o amor es de otro mundo o es otro mundo directamente) Bonpland decía al rededor: “hermano cocodrilo di dónde está Nunu la dulzona de varios pechos a saber: el que te da leche de amor el que te apaga la maldad el que te viste contra el miedo el que se tiembla en la caída porque no sabe si te alzará” o al tigre de rayas de rey: “dónde está Nunu, tigre tigre ahora salido de mi sangre” o a la boa: “cómo está Nunu la de la luna en la rodilla” la de la luna en la rodilla se la llevaron y Bonpland no quiso saber más de estrellas o de misterios de la mar o de volcanes encendidos o de plantas quietas en sí y aunque se fue del Orinoco de sus herrumbres suaves verdes y aunque lo amó la emperatriz (la Josefina de Napoleón) y aunque ella eligió sus brazos para morirse de una vez aquí volvió el Bonpland a Nunu y nunca jamás la encontró pero comía yucas hormigas arroz manjar de mono plátanos y bebía aguas del Orinoco como quien come a una mujer como quien bebe a una mujer y esta es la historia de Bonpland clasificó muchas plantitas del continente americano pero él vivía en Nunu. oh Nunu . la de la luna en la rodilla la de varios pechos de amor la de planetas apagados como la rue du chat qui péche volando abriendo su mitad para el francés que la quería como jardín oh Nunu. oh Nunu como la noche Nunu Nunu. entre los pechos de la Nunu que hablaban sus idiomas suaves más poderosos que la selva más bellos que los tigres en la luz violeta de su vientre o que los cocodrilos bocas del Orinoco padre o río o que las boas onduladas como olitas del Sena gris temió amó a Nunu comió mono con su levita directorio tuvo 15 días de miel y cuando alguno robó a la india (no por deseo de su carne o de sus partes destinadas al amor puro y duro y otro sino para hacerlas volver a la desencadenada selva o sacarlas del amor para otro mundo como es o amor es de otro mundo o es otro mundo directamente) Bonpland decía al rededor: “hermano cocodrilo di dónde está Nunu la dulzona de varios pechos a saber: el que te da leche de amor el que te apaga la maldad el que te viste contra el miedo el que se tiembla en la caída porque no sabe si te alzará” o al tigre de rayas de rey: “dónde está Nunu, tigre tigre ahora salido de mi sangre” o a la boa: “cómo está Nunu la de la luna en la rodilla” la de la luna en la rodilla se la llevaron y Bonpland no quiso saber más de estrellas o de misterios de la mar o de volcanes encendidos o de plantas quietas en sí y aunque se fue del Orinoco de sus herrumbres suaves verdes y aunque lo amó la emperatriz (la Josefina de Napoleón) y aunque ella eligió sus brazos para morirse de una vez aquí volvió el Bonpland a Nunu y nunca jamás la encontró pero comía yucas hormigas arroz manjar de mono plátanos y bebía aguas del Orinoco como quien come a una mujer como quien bebe a una mujer y esta es la historia de Bonpland clasificó muchas plantitas del continente americano pero él vivía en Nunu. oh Nunu . la de la luna en la rodilla la de varios pechos de amor la de planetas apagados como la rue du chat qui péche volando abriendo su mitad para el francés que la quería como jardín oh Nunu. oh Nunu como la noche Nunu Nunu. temió amó a Nunu comió mono con su levita directorio tuvo 15 días de miel y cuando alguno robó a la india (no por deseo de su carne o de sus partes destinadas al amor puro y duro y otro sino para hacerlas volver a la desencadenada selva o sacarlas del amor para otro mundo como es o amor es de otro mundo o es otro mundo directamente) Bonpland decía al rededor: “hermano cocodrilo di dónde está Nunu la dulzona de varios pechos a saber: el que te da leche de amor el que te apaga la maldad el que te viste contra el miedo el que se tiembla en la caída porque no sabe si te alzará” o al tigre de rayas de rey: “dónde está Nunu, tigre tigre ahora salido de mi sangre” o a la boa: “cómo está Nunu la de la luna en la rodilla” la de la luna en la rodilla se la llevaron y Bonpland no quiso saber más de estrellas o de misterios de la mar o de volcanes encendidos o de plantas quietas en sí y aunque se fue del Orinoco de sus herrumbres suaves verdes y aunque lo amó la emperatriz (la Josefina de Napoleón) y aunque ella eligió sus brazos para morirse de una vez aquí volvió el Bonpland a Nunu y nunca jamás la encontró pero comía yucas hormigas arroz manjar de mono plátanos y bebía aguas del Orinoco como quien come a una mujer como quien bebe a una mujer y esta es la historia de Bonpland clasificó muchas plantitas del continente americano pero él vivía en Nunu. oh Nunu . la de la luna en la rodilla la de varios pechos de amor la de planetas apagados como la rue du chat qui péche volando abriendo su mitad para el francés que la quería como jardín oh Nunu. oh Nunu como la noche Nunu Nunu. Bonpland decía al rededor: “hermano cocodrilo di dónde está Nunu la dulzona de varios pechos a saber: el que te da leche de amor el que te apaga la maldad el que te viste contra el miedo el que se tiembla en la caída porque no sabe si te alzará” o al tigre de rayas de rey: “dónde está Nunu, tigre tigre ahora salido de mi sangre” o a la boa: “cómo está Nunu la de la luna en la rodilla” la de la luna en la rodilla se la llevaron y Bonpland no quiso saber más de estrellas o de misterios de la mar o de volcanes encendidos o de plantas quietas en sí y aunque se fue del Orinoco de sus herrumbres suaves verdes y aunque lo amó la emperatriz (la Josefina de Napoleón) y aunque ella eligió sus brazos para morirse de una vez aquí volvió el Bonpland a Nunu y nunca jamás la encontró pero comía yucas hormigas arroz manjar de mono plátanos y bebía aguas del Orinoco como quien come a una mujer como quien bebe a una mujer y esta es la historia de Bonpland clasificó muchas plantitas del continente americano pero él vivía en Nunu. oh Nunu . la de la luna en la rodilla la de varios pechos de amor la de planetas apagados como la rue du chat qui péche volando abriendo su mitad para el francés que la quería como jardín oh Nunu. oh Nunu como la noche Nunu Nunu. la de la luna en la rodilla se la llevaron y Bonpland no quiso saber más de estrellas o de misterios de la mar o de volcanes encendidos o de plantas quietas en sí y aunque se fue del Orinoco de sus herrumbres suaves verdes y aunque lo amó la emperatriz (la Josefina de Napoleón) y aunque ella eligió sus brazos para morirse de una vez aquí volvió el Bonpland a Nunu y nunca jamás la encontró pero comía yucas hormigas arroz manjar de mono plátanos y bebía aguas del Orinoco como quien come a una mujer como quien bebe a una mujer y esta es la historia de Bonpland clasificó muchas plantitas del continente americano pero él vivía en Nunu. oh Nunu . la de la luna en la rodilla la de varios pechos de amor la de planetas apagados como la rue du chat qui péche volando abriendo su mitad para el francés que la quería como jardín oh Nunu. oh Nunu como la noche Nunu Nunu. y aunque ella eligió sus brazos para morirse de una vez aquí volvió el Bonpland a Nunu y nunca jamás la encontró pero comía yucas hormigas arroz manjar de mono plátanos y bebía aguas del Orinoco como quien come a una mujer como quien bebe a una mujer y esta es la historia de Bonpland clasificó muchas plantitas del continente americano pero él vivía en Nunu. oh Nunu . la de la luna en la rodilla la de varios pechos de amor la de planetas apagados como la rue du chat qui péche volando abriendo su mitad para el francés que la quería como jardín oh Nunu. oh Nunu como la noche Nunu Nunu. pero comía yucas hormigas arroz manjar de mono plátanos y bebía aguas del Orinoco como quien come a una mujer como quien bebe a una mujer y esta es la historia de Bonpland clasificó muchas plantitas del continente americano pero él vivía en Nunu. oh Nunu . la de la luna en la rodilla la de varios pechos de amor la de planetas apagados como la rue du chat qui péche volando abriendo su mitad para el francés que la quería como jardín oh Nunu. oh Nunu como la noche Nunu Nunu. y esta es la historia de Bonpland clasificó muchas plantitas del continente americano pero él vivía en Nunu. oh Nunu . la de la luna en la rodilla la de varios pechos de amor la de planetas apagados como la rue du chat qui péche volando abriendo su mitad para el francés que la quería como jardín oh Nunu. oh Nunu como la noche Nunu Nunu.
es
Fuertes,Gloria
<XXI
Afortunadamente
Afortunadamente no tenemos presente, no tenemos presente, lo de que nos tenemos que morir.
es
Villaespesa,Francisco
<XXI
Es_Otra_Señorita_De_Maupin._Es_Viciosa
Es otra señorita de Maupin. Es viciosa y frágil como aquella imagen del placer, que en la elegancia rítmica de su sonora prosa nos dibujó la pluma de Theófilo Gautier. Sus rojos labios sáficos, sensitivos y ambiguos, a la par piden besos de hombre y de mujer, sintiendo las nostalgias de los faunos antiguos cuyos labios sabían alargar el placer. Ama los goces sádicos. Se inyecta de morfina; pincha a su gata blanca. El éter la fascina, y el opio le produce un ensueño oriental. De súbito su cuerpo de amor vibra y se inflama al ver, entre los juncos, temblar como una llama la lengua roja y móvil de algún tigre real.
es
Fernández_Moreno,Baldomero
<XXI
La_Ciudad,_Que_Ya_Empieza,_Alondra_Blanca,_A_Amarte
La ciudad, que ya empieza, alondra blanca, a amarte te dibuja la cara, y más te la ilumina, con pinceles mimosos, con delicado arte como nunca lo haría la acuarela más fina. Y te pinta de azul y de verde y de rosa según sea el aviso que surge a nuestro paso. Te desmaterializa, te torna mariposa, como ninguna aurora, como ningún ocaso.
es
Casal,Julián_del
<XXI
Soneto_Pompadour
Amo el bronce, el cristal, las porcelanas, Las vidrieras de múltiples colores, Los tapices pintados de oro y flores Y las brillantes lunas venecianas. Amo también las bellas castellanas, La canción de los viejos trovadores, Los árabes corceles voladores, Las flébiles baladas alemanas; El rico piano de marfil sonoro, El sonido del cuerno en la espesura, Del pebetero la fragante esencia, Y el lecho de marfil, sándalo y oro, En que deja la virgen hermosura La ensangrentada flor de su inocencia. Amo también las bellas castellanas, La canción de los viejos trovadores, Los árabes corceles voladores, Las flébiles baladas alemanas; El rico piano de marfil sonoro, El sonido del cuerno en la espesura, Del pebetero la fragante esencia, Y el lecho de marfil, sándalo y oro, En que deja la virgen hermosura La ensangrentada flor de su inocencia. El rico piano de marfil sonoro, El sonido del cuerno en la espesura, Del pebetero la fragante esencia, Y el lecho de marfil, sándalo y oro, En que deja la virgen hermosura La ensangrentada flor de su inocencia. Y el lecho de marfil, sándalo y oro, En que deja la virgen hermosura La ensangrentada flor de su inocencia.
es
Fernández_Moreno,Baldomero
<XXI
Ya_Que_Todo_Está_En_Flor,_Y_Más_Que_Nada
Ya que todo está en flor, y más que nada tú en tu mantilla azul, Marcela mía, abriré como pueda mi poesía que es hoy una ventana clausurada. Tras un instante quedará cerrada, ciego postigo en la mitad del día, pero antes te dirá lo que quería o posará en tu frente su mirada. El tiempo correrá como acostumbra, el sol alumbrará como hoy alumbra, recio el árbol será que nos cobija. Para ti todo me parece eterno, y yo no seré más que este cuaderno, unos papeles, ni eso, nieta, hija.
es
Bretón_de_los_Herreros,Manuel
<XXI
Nueve_Meses_Encerrado
Nueve meses encerrado En oscuro calabozo, Con las piernas en cuclillas Y los puños en los ojos, Desde que fue concebido El hijo de cada prójimo (No siempre lícito fruto De legítimo consorcio) Llora y gime a su manera De su prisión en el fondo, Por ver los rayos del sol Que ilumina nuestro globo. ¡En vano!; que para ahogar Sus inocentes sollozos, Conspira aleve el corsé, Invención de los demonios; Y a saber lo que le espera Cuando salga de aquel lóbrego Presidio, preferiría Ser víctima de un aborto. Cumplida ya su condena, Antes de asomar el rostro Paga a la madre en dolores Lo que ella le dio en sofocos. Si no tiene vocación De trapense o de jerónimo, Él mismo rompe la celda Que le servía de estorbo. Si la vida motilona De aquel antro cenagoso Le era grata, se resiste A dejar el refectorio. Pero ¡inútil resistencia; Que con furor demagogo Le exclaustra, mal de su grado, El comadrón antropófago! Revuelto como tortilla Y amasado como bollo, ¡Feliz si de tal maniobra No sale tullido o cojo! Pero demos de barato Que salga ileso el pimpollo Y naturaleza próvida Triunfe del barbero indocto. ¡Oíd al nieto de Adán Cómo en destemplado lloro Maldice el funesto don De vivir entre nosotros! Su vida desde el Oriente Es inaguantable potro, Y si supiera quejarse Le escucharían los sordos. Uno le quita la caspa; Otro le limpia el meconio; Aquí apósitos y vendas; Acullá unturas y polvos. ¡Qué de friegas y estirones, Qué de frotes y de sobos De la cabeza a los pies Y desde la mano al hombro! Piensa descansar el mísero Después de mondo y lirondo; Mas de mayores tormentos Aquél ha sido el exordio. Ahora comienza el suplicio Del consabido envoltorio Que oprime sus coyunturas Y estruja sus hipocondrios. Metedores y pañales, Mantillas, chambras y gorros, Con una y otra corteza Cobijan el débil tronco; Y al fajarle el operario Tal vez le disloca un codo O con agudo alfiler Pincha al indefenso rorro; Y sobre prensarlo tanto Le dan vueltas como a un torno; Que no sé cómo no vuelven Al pobre muchacho loco. Por fin, menos semejante Al hombre, de que es retoño, Que al cilindro de una máquina O a una colmena de corcho, Chupa voraz de su madre Los túrgidos promontorios, Y breve tregua a su llanto Da el suculento calostro. Entre tanto, veinte brujas Formando gárrulo coro Bendicen (¡otra les queda!) El fruto del matrimonio. ¡Oh qué linda criatura! Dice fulana: es un rollo De manteca. ¡Dios le libre De viruelas y mal de ojo! Otra en tono de sibila Hace inspirada su horóscopo Y larga vida le anuncia Con montes de plata y oro. Otra exclama: Se parece Lo mismo que un huevo a otro A su papá, y el papá No cabe en sí de alborozo. Pero quizá, aunque sonríe Y dice en público «apoyo», Tiene el padrino razones Para pensar de otro modo. No lamento lo que sufro En el acto meritorio Del bautismo; que me precio De ser cristiano ortodoxo; Pero cuando siente el párvulo Sobre su cabeza el chorro Y en su boca el sal sapientiae, Que no le sabe a bizcocho, Tal vez (¡humana miseria!) Se obstinaría en ser moro Si al oír vis baptizare Fuese él quien dijera «volo». ¿Y quién, ¡ay Dios! enumera Las dolencias y soponcios Que mortifican al nene Entre lágrimas y mocos? Hoy le aflige la alfombrilla; Mañana el usagre hediondo; Otro día el sarampión Le convierte en fiero monstruo. A cada diente que asoma Le atacan pujos y vómitos, Y tal vez males ajenos Se le agregan a los propios; Que si antes de descubrirse El americano golfo El pecado original Era, aunque grave, uno solo; ¡Hoy son dos!...; y ¡vive Cristo Que hizo España buen negocio Quedándose con la peste Y perdiendo el territorio! Sin consultar (¡angelito!) Su paladar ni su estómago, Antes de cumplido el año Llenan su cuerpo de bodrio, Y antes que adquieran sus miembros El preciso desarrollo Le desnudan de mantillas Para vestirle de corto. Mas no por eso el menguado Respira con desahogo; Que su pulmón deterioran Los andadores diabólicos; Y cuando de ellos le alivian, Si con afán engañoso Para librarse del yugo Hace pinitos heroicos, Cada paso es un peligro, Cada mueble es un escollo; Que sus pies son de manteca Y su cabeza de plomo. Por fin, a fuerza de días Y coscorrones de a folio, Logra andar la criatura Sin necesitar socorro, Y su labio balbuciente, Menos precoz que el de un loro, Articula a los tres años Papa, teta, mama y chocho; No sin que antes las comadres, Interpretando su tosco Guirigay, al rudo niño Levanten mil testimonios. Hasta en los mismos halagos Y caricias y piropos Que le tributan, ¡ay! pasa Las penas del purgatorio. Objeto de diversión, Como puede serlo un mono, Para vecinas lechuzas Y aduladores ociosos, Le hacen reír cuando llora, O turbando su reposo Cuando mamara o durmiera Le hacen bailar como trompo. Llamándole serafín Le aturden con su alboroto Y el amor con que le besan Tiene apariencias de encono. Uno al cutis infantil Aplica el suyo cerdoso; Otro le inspira su aliento, Que no huele a cinamomo; Otra vieja fementida, Mostrando insolente pólipo En su alevosa nariz, Que parece un sable corvo... ¡No más, impía canalla! ¡No con vuestro impuro soplo Sequéis en flor ese vástago Que acariciaba Favonio! Pero ¿qué diré, ¡infeliz! Si a falta de madre (¡oh tósigo!) Te cría bestial pasiega O la madre de algún choto? ¿Qué diré, si te condenan A la congoja, al engorro De chupar los biberones Aspirantes de Ibarrondo? ¿Qué diré, en fin, si hacinado En una casa de expósitos Lloras de ignorada madre El criminal abandono? Si al hambre y la desnudez Sobrevives, suyo el gozo, Suyo habrá sido el pecado, ¡Y tuyo será el oprobio! Y exclamarán todavía: ¡Dichosa edad! los filósofos... O nunca fueron chiquillos, O siempre han sido unos tontos. exclaustra sal sapientiae, vis baptizare «volo». Papa, teta, mama y chocho; los biberones Aspirantes de Ibarrondo? chiquillos
es
Machado,Antonio
<XXI
Siempre_Fugitiva_Y_Siempre
Siempre fugitiva y siempre cerca de mí, en negro manto mal cubierto el desdeñoso gesto de tu rostro pálido. No sé adónde vas, ni dónde tu virgen belleza tálamo busca en la noche. No sé qué sueños cierran tus párpados, ni de quien haya entreabierto tu lecho inhospitalario. Detén el paso, belleza esquiva, detén el paso. Besar quisiera la amarga, amarga flor de tus labios.
es
Darío,Rubén
<XXI
—Allá_Está_La_Cumbre
—Allá está la cumbre. —¿Qué miras? —Un astro. —¿Me amas? —¡Te adoro! —¿Subimos? —¡Subamos! —¿Qué ves? —Una aurora fugitiva y pálida. —¿Qué sientes? —Anhelo. —Ésa es la esperanza. —¡Qué alientos de vida! ¡Qué fuegos de sol! ¡Qué luz tan radiante! —¡Ese es el amor! —¿Qué ves a tus plantas? —Un profundo abismo. —¿Tiemblas? —Tengo miedo... —¡Ese es el olvido! Pero no tiembles ni temas: bajo el sacro cielo azul, para el que ama no hay abismos, porque tiene alas de luz.
es
Pardo_García,Germán
<XXI
Los_Montes_Volarán
Cuando se encuentre lista la montaña para volar y cunda la leyenda, y el nadir estelado la comprenda, y en su cuartel azul la telaraña, veré aterrado la divina hazaña un instante después que yo sorprenda que antes que el humus a volar aprenda, le da la luz movilidad extraña. Fallarán para mí los crisantemos. Recordaré que el sol no es labrantío. Le nacerán al mar ojos supremos bajo el encristalado espumerío, y de sus plataformas volaremos las montañas y yo rumbo al vacío.
es
Fernández_Moreno,Baldomero
<XXI
¡Vengo_De_La_Cocina,_Vengo_De_La_Cocina!
¡Vengo de la cocina, vengo de la cocina! Traía en grandes manchas en el traje, la harina. En las pálidas manos, entre los dedos finos, olor agudo a especias, canelas y cominos. Al fondo de los ojos, en grueso punto de oro, traía de las ascuas el alegre tesoro. De ollas y cacerolas el sonoro ludir, traíalo en los labios al hablar y al reír. Por besarle la frente le aparté los cabellos: lo más sutil de todo, el humo, estaba en ellos.
es
Arciniegas,Ismael_Enrique
<XXI
Final
Adiós, pues. ¿Nada olvidas? Está bien. Puedes irte. Ya nada más debemos decirnos... ¿Para qué? Te dejo. Partir puedes. Pero aguarda un momento... está lloviendo. Espera que deje de llover. Abrígate. Está haciendo mucho frío en la calle. Ponte capa de invierno. Y abrígate muy bien. ¿Todo te lo he devuelto? ¿Nada tuyo me queda? ¿Tu retrato te llevas y tus cartas también? Por última vez mírame. Vamos a separarnos. Óyeme. No lloremos, pues necedad sería... ¡Y qué esfuerzo debemos los dos hacer ahora para ser lo que fuimos... lo que fuimos un día! Se habían nuestras almas tan bien compenetrado, y hoy de nuevo su vida cada cual ha tomado. Con un distinto nombre por senda aparte iremos, a errar, a vivir solos... Sin duda sufriremos. Sufriremos un tiempo. Después vendrá el olvido, lo solo que perdona. Tú, de mí desunida, serás lo que antes fuiste. Yo, lo que antes he sido... Dos distintas personas seremos en la vida. Vas a entrar desde ahora por siempre en mi pasado; tal vez nos encontremos en la calle algún día. Te veré desde lejos con aire descuidado, y llevarás un traje que no te conocía. Después pasarán meses sin que te vea. En tanto, habrán de hablarte amigos de mí. Yo bien lo sé; y cuando en mi presencia te recuerden, encanto que fuiste de mi vida, «¿Cómo está?» les diré. Y qué grandes creímos nuestros dos corazones, ¡y qué pequeños! ¡Cómo nos quisimos tú y yo! ¿Recuerdas otros días? ¡Qué gratas ilusiones! Y mira en lo que ahora nuestra pasión quedó. Y nosotros, lo mismo que los demás mortales, en promesas ardientes de eterno amor creyendo. ¡Verdad que humilla! ¿Todos somos acaso iguales? ¿Somos como los otros? Mira, sigue lloviendo. Quédate. ¡Ven! No escampa. Y en la calle hace frío. Quizá nos entendamos. Yo no sé de qué modo. Aunque han cambiado tanto tu corazón y el mío, tal vez al fin digamos: «¡No está perdido todo!» Hagamos lo posible. Que acabe este desvío. Vencer nuestras costumbres es inútil. ¿Verdad? ¡Ven, siéntate! A mi lado recobrarás tu hastío, y volverá a tu lado mi triste soledad.
es
Ruiz,Juan
<XXI
Luego_Después,_Desta_Venta_Fuyme_Para_Ssegovia
Luego después, desta venta fuyme para Ssegovia, non a conprar las joyas para la chata Troya; fuy veer una costiella de la serpiente groya, que mató al viejo Rrando, segund dise en Moya. Estid' en esta cibdat e espendí mi caudal; non fallé poço dulçe nin fuente perenal. dix', desque vi mi bolsa que se parava mal: «mi casilla e mi fogar çien sueldos val'». Torneme para mi tierra dende a terçer dya; mas non vyn' por Loçoya, que joyas non traya; cuydé yr por el puerto que disen la Fuentfría: herré todo el camino, como quien non sabía. Por el pynar ayuso fallé una vaquera, que guardava sus vacas çerca esa rribera: yo le dixe: «omíllome, sserrana falagera, morarme he convusco o mostradme la carrera». —«Sseméjasme, sandío, que así te conbidas: non te llegues a mí, ante te lo comidas; synon, yo te faré que mi cayada midas: si en lugar te cojo, byen tarde la olvidas».— Como dise la fabla, del que de mal se quita: «Escarva la gallyna e falla su pepita», proveme por llegar a la gaha maldita, diome con la cayada tras la oreja fita. Derribome cuest' ayuso e cay estordido: ally prové que era mal golpe el del oydo; «¡confonda Dios,» dixe yo, «cigüeña en el exido, que de tal guisa acoje cigoñinos en nido!»— Desque ovo en mí puesto las sus manos yradas, diz' la descumulgada; «Non pases las aradas. non t' asañes del juego, que esto a las vegadas conquirense en uno las buenas dineradas».— »Entremos a la cabaña, Herroso non lo entienda; meterte he por camino e avrás buena merienda; llévate dende, Cornejo, non busques más contienda». Desque la vy pagada, levanteme corrienda. Tomome de la mano e fuémosnos en uno: era nona passada e estava yo ayuno; desque en la choça fuemos, non fallamos ninguno: díxome que jugásemos al juego por mal del uno. «¡Pardiós!», dixe yo, «amiga, más querría almosar», d'ayuno e d'arreçido non podría solasar: sy ante non comiese, non podría byen jugar, non se pagó del dicho, quésome amenasar. penssó de mí e della. Dix' yo: «Agora se prueva que «pan e vino juega, que non camisa nueva»». Escoté la meryenda e partyme dalgueva; díxele que me mostrase la ssenda, que es nueva. Rogome que fyncase con ella esa tarde, ca mala es d'amatar el estopa, de que arde. Díxel' yo: «estó de priessa, ¡sy Dios de mal me guarde!» Assañose contra mí, resçelé e fuy covarde. Ssacome de la choça, llegome a dos senderos: amos son byen usados, amos son camineros; andit lo más que pud' ayna los oteros; llegué con sol tenprano al aldea Ferreros. Desta burla passada ffiz' un cantar atal: non es muncho fermoso, creo nin cumunal: fasta qu' el libro entyendas, del byen non digas mal, ca tú entenderás uno e el libro dirá ál.
es
Machado,Manuel
<XXI
Ya_El_Pobre_Corazón_Eligió_Su_Camino
Ya el pobre corazón eligió su camino. Ya a los vientos no oscila, ya a las olas no cede, al azar no suspira, ni se entrega al Destino... Ahora sabe querer, y quiere lo que puede. Renunció al imposible y al sin querer divino.
es
Mistral,Gabriela
<XXI
No_Tengo_Sólo_Un_Ángel
No tengo sólo un Ángel con ala estremecida: me mecen como al mar mecen las dos orillas el Ángel que da el gozo y el que da la agonía, el de alas tremolantes y el de las alas fijas. Yo sé, cuando amanece, cuál va a regirme el día, si el de color de llama o el color de ceniza, y me les doy como alga a la ola, contrita. Sólo una vez volaron con las alas unidas: el día del amor, el de la Epifanía. ¡Se juntaron en una sus alas enemigas y anudaron el nudo de la muerte y la vida! Yo sé, cuando amanece, cuál va a regirme el día, si el de color de llama o el color de ceniza, y me les doy como alga a la ola, contrita. Sólo una vez volaron con las alas unidas: el día del amor, el de la Epifanía. ¡Se juntaron en una sus alas enemigas y anudaron el nudo de la muerte y la vida! Sólo una vez volaron con las alas unidas: el día del amor, el de la Epifanía. ¡Se juntaron en una sus alas enemigas y anudaron el nudo de la muerte y la vida! ¡Se juntaron en una sus alas enemigas y anudaron el nudo de la muerte y la vida!
es
Acuña,Hernando_de
<XXI
Si_Los_Suspiros_Que_Ha_Esparcido_El_Viento
Si los suspiros que ha esparcido el viento, ausente de mi bien, con mil dolores, y con ellos mis quejas y clamores en bajo, triste y doloroso acento; si la flaca esperanza cual la siento, puesta en el medio de cien mil temores, vinieren a noticia de pastores do llegue el amoroso sentimiento, sujeto les será mi triste llanto por Galatea, y mi pasión tamaña y, en ausencia, mi fe tan verdadera pasar continuo y doloroso canto por todos estos llanos y campaña del famoso Danubio y su ribera.
es
Arguijo,Juan_de
<XXI
Del_Gran_Pompeyo_El_Enemigo_Fuerte
Del gran Pompeyo el enemigo fuerte llega en oscura noche al pobre techo, do Amiclas con seguro y libre pecho ni teme daño ni recela muerte. Ya que llamar segunda vez advierte, rogado deja el mal compuesto lecho, y en frágil barca el peligroso estrecho rompe, presagio de siniestra suerte. Brama furioso el mar sintiendo el peso que sostiene, y al tímido piloto César anima, y dice: «Rema amigo, »Rema; no temas infeliz suceso por más que te contrasten Euro y Noto; la fortuna de César va contigo». Ya que llamar segunda vez advierte, rogado deja el mal compuesto lecho, y en frágil barca el peligroso estrecho rompe, presagio de siniestra suerte. Brama furioso el mar sintiendo el peso que sostiene, y al tímido piloto César anima, y dice: «Rema amigo, »Rema; no temas infeliz suceso por más que te contrasten Euro y Noto; la fortuna de César va contigo». Brama furioso el mar sintiendo el peso que sostiene, y al tímido piloto César anima, y dice: «Rema amigo, »Rema; no temas infeliz suceso por más que te contrasten Euro y Noto; la fortuna de César va contigo». »Rema; no temas infeliz suceso por más que te contrasten Euro y Noto; la fortuna de César va contigo».
es
Villegas,Esteban_Manuel_de
<XXI
Suelta_Al_Céfiro_Blando
Suelta al céfiro blando ese vellón que luce en tu cabeza, verás que, tremolando, a cautivar amantes, Lida, empieza, y que en cada cabello enreda un alma y aprisiona un cuello. Como en el mes ardiente el viento mueve las espigas de oro con soplo diferente, así las hebras, que en el alma adoro, del céfiro movidas, darán mil muertes, vencerán mil vidas. No de otra suerte Apolo con su resplandeciente cabellera viste de luz el polo, ni el mismo sol resplandecer pudiera, si de tu roja frente no hurtara rayos para darle a oriente.
es
Arciniegas,Ismael_Enrique
<XXI
El_Último_Canto
Al través de las brumas y la nieve, En el rostro el dolor, la vista inquieta, El pie cansado vacilante mueve... Allá va, ¿no lo veis? ¡Pobre poeta! Sobre el herido corazón coloca La lira meliodosa, y macilento, Sentado al pie de la desnuda roca, Así prorrumpe en desmayado acento: «Ved las hojas marchitas, ved el ave, Envueltas van en raudo torbellino... ¿A dónde van? ¿A dónde voy? ¡Quién sabe! ¡Yo también soy como ellas peregrino! »Huyendo voy del tráfago mundano Con el rostro en las manos escondido. Mudable y débil corazón humano, ¡Hasta dónde, hasta dónde has descendido! »Ya a Dios los necios hombres escarnecen Y alzan al dios del interés loores. ¡Sus almas sin amor ni fe parecen Nidos sin aves, fuentes sin rumores! »Jamás la ola aunque con furia luche Conmoverá las rocas; ¡e imposible Que el triste grito del alción se escuche De la tormenta entre el fragor terrible! »La Poesía morirá en la lucha, El destino cruel sus horas cuenta; ¡Poetas! vuestros cantos nadie escucha, ¡Sois el alción de la social tormenta! »Yo vi en mis sueños de poeta un día De laurel en mi lira una corona; Hoy triste siento que en la frente mía Un gajo de ciprés se desmorona. »Yo quise alzar el vuelo a las ignotas Fuentes de eterna luz, ¡al infinito! Y hoy en el mundo, con las alas rotas, Cual ave sola en su prisión me agito. »Como una clara estrella vi en mi anhelo Sonreír en mi cielo la esperanza. Hoy cubren negras sombras ese cielo, ¡Hoy la luz a mi alma ya no alcanza! »Huyendo el mundo y su incesante ruido, Vengo a esta soledad sombría y honda. Ella por siempre mi último gemido, ¡Mi último canto y mi vergüenza esconda! »Tu muerte ¡oh Poesía! el siglo canta, Y del campo inmortal de las ideas El himno del trabajo se levanta Y dice al porvenir: ¡Bendito seas! »¡La indiferencia con su ceño grave Me relega al silencio y al olvido! Pobre y triste poeta ¡Soy un ave Que al fin se muere sin hallar un nido!» Dijo, y rompió la lira melodiosa Do entonaba sus cantos y querellas... Y al cielo levantó la faz llorosa, ¡Y en el cielo brotaban las estrellas! Sobre el herido corazón coloca La lira meliodosa, y macilento, Sentado al pie de la desnuda roca, Así prorrumpe en desmayado acento: «Ved las hojas marchitas, ved el ave, Envueltas van en raudo torbellino... ¿A dónde van? ¿A dónde voy? ¡Quién sabe! ¡Yo también soy como ellas peregrino! »Huyendo voy del tráfago mundano Con el rostro en las manos escondido. Mudable y débil corazón humano, ¡Hasta dónde, hasta dónde has descendido! »Ya a Dios los necios hombres escarnecen Y alzan al dios del interés loores. ¡Sus almas sin amor ni fe parecen Nidos sin aves, fuentes sin rumores! »Jamás la ola aunque con furia luche Conmoverá las rocas; ¡e imposible Que el triste grito del alción se escuche De la tormenta entre el fragor terrible! »La Poesía morirá en la lucha, El destino cruel sus horas cuenta; ¡Poetas! vuestros cantos nadie escucha, ¡Sois el alción de la social tormenta! »Yo vi en mis sueños de poeta un día De laurel en mi lira una corona; Hoy triste siento que en la frente mía Un gajo de ciprés se desmorona. »Yo quise alzar el vuelo a las ignotas Fuentes de eterna luz, ¡al infinito! Y hoy en el mundo, con las alas rotas, Cual ave sola en su prisión me agito. »Como una clara estrella vi en mi anhelo Sonreír en mi cielo la esperanza. Hoy cubren negras sombras ese cielo, ¡Hoy la luz a mi alma ya no alcanza! »Huyendo el mundo y su incesante ruido, Vengo a esta soledad sombría y honda. Ella por siempre mi último gemido, ¡Mi último canto y mi vergüenza esconda! »Tu muerte ¡oh Poesía! el siglo canta, Y del campo inmortal de las ideas El himno del trabajo se levanta Y dice al porvenir: ¡Bendito seas! »¡La indiferencia con su ceño grave Me relega al silencio y al olvido! Pobre y triste poeta ¡Soy un ave Que al fin se muere sin hallar un nido!» Dijo, y rompió la lira melodiosa Do entonaba sus cantos y querellas... Y al cielo levantó la faz llorosa, ¡Y en el cielo brotaban las estrellas! «Ved las hojas marchitas, ved el ave, Envueltas van en raudo torbellino... ¿A dónde van? ¿A dónde voy? ¡Quién sabe! ¡Yo también soy como ellas peregrino! »Huyendo voy del tráfago mundano Con el rostro en las manos escondido. Mudable y débil corazón humano, ¡Hasta dónde, hasta dónde has descendido! »Ya a Dios los necios hombres escarnecen Y alzan al dios del interés loores. ¡Sus almas sin amor ni fe parecen Nidos sin aves, fuentes sin rumores! »Jamás la ola aunque con furia luche Conmoverá las rocas; ¡e imposible Que el triste grito del alción se escuche De la tormenta entre el fragor terrible! »La Poesía morirá en la lucha, El destino cruel sus horas cuenta; ¡Poetas! vuestros cantos nadie escucha, ¡Sois el alción de la social tormenta! »Yo vi en mis sueños de poeta un día De laurel en mi lira una corona; Hoy triste siento que en la frente mía Un gajo de ciprés se desmorona. »Yo quise alzar el vuelo a las ignotas Fuentes de eterna luz, ¡al infinito! Y hoy en el mundo, con las alas rotas, Cual ave sola en su prisión me agito. »Como una clara estrella vi en mi anhelo Sonreír en mi cielo la esperanza. Hoy cubren negras sombras ese cielo, ¡Hoy la luz a mi alma ya no alcanza! »Huyendo el mundo y su incesante ruido, Vengo a esta soledad sombría y honda. Ella por siempre mi último gemido, ¡Mi último canto y mi vergüenza esconda! »Tu muerte ¡oh Poesía! el siglo canta, Y del campo inmortal de las ideas El himno del trabajo se levanta Y dice al porvenir: ¡Bendito seas! »¡La indiferencia con su ceño grave Me relega al silencio y al olvido! Pobre y triste poeta ¡Soy un ave Que al fin se muere sin hallar un nido!» Dijo, y rompió la lira melodiosa Do entonaba sus cantos y querellas... Y al cielo levantó la faz llorosa, ¡Y en el cielo brotaban las estrellas! »Huyendo voy del tráfago mundano Con el rostro en las manos escondido. Mudable y débil corazón humano, ¡Hasta dónde, hasta dónde has descendido! »Ya a Dios los necios hombres escarnecen Y alzan al dios del interés loores. ¡Sus almas sin amor ni fe parecen Nidos sin aves, fuentes sin rumores! »Jamás la ola aunque con furia luche Conmoverá las rocas; ¡e imposible Que el triste grito del alción se escuche De la tormenta entre el fragor terrible! »La Poesía morirá en la lucha, El destino cruel sus horas cuenta; ¡Poetas! vuestros cantos nadie escucha, ¡Sois el alción de la social tormenta! »Yo vi en mis sueños de poeta un día De laurel en mi lira una corona; Hoy triste siento que en la frente mía Un gajo de ciprés se desmorona. »Yo quise alzar el vuelo a las ignotas Fuentes de eterna luz, ¡al infinito! Y hoy en el mundo, con las alas rotas, Cual ave sola en su prisión me agito. »Como una clara estrella vi en mi anhelo Sonreír en mi cielo la esperanza. Hoy cubren negras sombras ese cielo, ¡Hoy la luz a mi alma ya no alcanza! »Huyendo el mundo y su incesante ruido, Vengo a esta soledad sombría y honda. Ella por siempre mi último gemido, ¡Mi último canto y mi vergüenza esconda! »Tu muerte ¡oh Poesía! el siglo canta, Y del campo inmortal de las ideas El himno del trabajo se levanta Y dice al porvenir: ¡Bendito seas! »¡La indiferencia con su ceño grave Me relega al silencio y al olvido! Pobre y triste poeta ¡Soy un ave Que al fin se muere sin hallar un nido!» Dijo, y rompió la lira melodiosa Do entonaba sus cantos y querellas... Y al cielo levantó la faz llorosa, ¡Y en el cielo brotaban las estrellas! »Ya a Dios los necios hombres escarnecen Y alzan al dios del interés loores. ¡Sus almas sin amor ni fe parecen Nidos sin aves, fuentes sin rumores! »Jamás la ola aunque con furia luche Conmoverá las rocas; ¡e imposible Que el triste grito del alción se escuche De la tormenta entre el fragor terrible! »La Poesía morirá en la lucha, El destino cruel sus horas cuenta; ¡Poetas! vuestros cantos nadie escucha, ¡Sois el alción de la social tormenta! »Yo vi en mis sueños de poeta un día De laurel en mi lira una corona; Hoy triste siento que en la frente mía Un gajo de ciprés se desmorona. »Yo quise alzar el vuelo a las ignotas Fuentes de eterna luz, ¡al infinito! Y hoy en el mundo, con las alas rotas, Cual ave sola en su prisión me agito. »Como una clara estrella vi en mi anhelo Sonreír en mi cielo la esperanza. Hoy cubren negras sombras ese cielo, ¡Hoy la luz a mi alma ya no alcanza! »Huyendo el mundo y su incesante ruido, Vengo a esta soledad sombría y honda. Ella por siempre mi último gemido, ¡Mi último canto y mi vergüenza esconda! »Tu muerte ¡oh Poesía! el siglo canta, Y del campo inmortal de las ideas El himno del trabajo se levanta Y dice al porvenir: ¡Bendito seas! »¡La indiferencia con su ceño grave Me relega al silencio y al olvido! Pobre y triste poeta ¡Soy un ave Que al fin se muere sin hallar un nido!» Dijo, y rompió la lira melodiosa Do entonaba sus cantos y querellas... Y al cielo levantó la faz llorosa, ¡Y en el cielo brotaban las estrellas! »Jamás la ola aunque con furia luche Conmoverá las rocas; ¡e imposible Que el triste grito del alción se escuche De la tormenta entre el fragor terrible! »La Poesía morirá en la lucha, El destino cruel sus horas cuenta; ¡Poetas! vuestros cantos nadie escucha, ¡Sois el alción de la social tormenta! »Yo vi en mis sueños de poeta un día De laurel en mi lira una corona; Hoy triste siento que en la frente mía Un gajo de ciprés se desmorona. »Yo quise alzar el vuelo a las ignotas Fuentes de eterna luz, ¡al infinito! Y hoy en el mundo, con las alas rotas, Cual ave sola en su prisión me agito. »Como una clara estrella vi en mi anhelo Sonreír en mi cielo la esperanza. Hoy cubren negras sombras ese cielo, ¡Hoy la luz a mi alma ya no alcanza! »Huyendo el mundo y su incesante ruido, Vengo a esta soledad sombría y honda. Ella por siempre mi último gemido, ¡Mi último canto y mi vergüenza esconda! »Tu muerte ¡oh Poesía! el siglo canta, Y del campo inmortal de las ideas El himno del trabajo se levanta Y dice al porvenir: ¡Bendito seas! »¡La indiferencia con su ceño grave Me relega al silencio y al olvido! Pobre y triste poeta ¡Soy un ave Que al fin se muere sin hallar un nido!» Dijo, y rompió la lira melodiosa Do entonaba sus cantos y querellas... Y al cielo levantó la faz llorosa, ¡Y en el cielo brotaban las estrellas! »La Poesía morirá en la lucha, El destino cruel sus horas cuenta; ¡Poetas! vuestros cantos nadie escucha, ¡Sois el alción de la social tormenta! »Yo vi en mis sueños de poeta un día De laurel en mi lira una corona; Hoy triste siento que en la frente mía Un gajo de ciprés se desmorona. »Yo quise alzar el vuelo a las ignotas Fuentes de eterna luz, ¡al infinito! Y hoy en el mundo, con las alas rotas, Cual ave sola en su prisión me agito. »Como una clara estrella vi en mi anhelo Sonreír en mi cielo la esperanza. Hoy cubren negras sombras ese cielo, ¡Hoy la luz a mi alma ya no alcanza! »Huyendo el mundo y su incesante ruido, Vengo a esta soledad sombría y honda. Ella por siempre mi último gemido, ¡Mi último canto y mi vergüenza esconda! »Tu muerte ¡oh Poesía! el siglo canta, Y del campo inmortal de las ideas El himno del trabajo se levanta Y dice al porvenir: ¡Bendito seas! »¡La indiferencia con su ceño grave Me relega al silencio y al olvido! Pobre y triste poeta ¡Soy un ave Que al fin se muere sin hallar un nido!» Dijo, y rompió la lira melodiosa Do entonaba sus cantos y querellas... Y al cielo levantó la faz llorosa, ¡Y en el cielo brotaban las estrellas! »Yo vi en mis sueños de poeta un día De laurel en mi lira una corona; Hoy triste siento que en la frente mía Un gajo de ciprés se desmorona. »Yo quise alzar el vuelo a las ignotas Fuentes de eterna luz, ¡al infinito! Y hoy en el mundo, con las alas rotas, Cual ave sola en su prisión me agito. »Como una clara estrella vi en mi anhelo Sonreír en mi cielo la esperanza. Hoy cubren negras sombras ese cielo, ¡Hoy la luz a mi alma ya no alcanza! »Huyendo el mundo y su incesante ruido, Vengo a esta soledad sombría y honda. Ella por siempre mi último gemido, ¡Mi último canto y mi vergüenza esconda! »Tu muerte ¡oh Poesía! el siglo canta, Y del campo inmortal de las ideas El himno del trabajo se levanta Y dice al porvenir: ¡Bendito seas! »¡La indiferencia con su ceño grave Me relega al silencio y al olvido! Pobre y triste poeta ¡Soy un ave Que al fin se muere sin hallar un nido!» Dijo, y rompió la lira melodiosa Do entonaba sus cantos y querellas... Y al cielo levantó la faz llorosa, ¡Y en el cielo brotaban las estrellas! »Yo quise alzar el vuelo a las ignotas Fuentes de eterna luz, ¡al infinito! Y hoy en el mundo, con las alas rotas, Cual ave sola en su prisión me agito. »Como una clara estrella vi en mi anhelo Sonreír en mi cielo la esperanza. Hoy cubren negras sombras ese cielo, ¡Hoy la luz a mi alma ya no alcanza! »Huyendo el mundo y su incesante ruido, Vengo a esta soledad sombría y honda. Ella por siempre mi último gemido, ¡Mi último canto y mi vergüenza esconda! »Tu muerte ¡oh Poesía! el siglo canta, Y del campo inmortal de las ideas El himno del trabajo se levanta Y dice al porvenir: ¡Bendito seas! »¡La indiferencia con su ceño grave Me relega al silencio y al olvido! Pobre y triste poeta ¡Soy un ave Que al fin se muere sin hallar un nido!» Dijo, y rompió la lira melodiosa Do entonaba sus cantos y querellas... Y al cielo levantó la faz llorosa, ¡Y en el cielo brotaban las estrellas! »Como una clara estrella vi en mi anhelo Sonreír en mi cielo la esperanza. Hoy cubren negras sombras ese cielo, ¡Hoy la luz a mi alma ya no alcanza! »Huyendo el mundo y su incesante ruido, Vengo a esta soledad sombría y honda. Ella por siempre mi último gemido, ¡Mi último canto y mi vergüenza esconda! »Tu muerte ¡oh Poesía! el siglo canta, Y del campo inmortal de las ideas El himno del trabajo se levanta Y dice al porvenir: ¡Bendito seas! »¡La indiferencia con su ceño grave Me relega al silencio y al olvido! Pobre y triste poeta ¡Soy un ave Que al fin se muere sin hallar un nido!» Dijo, y rompió la lira melodiosa Do entonaba sus cantos y querellas... Y al cielo levantó la faz llorosa, ¡Y en el cielo brotaban las estrellas! »Huyendo el mundo y su incesante ruido, Vengo a esta soledad sombría y honda. Ella por siempre mi último gemido, ¡Mi último canto y mi vergüenza esconda! »Tu muerte ¡oh Poesía! el siglo canta, Y del campo inmortal de las ideas El himno del trabajo se levanta Y dice al porvenir: ¡Bendito seas! »¡La indiferencia con su ceño grave Me relega al silencio y al olvido! Pobre y triste poeta ¡Soy un ave Que al fin se muere sin hallar un nido!» Dijo, y rompió la lira melodiosa Do entonaba sus cantos y querellas... Y al cielo levantó la faz llorosa, ¡Y en el cielo brotaban las estrellas! »Tu muerte ¡oh Poesía! el siglo canta, Y del campo inmortal de las ideas El himno del trabajo se levanta Y dice al porvenir: ¡Bendito seas! »¡La indiferencia con su ceño grave Me relega al silencio y al olvido! Pobre y triste poeta ¡Soy un ave Que al fin se muere sin hallar un nido!» Dijo, y rompió la lira melodiosa Do entonaba sus cantos y querellas... Y al cielo levantó la faz llorosa, ¡Y en el cielo brotaban las estrellas! »¡La indiferencia con su ceño grave Me relega al silencio y al olvido! Pobre y triste poeta ¡Soy un ave Que al fin se muere sin hallar un nido!» Dijo, y rompió la lira melodiosa Do entonaba sus cantos y querellas... Y al cielo levantó la faz llorosa, ¡Y en el cielo brotaban las estrellas! Dijo, y rompió la lira melodiosa Do entonaba sus cantos y querellas... Y al cielo levantó la faz llorosa, ¡Y en el cielo brotaban las estrellas!
es
López,Luis_Carlos
<XXI
Satán,_Te_Pido_Un_Alma_Sencilla_Y_Complacida
"Acude, rey infernal" Satán, te pido un alma sencilla y complacida como la tuya. Un alma feliz en su dolor. Tu gozas —Y yo envidio tu alegre carcajada— si un tigre, por ejemplo, se come a un ruiseñor. Mi vida, esta mi vida te ofrece una trastiada!... —Mi vida, flor inútil sin tallo y sin olor, se dobla mustiamente ya casi deshojadas... Y el tedio es un gusano peludo en esa flor. ¡Pensar diez disparates y hacer mil disparates!... Pues tu, Satán, no ignoras que yo perdí el camino, y es triste —aquí en la tierra del coco y del café— vivir como las cosas en los escaparates, para de un aneurisma morir cual mi vecino... ¡Murió sentado es eso que llaman W.C.!
es
Coronado,Carolina
<XXI
Si_Las_Flores_Del_Jardín
Si las flores del jardín mueren, joven, con el día, también las de mi poesía muerte igual tendrán al fin aunque un poco más tardía. De abejas la turba ahora el ramillete florido de mis cantares adora; mas cuando hayan perecido abejas, arpa y cantora, Tras los años destructores, ¿sabes tú si de esas flores que hoy brota mi pensamiento no se habrá llevado el viento hojas, aroma y colores? Más corto o más prolongado a todos ha señalado la suerte en la tierra fin; muere la flor del jardín después que la flor del prado, Y aunque un poco más tardía quiera acercarse la muerte, a la flor de mi poesía también de la misma suerte ha de llegarle su día. Porque otros hombres vendrán y mi libro carcomido por acaso no verán, o de mi ramo querido las flores desdeñarán. Y marchito, deshojado como las flores del prado y las flores del jardín, con ellas quedará al fin mi ramillete enterrado.
es
Molina,Darío_Arístides
XXI
Navidad
Es el tiempo del amor, el tiempo de la nueva luz. Se cumple el día de un niño, que luego fue ese hombre llamado Jesús. Son momentos plenos, en donde cada uno de nosotros es llamado al recogimiento. Es sentir la alegría renacer desde lo más profundo del corazón; es disposición a la reconciliación.
es
Cernuda,Luis
<XXI
Urbano_Y_Dulce_Revuelo
Urbano y dulce revuelo suscitando fresca brisa para sazón de sonrisa que agosta el ardor del suelo; pues si aquel mudo señuelo de caña y papel, pasivo al curvo desmayo estivo, aún queda, brusca delicia, la que abre tu caricia, oh ventilador cautivo.
es
García_Montero,Luis
<XXI
Sí, tú conoces la tarde que se cae por ley de gravedad de quien la mira. Y conoces su luz, devaluada, fría, como un cristal sin ánimo. Oyes que son las siete. Desde la superficie metálica del mundo, todo está envejecido. Porque la tarde cae como una forma de sabiduría, y es también una edad, una balanza fatigada, donde la vida empuja más que el peso de un sueño. Y va la tarde todavía cayendo más aún, más tristemente, con ese desmayado color de las preguntas sin respuesta, que es el color del tiempo, el color de vencidos autobuses cruzando la ciudad. Son como tardes y arrastran viejos su pintura ambigua. Por eso estás de espaldas, mirando hacia el vacío como todos, desventurado, anónimo, en medio de la espera que conduce tus pasos a la noche: y ya no sabes si será la noche una forma difícil de la luz, una interrogación desalojada o simplemente soledad y frío.
es
Domenchina,Juan_José
<XXI
Mujer._Palabra_Rubia
Mujer. Palabra rubia, de miel. Vaso de oro. Persistencia monótona, de lluvia. Silencio puro. Balbucir sonoro. Mármol o bronce. Simulacro. Corporeidad rotunda. Lanza de emoción. Fuego sacro. Cumbre de todos los instintos. Danza. Médula de lo ignoto. Áurea vedija incoercible. Vientre de los nombres. Arca de la eternidad. Hija del Hombre. Madre de los hombres.
es
Othón,Manuel_José
<XXI
Sonetos_Paganos
"Pulcherrima Dea" Del mar de Chipre en la rosada orilla, blonda, a través de transparente bruma, aparece flotando entre la espuma de Citeres la virgen sin mancilla. Es blanca la color de su mejilla como del cisne de Estrimón la pluma, viste el fulgor de la Belleza suma y de las Gracias la expresión sencilla. Extático el Olimpo adora en ella y se siente feliz. De polo a polo un himno Pan enamorado entona. Toca en la playa la gentil doncella, y a su palacio de marfil Apolo la lleva y cine con triunfal corona. A un traductor de Horacio Ya de Gliceris la mirada ardiente, de las blondas pestañas bajo el manto, hizo latir tu corazón, y en tanto probaste el agua en la Castalia fuente. Viste bañarse en la húmeda corriente faunos y ninfas con divino encanto y en el triclinio resonó tu canto, coronada de pámpanos tu frente. Al acre jugo de las vides nuevas en ánfora pagana mezcla ahora sangre de Pan y leche de Afrodita. Verás qué versos en el canto elevas, pues ya en tu flauta rústica y sonora la divina Alma Genitritx palpita.
es
Boer,Miguel_Ángel_De
XXI
Uno_De_Ellos
Uno de ellos agotado dejó de pegarme y se puso a lavar la vajilla (la puta que los parió aquí nunca limpia nadie) Luego acomodó las cosas se secó las manos mirándome con la mirada mirona y continuó apaleándome me / ti / cu / lo / sa / men / te II Me voy a dar una ducha dijo mientras se secaba la frente (tras haberlos torturado salvajemente) porque si hay algo que no soporto es este olor a judío de mierda que se me impregnó en la piel Regresó al rato más fresco y de muy buen humor dios En el preciso instante de infligir el máximo dolor un orgasmo Luego acomodó las cosas se secó las manos mirándome con la mirada mirona y continuó apaleándome me / ti / cu / lo / sa / men / te II Me voy a dar una ducha dijo mientras se secaba la frente (tras haberlos torturado salvajemente) porque si hay algo que no soporto es este olor a judío de mierda que se me impregnó en la piel Regresó al rato más fresco y de muy buen humor dios En el preciso instante de infligir el máximo dolor un orgasmo y continuó apaleándome me / ti / cu / lo / sa / men / te II Me voy a dar una ducha dijo mientras se secaba la frente (tras haberlos torturado salvajemente) porque si hay algo que no soporto es este olor a judío de mierda que se me impregnó en la piel Regresó al rato más fresco y de muy buen humor dios En el preciso instante de infligir el máximo dolor un orgasmo Me voy a dar una ducha dijo mientras se secaba la frente (tras haberlos torturado salvajemente) porque si hay algo que no soporto es este olor a judío de mierda que se me impregnó en la piel Regresó al rato más fresco y de muy buen humor dios En el preciso instante de infligir el máximo dolor un orgasmo mientras se secaba la frente (tras haberlos torturado salvajemente) porque si hay algo que no soporto es este olor a judío de mierda que se me impregnó en la piel Regresó al rato más fresco y de muy buen humor dios En el preciso instante de infligir el máximo dolor un orgasmo porque si hay algo que no soporto es este olor a judío de mierda que se me impregnó en la piel Regresó al rato más fresco y de muy buen humor dios En el preciso instante de infligir el máximo dolor un orgasmo Regresó al rato más fresco y de muy buen humor dios En el preciso instante de infligir el máximo dolor un orgasmo dios En el preciso instante de infligir el máximo dolor un orgasmo En el preciso instante de infligir el máximo dolor un orgasmo un orgasmo
es
López_Pozo,Marco_Antonio
XXI
Ya_No_Queda_Nada
Ya no queda nada, solo el murmullo de la noche y el adiós de tus labios enrojecidos de la muerte, solo tus ojos claros en busca de mi alma. Ya no queda nada solo tú, sola y triste nuevamente pero hoy con deseo de soledad, sé que me olvidarás, y sé que ya no besarás, porque hasta el cielo oscurece y hasta la flor se marchita, ya no queda nada Mi Amor. Ya llevan la caja Mi Amor, y ya no queda nada solo las almas, solo los llantos pero después pasarán, y seguirán el rumbo de nuestro amor y el rumbo que no tomamos los dos. Ya no queda nada Mi Amor. El sepelio se alarga y parece no terminar, parece como si nos hubiesen cortado las manos y cercenado los pies, es largo el camino a recorrer. Ya no queda nada Mi Amor. Como si nos hubiesen colocado frente al Amor no dejamos llevar por su presencia y nos encantó con sus ojos de verdad pero no sabemos luchar, y aunque ya no queda nada, solo Tú y Yo, jamás podremos vencer. Siento que la luna me dice lo fui, y ahora me doy cuenta que la luna era el Amor y siempre lo será, ya no queda nada, y hasta la luna se ha ido y semejante a la noche nos muestra la verdad. Ya no queda nada Mi Amor. Ya entra en el sepulcro la caja que lleva mi cuerpo, respira hondo que éste es el último TE AMO, y ya no podré volver a ver tus ojos, ya no podré volver a besar tus labios, ni aun sentir el calor de tus abrazos. Pero antes una pregunta. ¿Por qué te negaste el amor y me lo negaste a mí, si sabías que TE AMO y que nada será igual sin ti, ahora lo entiendes? ¿Ahora entiendes que ya no podré estar contigo? TE AMO BONITA. Ahora ya es tarde ya jamás volveré a ser feliz. Ya no queda nada, solo el murmullo de la noche y el adiós de tus labios enrojecidos de la muerte, solo tus ojos claros en busca de mi alma. Ya no queda nada solo tú, sola y triste nuevamente pero hoy con deseo de soledad, sé que me olvidarás, y sé que ya no besarás, porque hasta el cielo oscurece y hasta la flor se marchita, ya no queda nada Mi Amor. Ya llevan la caja Mi Amor, y ya no queda nada solo las almas, solo los llantos pero después pasarán, y seguirán el rumbo de nuestro amor y el rumbo que no tomamos los dos. Ya no queda nada Mi Amor. El sepelio se alarga y parece no terminar, parece como si nos hubiesen cortado las manos y cercenado los pies, es largo el camino a recorrer. Ya no queda nada Mi Amor. Como si nos hubiesen colocado frente al Amor no dejamos llevar por su presencia y nos encantó con sus ojos de verdad pero no sabemos luchar, y aunque ya no queda nada, solo Tú y Yo, jamás podremos vencer. Siento que la luna me dice lo fui, y ahora me doy cuenta que la luna era el Amor y siempre lo será, ya no queda nada, y hasta la luna se ha ido y semejante a la noche nos muestra la verdad. Ya no queda nada Mi Amor. Ya entra en el sepulcro la caja que lleva mi cuerpo, respira hondo que éste es el último TE AMO, y ya no podré volver a ver tus ojos, ya no podré volver a besar tus labios, ni aun sentir el calor de tus abrazos. Pero antes una pregunta. ¿Por qué te negaste el amor y me lo negaste a mí, si sabías que TE AMO y que nada será igual sin ti, ahora lo entiendes? ¿Ahora entiendes que ya no podré estar contigo? TE AMO BONITA. Ahora ya es tarde ya jamás volveré a ser feliz. Ya no queda nada solo tú, sola y triste nuevamente pero hoy con deseo de soledad, sé que me olvidarás, y sé que ya no besarás, porque hasta el cielo oscurece y hasta la flor se marchita, ya no queda nada Mi Amor. Ya llevan la caja Mi Amor, y ya no queda nada solo las almas, solo los llantos pero después pasarán, y seguirán el rumbo de nuestro amor y el rumbo que no tomamos los dos. Ya no queda nada Mi Amor. El sepelio se alarga y parece no terminar, parece como si nos hubiesen cortado las manos y cercenado los pies, es largo el camino a recorrer. Ya no queda nada Mi Amor. Como si nos hubiesen colocado frente al Amor no dejamos llevar por su presencia y nos encantó con sus ojos de verdad pero no sabemos luchar, y aunque ya no queda nada, solo Tú y Yo, jamás podremos vencer. Siento que la luna me dice lo fui, y ahora me doy cuenta que la luna era el Amor y siempre lo será, ya no queda nada, y hasta la luna se ha ido y semejante a la noche nos muestra la verdad. Ya no queda nada Mi Amor. Ya entra en el sepulcro la caja que lleva mi cuerpo, respira hondo que éste es el último TE AMO, y ya no podré volver a ver tus ojos, ya no podré volver a besar tus labios, ni aun sentir el calor de tus abrazos. Pero antes una pregunta. ¿Por qué te negaste el amor y me lo negaste a mí, si sabías que TE AMO y que nada será igual sin ti, ahora lo entiendes? ¿Ahora entiendes que ya no podré estar contigo? TE AMO BONITA. Ahora ya es tarde ya jamás volveré a ser feliz. Ya llevan la caja Mi Amor, y ya no queda nada solo las almas, solo los llantos pero después pasarán, y seguirán el rumbo de nuestro amor y el rumbo que no tomamos los dos. Ya no queda nada Mi Amor. El sepelio se alarga y parece no terminar, parece como si nos hubiesen cortado las manos y cercenado los pies, es largo el camino a recorrer. Ya no queda nada Mi Amor. Como si nos hubiesen colocado frente al Amor no dejamos llevar por su presencia y nos encantó con sus ojos de verdad pero no sabemos luchar, y aunque ya no queda nada, solo Tú y Yo, jamás podremos vencer. Siento que la luna me dice lo fui, y ahora me doy cuenta que la luna era el Amor y siempre lo será, ya no queda nada, y hasta la luna se ha ido y semejante a la noche nos muestra la verdad. Ya no queda nada Mi Amor. Ya entra en el sepulcro la caja que lleva mi cuerpo, respira hondo que éste es el último TE AMO, y ya no podré volver a ver tus ojos, ya no podré volver a besar tus labios, ni aun sentir el calor de tus abrazos. Pero antes una pregunta. ¿Por qué te negaste el amor y me lo negaste a mí, si sabías que TE AMO y que nada será igual sin ti, ahora lo entiendes? ¿Ahora entiendes que ya no podré estar contigo? TE AMO BONITA. Ahora ya es tarde ya jamás volveré a ser feliz. El sepelio se alarga y parece no terminar, parece como si nos hubiesen cortado las manos y cercenado los pies, es largo el camino a recorrer. Ya no queda nada Mi Amor. Como si nos hubiesen colocado frente al Amor no dejamos llevar por su presencia y nos encantó con sus ojos de verdad pero no sabemos luchar, y aunque ya no queda nada, solo Tú y Yo, jamás podremos vencer. Siento que la luna me dice lo fui, y ahora me doy cuenta que la luna era el Amor y siempre lo será, ya no queda nada, y hasta la luna se ha ido y semejante a la noche nos muestra la verdad. Ya no queda nada Mi Amor. Ya entra en el sepulcro la caja que lleva mi cuerpo, respira hondo que éste es el último TE AMO, y ya no podré volver a ver tus ojos, ya no podré volver a besar tus labios, ni aun sentir el calor de tus abrazos. Pero antes una pregunta. ¿Por qué te negaste el amor y me lo negaste a mí, si sabías que TE AMO y que nada será igual sin ti, ahora lo entiendes? ¿Ahora entiendes que ya no podré estar contigo? TE AMO BONITA. Ahora ya es tarde ya jamás volveré a ser feliz. Como si nos hubiesen colocado frente al Amor no dejamos llevar por su presencia y nos encantó con sus ojos de verdad pero no sabemos luchar, y aunque ya no queda nada, solo Tú y Yo, jamás podremos vencer. Siento que la luna me dice lo fui, y ahora me doy cuenta que la luna era el Amor y siempre lo será, ya no queda nada, y hasta la luna se ha ido y semejante a la noche nos muestra la verdad. Ya no queda nada Mi Amor. Ya entra en el sepulcro la caja que lleva mi cuerpo, respira hondo que éste es el último TE AMO, y ya no podré volver a ver tus ojos, ya no podré volver a besar tus labios, ni aun sentir el calor de tus abrazos. Pero antes una pregunta. ¿Por qué te negaste el amor y me lo negaste a mí, si sabías que TE AMO y que nada será igual sin ti, ahora lo entiendes? ¿Ahora entiendes que ya no podré estar contigo? TE AMO BONITA. Ahora ya es tarde ya jamás volveré a ser feliz. Siento que la luna me dice lo fui, y ahora me doy cuenta que la luna era el Amor y siempre lo será, ya no queda nada, y hasta la luna se ha ido y semejante a la noche nos muestra la verdad. Ya no queda nada Mi Amor. Ya entra en el sepulcro la caja que lleva mi cuerpo, respira hondo que éste es el último TE AMO, y ya no podré volver a ver tus ojos, ya no podré volver a besar tus labios, ni aun sentir el calor de tus abrazos. Pero antes una pregunta. ¿Por qué te negaste el amor y me lo negaste a mí, si sabías que TE AMO y que nada será igual sin ti, ahora lo entiendes? ¿Ahora entiendes que ya no podré estar contigo? TE AMO BONITA. Ahora ya es tarde ya jamás volveré a ser feliz. Ya entra en el sepulcro la caja que lleva mi cuerpo, respira hondo que éste es el último TE AMO, y ya no podré volver a ver tus ojos, ya no podré volver a besar tus labios, ni aun sentir el calor de tus abrazos. Pero antes una pregunta. ¿Por qué te negaste el amor y me lo negaste a mí, si sabías que TE AMO y que nada será igual sin ti, ahora lo entiendes? ¿Ahora entiendes que ya no podré estar contigo? TE AMO BONITA. Ahora ya es tarde ya jamás volveré a ser feliz. Pero antes una pregunta. ¿Por qué te negaste el amor y me lo negaste a mí, si sabías que TE AMO y que nada será igual sin ti, ahora lo entiendes? ¿Ahora entiendes que ya no podré estar contigo? TE AMO BONITA. Ahora ya es tarde ya jamás volveré a ser feliz. ¿Ahora entiendes que ya no podré estar contigo? TE AMO BONITA. Ahora ya es tarde ya jamás volveré a ser feliz. Ahora ya es tarde ya jamás volveré a ser feliz.
es
Iriarte,Tomás_de
<XXI
El_Galán_Y_La_Dama
Cierto galán a quien París aclama, petimetre del gusto más extraño, que cuarenta vestidos muda al año y el oro y plata sin temor derrama, celebrando los días de su dama, unas hebillas estrenó de estaño, sólo para probar con este engaño lo seguro que estaba de su fama. «¡Bella plata! ¡Qué brillo tan hermoso!», dijo la dama, «¡viva el gusto y numen del petimetre en todo primoroso!» Y ahora digo yo: «Llene un volumen de disparates un autor famoso, y si no le alabaren, que me emplumen». Cuando un autor ha llegado a ser famoso, todo se le aplaude. celebrando los días de su dama, unas hebillas estrenó de estaño, sólo para probar con este engaño lo seguro que estaba de su fama. «¡Bella plata! ¡Qué brillo tan hermoso!», dijo la dama, «¡viva el gusto y numen del petimetre en todo primoroso!» Y ahora digo yo: «Llene un volumen de disparates un autor famoso, y si no le alabaren, que me emplumen». Cuando un autor ha llegado a ser famoso, todo se le aplaude. «¡Bella plata! ¡Qué brillo tan hermoso!», dijo la dama, «¡viva el gusto y numen del petimetre en todo primoroso!» Y ahora digo yo: «Llene un volumen de disparates un autor famoso, y si no le alabaren, que me emplumen». Cuando un autor ha llegado a ser famoso, todo se le aplaude. Y ahora digo yo: «Llene un volumen de disparates un autor famoso, y si no le alabaren, que me emplumen».
es
Lumbela,Amado
XXI
Pasarás_Mi_Existencia_Y_Serás_Respiro_De_Las_Razas
Pasarás mi existencia y serás respiro de las razas, cuando llegué ya estabas llenando el horizonte, sencillo e imponente elevas tus crestas en la esfera vestido en verde paz serena y mansa. Siento tu crepitar cuando tu voz me alcanza sentado en el refugio amplio que derramas en subterráneo diseño a tus raíces y al extendido abrazo de tus ramas. La tierra entera llora tu muerte concertada, impávido aparente soportas la mano que te tala, tu especie protectora se mengua con las ansias del humano comercio en tu piel y tus entrañas. Has sido por los siglos paisaje que acompaña, abrigo de leyendas, el fruto que saciaba, calor de los hogares, navíos de batallas, sabios y lerdos se nutren de tu savia. Tu telúrica esencia bulle y calla y aguarda, y yo me esfuerzo por verte erguido de esperanza.
es
Burgos,Julia_de
<XXI
Poema_Para_Mi_Muerte
Morir conmigo misma, abandonada y sola, en la más densa roca de una isla desierta. En el instante un ansia suprema de claveles, y en el paisaje un trágico horizonte de piedra. Mis ojos todos llenos de sepulcros de astro, y mi pasión, tendida, agotada, dispersa. Mis dedos como niños, viendo perder la nube y mi razón poblada de sábanas inmensas. Mis pálidos afectos retornando al silencio —¡hasta el amor, hermano derretido en mi senda!— Mi nombre destorciéndose, amarillo en las ramas, y mis manos, crispándose para darme a las yerbas. Incorporarme el último, el integral minuto, y ofrecerme a los campos con limpieza de estrella doblar luego la hoja de mi carne sencilla, y bajar sin sonrisa, ni testigo a la inercia. Que nadie me profane la muerte con sollozos, ni me arropen por siempre con inocente tierra; que en el libre momento me dejen libremente disponer de la única libertad del planeta. ¡Con qué fiera alegría comenzarán mis huesos a buscar ventanitas por la carne morena y yo, dándome, dándome, feroz y libremente a la intemperie y sola rompiéndome cadenas! ¿Quién podrá detenerme con ensueños inútiles cuando mi alma comience a cumplir su tarea, haciendo de mis sueños un amasijo fértil para el frágil gusano que tocará a mi puerta? Cada vez más pequeña mi pequeñez rendida, cada instante más grande y más simple la entrega; mi pecho quizás ruede a iniciar un capullo, acaso irán mis labios a nutrir azucenas. ¿Cómo habré de llamarme cuando sólo me quede recordarme, en la roca de una isla desierta? Un clavel interpuesto entre el viento y mi sombra, hijo mío y de la muerte, me llamarán poeta.
es
Gómez_García,Elías_F.
XXI
Por_Favor,_No_Me_Crean_Un_Vate_Delicado
Por favor, no me crean un vate delicado que moja en agua de colonia su pluma: yo soy un Jack the Ripper que tiró por la vía de la escritura para hurtarle la garganta a la horca y a la culpa, que es peor que la horca: pero que sueña siempre con escalpelos y con bisturíes, con prostitutas y con callejones, y con niebla y faroles amarillos, y con sangre humeante, y cabelleras rojas de cadáveres hembra, y con estar perdido para siempre: Ése soy yo, qué le vamos a hacer, y no quiero mentirles aunque sea Jack the Ripper: Intentaré salvarme por sincero, ya que me condené por asesino.
es
Pombo,Rafael
<XXI
La_Flecha
«¡Aves! ¡nubes! ¡mis émulas! ¡Huéspedes de los aires! ¡Heme aquí, ya subí, ya el cielo es mío!» Dijo liviana flecha al encumbrarse. —Sí, repuso el cernícalo Con retintín picante, Mas tú, ¡oh emperatriz! subes por otro; Y por tí misma de redondo caes.
es
Bretón_de_los_Herreros,Manuel
<XXI
Salud,_Ínclito_Leandro
Salud, ínclito Leandro, Tú que en más de una victoria Eclipsaste la memoria De Terencio y de Menandro: Tú que, como en claro espejo, Mostraste en discreto drama Cuán absurda es la amalgama De una niña con un viejo; Que, mientras del mar en pos Corran las aguas del Ebro, Sonará mal un requiebro Con obligado de tos: Tú que del soñado solio A una sandia derribaste, Puesta en difícil contraste Con un pillastre de a folio: Tú que donoso retratas Los contornos y perfiles De los hidalgos cerriles Y las mozas mojigatas: Tú que los patrios telones Librando del férreo yugo, Fuiste implacable verdugo De poetastros ramplones; Y a la pública vindicta Denunciaste como sabio, El Sí que deshonra al labio Cuando el alma no lo dicta. ¡Oh si tornases ahora Pulsando tu acorde lira A la patria que te admira, Y a la escena que te llora! ¡Cuán otro el mundo hallarías Que dejaste! ¡Virgen santa! ¡Cuánta peripecia, cuánta De aquellos a nuestros días! No ya en su jovial hechizo, No ya en su gracia venusta, Núbil zagala se asusta De la tos y el romadizo, Si en coche y circo y bureo, Al margen de un sustituto, Muestra dorada por Pluto La cadena de Himeneo; Que, aunque sin altar ni coro, Ni monaguillo que estorbe, Hoy como nunca en el orbe Se adora al Becerro de oro; Y al oír tantos cencerros, Es opinión general, Que mientras haya metal No nos faltarán becerros. A pocas conozco yo, De genio tan dulce y manso, Que hablen por boca de ganso, Cuando dicen sí o no. Y no es que alguna no mienta Si le aprovecha el engaño; Pero la que miente hogaño Miente de su riesgo y cuenta. ¿Cuál de ellas mejor será; La moza que se emancipa, O la que no habla ni jipa Sin licencia de mamá? No lo sé: si nacen bellas Amarlas a todas juro; Mas lo cierto y lo seguro Es que éstas no son aquéllas. Pero la tímida corza Que cifraba su fortuna En un acerico y una Santa Gertrudis de alcorza; Y esotra que un rigodón Prefiere a una letanía, Y un buen chal a sor María De la transverberación; La antigua como la nueva Suspiran por un galán: Todas son hijas de Adán; Todos somos hijos de Eva. Si crecida fue la suma De los vicios que en Iberia Dieron tan amplia materia A tu bien tajada pluma, No es hoy sucinto el catálogo De seres empedernidos Que infringen los consabidos Mandamientos del Decálogo. Mala fue la hipocresía Con su ayuno y su trisagio; Mas, ¡ay! peor es el agio, Peor es la homeopatía. Malo era que echasen tacos Por comediones mestizos Polacos contra chorizos, Chorizos contra polacos. Mas ¿quién hallará guarismo Para contar las facciones Que a la Patria hacen girones En nombre del patriotismo? ¡Oh! Rompe la dura losa Donde inanimado y frío, ¡Ay! cabe extranjero río Tu cuerpo, INARCO, reposa. Vuelve, que a mi parvedad No es dado seguir tu huella: Ni ¿quién te imita en aquella Difícil facilidad? Sí, vicios hay en que ejerzas Tu sazonada censura; Vicios de tal estatura, Que piden todas tus fuerzas. ¡Qué estragos! ¡Qué cataclismos!... Mas no se ha variado todo. Pecamos ya de otro modo, Mas los pecados... ¡los mismos! Puedo nombrarte en el acto Un solemne trapalón Que, aunque parece barón, Es el de Illescas, exacto. Y hallarás si te conviene Más de un Bartolo Esculapio, Y aun vive aquel don Serapio, Y aun no ha muerto doña Irene. Mas si hiciera el parangón De unos y otros pecadores, Hasta el viernes de Dolores Duraría esta función. Baste para tu gobierno Saber que, francos de porte, Hay genios en esta Corte Para poblar el infierno; Que si quisieres pedantes, Sin buscarlos como Diógenes, No te faltarán Hermógenes Tan necios como los de antes; Y aunque hay algunas estrellas Que dan luz y honra a la plaza, Aún pulula aquí la raza De Zavalas y Comellas.
es
Darío,Rubén
<XXI
Voy_A_Confiarte,_Amada
Voy a confiarte, amada, uno de los secretos que más me martirizan. Es el caso que a las veces mi ceño tiene en un punto un mismo de cólera y esplín los fruncimientos. O callo como un mudo, o charlo como un necio, suplicando el discurso de burlas, carcajadas y dicterios. ¿Que me miran? Agravio. ¿Me han hablado? Zahiero. Medio loco de atar, medio sonámbulo, con mi poco de cuerdo. ¡Cómo bailan, en ronda y remolino, por las cuatro paredes del cerebro repicando a compás sus consonantes, mil endiablados versos que imitan, en sus cláusulas y ritmos, las músicas macabras de los muertos! ¡Y cómo se atropellan, para saltar a un tiempo, las estrofas sombrías, de vocablos sangrientos que me suele enseñar la musa pálida, la triste musa de los días negros! Yo soy así. ¡Qué se hace! ¡Boberías de soñador neurótico y enfermo! ¿Quieres saber acaso la causa del misterio? Una estatua de carne me envenenó la vida con sus besos. Y tenía tus labios, lindos, rojos y tenía tus ojos, grandes, bellos...
es
Horna,José_María_de
XXI
Te_Erigiré_Un_Monumento
Te erigiré un monumento en alas de Fantasía, te cantará mi poesía de amor un dulce lamento. Será tuyo mi contento, tu sonrisa será mía, haré que se pare el día en un eterno momento. Dos almas, por siempre unidas, hará mi ilusión que sean, confundiendo nuestras vidas. Y tú, que al amor convidas, por que mis ojos no vean, crearás la ilusión mentida.
es
Fuertes,Gloria
<XXI
De_Muy_Pequeña_Una_Vez_Al_Año
De muy pequeña una vez al año disfrutaba del mes —del mes de Mayo era en la Iglesia de los Salesianos del paseo de Ronda. ¡Qué espectáculo! Treinta monaguillos de mi edad, vestidos con capitas de raso y con dobladillo de piel blanca como el Papa, decían versos a María y cantaban. ¡Qué juerga litúrgica la que yo disfrutaba!
es
Llorente_Benito,Luis
XXI
Primavera_Del_Sentido
El silencio de esta tarde anuncia un amor que vive más allá del tiempo y que ahora existe en mi imaginación. Vive en el tiempo sin el tiempo, y destruye lo que no existe. Construye muros de hielo en el desierto del olvido, inunda de muerte la voz instalada en los sentidos ante el canto de los pájaros. Sólo esa música, oculta en los sentidos, engendra ese amor que late en el silencio; sólo allí se manifiesta lo que no existe. Y el pasadizo de la desmemoria (espejos rotos que reflejan la muerte) está oscuro, muy oscuro: no hay luz. Allí el silencio es un fantasma sobre la ceniza del recuerdo, allí el tiempo es un corazón invisible, como el reloj del frío. Y tus manos me hablan de la muerte, y tus ojos sangran a la luz de la tarde: despedida, desmemoria como los olvidos de un poema, las creaciones de lo no escrito. Y dibujas tus pasos: tus huellas permanecen. Desentierras los sentidos de la primavera, la primavera del sentido, la sinrazón de la materia. Flotan pensamientos en el lago de las preguntas olvidadas, y yacen respuestas que no llegaron a ser, que no tuvieron principio, que no vieron la luz, el instante preciso. Y la primavera nos muestra su tristeza: el silencio de esta tarde, el canto de los vencejos (silencio y no silencio) son ahora los ángeles del tiempo. Estalla un beso en la canción sumergida del amor. Abre los ojos el muerto bajo el agua. Primavera es amor: el hechizo de los amaneceres, de las tardes y de las noches, el amor que se pierde después de la esperanza, la luz del ser, los sentidos del poeta. Primavera es amor y desamor. Amor y desamor que al mismo tiempo laten, que se confunden en el cielo de la nada. Crepúsculos de amor, noches de esperanza. Corazones rotos, venas estranguladas. Gritos en el bosque de la muerte. El silencio de esta tarde, el insomnio de las palabras desnudas y las imágenes del tiempo son amores deshojados. Pesan las gotas del dolor en el bosque de los sueños, en el desierto de la vida, en el mar del tiempo. Arden las telarañas en el laboratorio de los poemas, se iluminan las palabras en el ritual de la memoria. Tiembla lo inmóvil. Se desmorona el sentir sereno: ojos abrasados por la melancolía. Retornan pasadas existencias: la memoria de tu cuerpo endurecido como un naufragio en el mar del tiempo. Esta es la primavera de la vida: luz que envuelves todo, amor que arrancas la música de los labios y cubres de tristeza las nubes de mi sueño. Sueño de voces muertas, tiempo de amor inseguro. Sueño real hacia la noche, allá donde se funden la poesía y la plenitud de la vida.
es
Pardo_García,Germán
<XXI
¡Ser_Pescador_Mi_Triunfo_Hubiera_Sido!
¡Ser pescador mi triunfo hubiera sido! ¡Flotar cual semidiós blanco y nervudo, en un mar antepuesto como escudo al Enigma del Mar Desconocido! ¡Navegar encarándome al podrido banco de conchas y romper el nudo de la niebla en las fauces del grasudo león de espumas y aguasal vestido! ¡Galáctica la tez y hombros paganos! ¡Aspas de calamar en vez de manos! ¡Vigía mayor de incandescendente plata! ¡Y enardecer al combustible cielo, mostrándole en la punta de mi anzuelo un escualo de súbita escarlata!
es
Juarroz,Roberto
<XXI
Sexta_Poesía_Vertical._Número_88
Hay corazones sin dueño, que no tuvieron nunca la oportunidad de regir como un péndulo casi atroz el laborioso espasmo de la carne. Hay corazones de repuesto, que esperan sabiamente o por quién sabe qué mandato el momento de asumir su locura. Hay corazones sobrantes, que se descuelgan como puños de contrabando desde la permanente anomalía de ser un corazón. Y hay también un corazón perdido, una campana de silencio, que nadie sin embargo ha encontrado entre todas las cosas perdidas de la tierra. Pero todo corazón es un testigo y una segura prueba de que la vida es una escala inadecuada para trazar el mapa de la vida.
es
García_Cabrera,Pedro
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Gitano_Ardiendo_En_Su_Ley
En la celda más oscura destaca el gitano enfermo. Toda la noche pasada la ha rebasado pidiendo entrañas de grajo blanco, miel de flores de romero y un trébol de cinco hojas que ocultaba en el chambergo. Gitano de buena ley, gitano mondo y derecho, que le robaría al alba su diadema de luceros. En su manta de colores moldeaba un camafeo. Sonaba a bronce su rostro y su perfil aguileño. Y tenía en la mirada un negro polo magnético que atraía con sus luces las pestañas de lo ajeno. La guerra fue para él una zambra de embeleso: ¡tres años sin que la Guardia Civil charolara el pueblo! Los cortijos y majadas todos los días lo vieron, en un caballo arrogante, cortar las crines del viento. Caballo que persiguiera en otros tejanos tiempos, la ralea de los suyos por trochas y vericuetos. Cuán dulce clavar la espuela en los ijares soberbios que hacían volar tricornios tras de un ayer de jamelgos. Qué emoción la de empuñar aquellas bridas de cuero con una G y una C graznando y casi gimiendo. Era majo y receloso como un picacho en deshielo. Por una moza de sangre se jugaría el pellejo. Pero que no le mentasen el derramar de un tintero ni la herradura de un martes ni el músculo de un culebro. Se cansaría su faca de herir a diestro y siniestro. El corazón de los trigos, la Biblia y el Evangelio. En la celda más sombría sigue el gitanillo enfermo con los ojos escalfados de flores de invernadero. Y está volviendo a pedir miel de flores de romero, entrañas de grajo blanco y las alas de un murciélago. Con estos tres ingredientes y un conjuro de hechicero dicho tres veces seguidas quedaría sano y bueno. Pero con una excepción: que el trece no salga al ruedo. G C
es
Rubio,Ricardo
XXI
Ves_Que_La_Noche_Esparce_Sus_Carbones
Ves que la noche esparce sus carbones y sientes la piel de un roce en los recuerdos. Imaginas los dedos revisando ebrios la negrura y en la insensatez del alma tu esperanza estalla. La boca y los ojos se unen en la soledad que siempre es una ahondando el sabor que acuna la tristeza. Brillan atónitas las uñas y el dolor no se desdice. Sólo tiempo en el tiempo, diminutas huellas que se hunden para siempre entre los meses; arcano temor: destino de tren antiguo derramando un largo grito por el aire.
es
Cabral,Manuel_del
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Todo_Lo_Encuentro,_Pero_No_En_Su_Sitio
Todo lo encuentro, pero no en su sitio. Veo allí unos objetos que me hacen recordar mi penoso camino; los toco, los siento como pegados a mis preguntas, son los de siempre, pero al contacto de mis manos toman otra estatura; tienen la edad que tienen mis cosas físicas pero si de repente le cae a la yerba rocío, pero si de súbito cae un poco del día en la fresca herida, los pequeños objetos toman de pronto edades increíbles: ellos mismos se toman el derecho a la voz, se levantan como un día con anchura de madre. Porque también es madre la tiniebla de donde sale un poco la historia de la sangre.
es
Castellanos,Rosario
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Valium_10
A veces (y no trates de restarle importancia diciendo que no ocurre con frecuencia se te quiebra la vara con que mides se te extravía la brújula y ya no entiendes nada El día se convierte en una sucesión de hechos incoherentes, de funciones que vas desempeñando por inercia y por hábito. Y lo vives. Y dictas el oficio a quienes corresponde. Y das la clase lo mismo a los alumnos inscritos que al oyente. Y en la noche redactas el texto que la imprenta devorará mañana. Y vigilas (oh, sólo por encima) la marcha de la casa, la perfecta coordinación de múltiples programas —porque el hijo mayor ya viste de etiqueta para ir de chambelán a un baile de quince años y el menor quiere ser futbolista y el de en medio tiene un póster del Che junto a su tocadiscos—. Y repasas las cuentas del gasto y reflexionas, junto a la cocinera, sobre el costo de la vida y el ars magna combinatoria del que surge el menú posible y cotidiano. Y aún tienes voluntad para desmaquillarte y ponerte la crema nutritiva y aún leer algunas líneas antes de consumir la lámpara. Y ya en la oscuridad, en el umbral del sueño, echas de menos lo que se ha perdido: el diamante de más precio, la carta de marear, el libro con cien preguntas básicas (y sus correspondientes respuestas) para un diálogo elemental siquiera con la Esfinge. Y tienes la penosa sensación de que en el crucigrama se deslizó una errata Que lo hace irresoluble. Y deletreas el nombre del Caos. Y no puedes dormir si no destapas el frasco de pastillas y si no tragas una en la que se condensa, químicamente pura, la ordenación del mundo.
es
Álvarez_Quintero,Hermanos
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Dolor_De_Dolores
Dime, «¿por qué es ese llanto?» «Por una ilusión perdida, por una reciente herida, por un nuevo desencanto...» «Pues no llores más... y olvida» «¿Por qué lloras, flor de flores?» «Por que él era dueño mío, el que me hablaba de amores, me hiere con desvío...» «Pues olvídalo... y no llores». «¿Por qué sollozas ahora?» «¡Ay! Ya no alumbra la aurora ni dará flores mi huerto... Lloro por mi niño muerto...» «Pues, no lo olvides... y llora».
es
Altolaguirre,Manuel
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Quiero_Subir_A_La_Playa
Quiero subir a la playa blanca donde el oleaje verde de un mar ignorado salpica el manto de Dios, a ese paisaje infinito, altísimo, iluminado. No estarme bajo este techo agustioso de la vida, de la muerte, del cansancio, por no morir ni nacer a las promesas alegres. Quiero nacer de esta madre que es la tierra, el mundo alto donde los muertos nacieron.
es
Blanco,Andrés_Eloy
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Vamos_A_Embarcar,_Amigos
Vamos a embarcar, amigos, para el viaje de la gota de agua. Es una gota, apenas, como el ojo de un pájaro. Para nosotros no es sino un punto, una semilla de luz, una semilla da agua, la mitad de lágrima de una sonrisa, pero le cabe el cielo y sería el naufragio de una hormiga. Vamos a seguir, amigos, la órbita de la gota de agua: De la cresta de un ola salta, con el vapor de la mañana; sube a la costa de una nube insular en el cielo, blanca, como una playa; viaja hacia el Occidente, llueve en el pico de una montaña, abrillanta las hojas, esmalta los retoños, rueda en una quebrada, se sazona en el jugo de las frutas caídas, brinca en las cataratas, desemboca en el Río, va corriendo hacia el Este, corta en dos la sabana, hace piruetas en los remolinos y en los anchos remansos se dilata como la pupila de un gato, sigue hacia el Este en la marea baja, llega al mar, a la cresta de su ola y hemos llegado, amigos... Volveremos mañana.
es
Machado,Antonio
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En_Mi_Soledad
En mi soledad he visto cosas muy claras, que no son verdad.
es
Acuña,Manuel
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¡Sin_Lágrimas,_Sin_Quejas
¡Sin lágrimas, sin quejas, sin decirlas adiós, sin un sollozo! Cumplamos hasta lo último... la suerte nos trajo aquí con el objeto mismo, los dos venimos a enterrar el alma bajo la losa del escepticismo. Sin lágrimas... las lágrimas no pueden devolver a un cadáver la existencia; que caigan nuestras flores y que rueden, pero al rodar, siquiera que nos queden seca la vista y firme la conciencia. ¡Ya lo ves! para tu alma y para mi alma los espacios y el mundo están desiertos... los dos hemos concluido, y de tristeza y aflicción cubiertos, ya no somos al fin sino dos muertos que buscan la mortaja del olvido. Niños y soñadores cuando apenas de dejar acabábamos la cuna, y nuestras vidas al dolor ajenas se deslizaban dulces y serenas como el ala de un cisne en la laguna, cuando la aurora del primer cariño aún no asomaba a recoger el velo que la ignorancia virginal del niño extiende entre sus párpados y el cielo, tu alma como la mía, en su reloj adelantando la hora y en sus tinieblas encendiendo el día, vieron un panorama que se abría bajo el beso y la luz de aquella aurora; y sintiendo al mirar ese paisaje las alas de un esfuerzo soberano, temprano las abrimos, y temprano nos trajeron al término del viaje. Le dimos a la tierra los tintes del amor y de la rosa; a nuestro huerto nidos y cantares, a nuestro cielo pájaros y estrellas; agotamos las flores del camino para formar con ellas una corona al ángel del destino... y hoy en medio del triste desacuerdo de tanta flor agonizante o muerta, ya sólo se alza pálida y desierta la flor envenenada del recuerdo. Del libro de la vida la que escribimos hoy es la última hoja... cerrémoslo en seguida, y en el sepulcro de la fe perdida enterremos también nuestra congoja. Y ya que el cielo nos concede que este de nuestros males el postrero sea, para que el alma a descansar se apreste, aunque la última lágrima nos cueste, cumplamos hasta el fin con la tarea. Y después cuando al ángel del olvido hayamos entregado estas cenizas que guardan el recuerdo adolorido de tantas ilusiones hechas trizas y de tanto placer desvanecido, dejemos los espacios y volvamos a la tranquila vida de la tierra, ya que la noche del dolor temprana se avanza hasta nosotros y nos cierra los dulces horizontes del mañana. Dejemos los espacios, o si quieres que hagamos, ensayando nuestro aliento, un nuevo viaje a esa región bendita cuyo sólo recuerdo resucita al cadáver del alma al sentimiento, lancémonos entonces a ese mundo en donde todo es sombras y vacío, hagamos una luna del recuerdo si el sol de nuestro amor está ya frío; volemos, si tú quieres, al fondo de esas mágicas regiones, y fingiendo esperanzas e ilusiones, rompamos el sepulcro, y levantando nuestro atrevido y poderoso vuelo, formaremos un cielo entre las sombras, y seremos los duendes de ese cielo.
es
Pellicer,Carlos
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Hoy_Hace_Un_Año,_Junio,_Que_Nos_Viste
Hoy hace un año, Junio, que nos viste, desconocidos, juntos, un instante. Llévame a ese momento de diamante que tú en un año has vuelto perla triste. Álzame hasta la nube que ya existe, líbrame de las nubes, adelante. Haz que la nube sea el buen instante que hoy cumple un año, Junio, que me diste. Yo pasaré la noche junto al cielo para escoger la nube, la primera nube que salga del sueño, del cielo, del mar, del pensamiento, de la hora, de la única hora que me espera. ¡Nube de mis palabras, protectora!
es
Flórez,Julio
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¿Qué_Es_La_Luna_Menguante?_La_Herradura
—¿Qué es la luna menguante? —Es la herradura hecha de plata y oro que en sus vuelos dejó caer en la estrellada altura el crinoso corcel de la negrura al recorrer el circo de los cielos. —¿Qué es un aerolito? —No es más que la pedrada luminosa que en la noche enlutada y silenciosa tira Dios y atraviesa el infinito.
es
Machado,Antonio
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En_El_Viejo_Caserío
En el viejo caserío —¡oh anchas torres con cigüeñas!— enmudece el son gregario, y en el campo solitario suena el agua entre las peñas.
es
Pombo,Rafael
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Os_Debo_Un_Excelente_Sinapismo
Os debo un excelente sinapismo Que de la tos me mitigó la pena Y que fue imagen vuestra al tiempo mismo, Pues siendo tan picante sois tan buena.
es
Heredia,José_María
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Es_Ella,_Sí:_La_Venerada_Frente
Es ella, sí: la venerada frente Que adoró mi niñez, de nuevo miro Con profunda emoción, aunque las huellas Del tiempo y del dolor tiene grabadas. He aquí los ojos que mi débil cuna Estáticos velaban, y los labios Que con tierno cariño tantas veces En mi pálida frente deponían El santo beso maternal... Imagen De la madre mejor y más amada, Ven a mis labios, a mi ardiente seno, Y recibe las lágrimas que brotan Mis ojos mustios; llanto de ternura Y acaso de fatal remordimiento. Sí, madre idolatrada: tus amores, Tu anhelo por mi bien infatigable, Y tus lecciones de virtud sencilla Desatendí frenético... ¿Qué pago Recibiste de mí? Dolor y luto. Precipité mis pasos imprudentes Tras el glorioso, espléndido fantasma De inaccesible libertad. La ira De celoso poder me hizo blanco, Y fulminó tremenda. ¡Cuántas noches Cuando los ojos de llorar cansados Cerrabas, te mostró la fantasía Mi sangriento patíbulo! Mi fuga, Y una separación tal vez eterna, Calmaron tu terror, no tus pesares. ¡Qué lágrimas ansiosas, de amargura. Te habrá tu primogénito costado; Prófugo, errante en extranjeros climas, Donde sentaron su fatal imperio Feroces odios, ambición tirana, Y fratricida, bárbara discordia! Y yo, madre, también tu triste ausencia Lamento inconsolable. Los prestigios De mísero poder o fútil gloria No me embriagaron, ni del pecho ansioso Borrar pudieron tu sagrada imagen. De Temis en el templo venerando, En la silla curul a que fortuna Elevome después; en el peligro Y excitación de bélico tumulto; Entre los brazos de adorada esposa O las tiernas caricias de mis hijos, Recordé tus amores, y brotaba De mis ardientes labios el suspiro. Tres años ha que por la vez primera Desde el trono español se pronunciaron Los dulces ecos de la paz y olvido. ¡Oh, cómo palpité!... La fantasía En mágica ilusión mostrome abiertos Los campos deliciosos de mi Cuba, Y entre sus cocoteros y sus palmas, Al margen de los plácidos arroyos, Con mi familia cara y mis amigos Me hizo vagar. Al agitado pecho Pensé estrechar a las hermanas mías, Á mi madre inundar en llanto dulce De inefable ternura, y en su seno Deponer a mis hijos... ¡Mas sañudo Arbitrario poder frustró mis votos: Que en la opresa, infeliz, hollada Cuba, De viles siervos abatida sierva, No es dado el hacer bien ni al mismo trono Cuyo querer eluden los caprichos De sátrapa insolente!... Se arrastraron Dos lustros y dos años dolorosos De expatriación, de lágrimas y luto, Y en los hispanos pechos implacable Arde vivo el rencor... Mas, a despecho Del odio suspicaz y la venganza, Yo, madre, te veré. Cuando benigna Primavera genial restaure al mundo, Las turbulentas olas del océano Hendiremos los dos y venturosos Del Hudson en las fértiles orillas Te abrazaré. Tu imagen venerada Será entretanto mi mayor consuelo. Mostrándola a mis hijos cada día, Enseñareles con afán piadoso A que te amen, respeten y bendigan, Y oren por ti sus inocentes labios. Ella en este desierto de la vida Será para mis ojos vacilantes Astro sublime de virtud. Al verla, Tus augustos consejos recordando, Fiel les seré, y a Dios enardecido Elevaré mis inocentes votos Porque a tus brazos me conduzca. Sea Báculo a tu vejez tu primer hijo, Y en asilo rural, feliz, oscuro, Te haga olvidar las anteriores penas Con amantes cuidados y caricias. Aquesto y nada más demando al cielo.
es